Saludamos el debut del connotado historiador Hernández Silva en CRÓNICA SONORA 🙂


Este texto forma para de una serie
en la que se muestran las acciones que se realizaron en México
en apoyo al gobierno de Jacobo Árbenz en 1954
contra la anunciada intervención militar apoyada por los Estados Unidos. (N.del A.)

Ciudad de México.-

Después de una larga y penosa enfermedad que le había hecho perder ese mismo año una pierna, el 13 de julio de 1954 Frida Kahlo exhalaba su último aliento. Y a pesar de ese estado de salud, pocos días antes de fallecer tuvo la fuerza, las ganas, para ir a manifestar apoyo al pueblo guatemalteco y a su gobierno en la marcha convocada en repudio a la operación intervencionista promovida y financiada por el gobierno de los Estados Unidos (EU) en contubernio con militares exiliados y grupos guatemaltecos afectados por las reformas económicas y sociales realizadas durante el periodo histórico conocido como La Primavera Guatemalteca (1944-1954).

Si bien las fuerzas armadas institucionales habían logrado contener la invasión y encajonarla en las fronteras, sorpresivamente, el fin de semana último de ese mes, el presidente Jacobo Árbenz anunció su renuncia, dejando el país en manos de una Junta Militar. La razón de este sorpresivo proceder fue que los principales comandantes del ejército fueron amedrentados y advertidos por el embajador norteamericano de que, si ellos insistían en apoyar a Árbenz, su gobierno enviaría inmediatamente tropas sobre territorio guatemalteco y ellos también caerían.

Desde finales del año anterior se conocían las intenciones de EU por tirar al régimen nacionalista y popular que había implementado una Reforma Agraria que afectaba los intereses de la empresa United Fruit, considerando a esa y otras acciones como señales de que el comunismo se había encumbrado en ese país. Ante el inminente golpe, en diversos países latinoamericanos se crearon Sociedades de Amigos de Guatemala. Sabida en México esa maniobra, se realizaron diversos actos públicos, donde estudiantes, intelectuales y agrupaciones sindicales y partidistas mostraron su apoyo al gobierno de Jacobo Árbenz.

Frida Kahlo, a pesar de las condiciones difíciles de salud que tenía, estaba atenta a las noticias de la afrenta orquestada por el imperialismo yanqui. Al publicitarse un libro manuscrito e ilustrado suyo, a comienzos de 1954, la pintora declaró que desde 1944 se le había devuelto su carnet como militante del Partido Comunista Mexicano (PCM):

Desgraciadamente no he sido miembro activo por mi enfermedad; pero no he dejado de pagar una sola cuota ni de informarme de cada detalle de la revolución y de la contrarrevolución en el mundo entero. Sigo siendo una comunista, absolutamente, y ahora, antimperialista, porque nuestra línea es la de la paz». (1)

Y así lo demostró cuando se efectuó la invasión a territorio guatemalteco. Como muestra de su apoyo a la causa chapina, Frida decidió colocar en la puerta de su Casa Azul, en Coyoacán, las banderas de México y Guatemala enlazadas. No contenta con esto, pidió a Diego Rivera y demás camaradas, que le llevaran a la gran marcha por el centro de la Ciudad de México, efectuada en julio 2 de 1954, en repudio al Golpe de Estado financiado por EU contra el gobierno progresista de Árbenz.

La Casa Azul, junio de 2024, efímera intervención histórico-política por Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva.

Si bien ahora circulan por Internet varias fotos de ella en ese acto, junto a Diego y Juan O ́Goman, entre otros, la participación de estas reconocidas figuras fue silenciada por la prensa al darse la nota de la marcha, buscando con ello esconder su presencia y el apoyo que daban a la causa del gobierno depuesto. Sería doce días después, al conocerse su deceso, cuando el diario Excelsior publicaría la foto de ella en la marcha, escribiendo en su pie de imagen que pudo haber sido la última fotografía en vida de Frida, «tomada el día de la manifestación de los comunistas en favor de Guatemala». (2)

Frida en la marcha del 2 de julio de 1954, foto de Garza Noble, Excelsior, 14 de julio de 1954, p. 1B.

Su funeral en Palacio de Bellas Artes culminaría esta última batalla política, al provocarse un escándalo mediático por haberse cubierto su féretro con la bandera del PCM. Fue Arturo García Bustos, discípulo de ella, y que formaba parte del grupo conocido como “Los Fridos”, quien colocó la insignia. Él había estado desde el año anterior en Guatemala participando en el esfuerzo por consolidar una escuela de grabadores a la manera del Taller de Gráfica Popular (TGP) de nuestro país. Al regresar, escapando de posibles represalias por parte del gobierno golpista, se dirigió a la casa de su maestra sabiendo del estado grave de su salud.

Él sería también quien dejaría el testimonio de la colocación por ella de las dos banderas entrelazadas de México y Guatemala afuera de la Casa Azul, como muestra de apoyo a la causa antimperialista del país hermano. Este acto solidario ha quedado representado en el zaguán lateral del Museo Frida Kahlo con la pinta de dos banderas, cometiéndose el grave error de representar la del país centroamericano con un pabellón más parecido al de Argentina que al de Guatemala.

Intervención histórico-política del autor en Casa Azul, junio de 2024

Este año, que se cumplen 70 años de la caída del gobierno de Jacobo Árbenz y de la muerte de Frida Kahlo. Habrá que recordar estos eventos, condenando las acciones desmesuradas en contra de Guatemala por Estados Unidos en ese Tiempo de Canallas (como escribiría Lillian Hellman) provocado por la Guerra Fría contra la Unión Soviética, en la lucha geopolítica en pos de la hegemonía mundial entre los dos nuevos grandes imperios…

Pero también recuperando a esa gran artista de avanzada, combativa, comunista, consecuente y solidaria a las causas populares, que la actual “fridomanía” mercantil ha borrado, distorsionándola en una muñequita folclórica superficial, amputada de su conciencia histórico-política.

Y , ¿por qué no?, representando fielmente la bandera guatemalteca en esa Casa Azul convertida ahora en el Museo Frida Kahlo, acá en Coyoacán, Ciudad de México, y de los más concurridos en el país.

Texto e investigación iconográfica por Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva

Funeral de Frida Kahlo. Foto de Rodríguez en «Excelsior», 14 de julio de 1954, página 1B.

NOTAS

(1) “Cartas de amor. Un libro de Frida Kahlo”, Siempre!, junio 12 de 1954, n. 51, p. 70. Allí se describe este “libro manuscrito e ilustrado” de ella, hecho en un “volumen [que] fue originalmente empastado en blanco para John Keats. Sobre la fina piel de rusia escarlata, resaltan en dorado las iniciales del fantástico poeta inglés contemporáneo” de Lord Byron y Mary Shelley (p. 36).

(2) Excelsior, julio 14 de 1954, p. 1B. La fotografía fue tomada por Garza Noble, según se escribe en el pie de imagen de ella.

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Sobre el autor

Historiador, profesor-investigador de la UAM-Azcapotzalco, autor de múltiples estudios, conocido por algunos sobre la tribu yaqui de Sonora. Contacto:cuauh@azc.uam.mx

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