Como de costumbre caminaba al azar por San Blas -ese pueblo sinaloense del que es originaria mi mujer- buscando algo, buscando nada. Acosado por una nube de recuerdos no había más posibilidades en esa tarde ceniza de cielo adornado por unas cuantas nubes desparramadas a las que el suelo deshidratado les pedía agua. En ese …
