La magia de la pantalla. En ella una y otra vez ese vaquero tullido quién en su cabalgata entre montañas y desiertos, el valle y poblados del oeste, ejercía venganza como justicia. Estábamos allí, con los ojos puestos en la textura de una manta gigante en la que sucedían cosas fantásticas. Los oídos normalizaban el …
