Hermosillo, Sonora.-
Todo mundo me escribió esta mañana: unos por reacción a un post, otros porque saben de qué pata cojeo, la del mercado municipal número uno de este rancho. ¿Ya supiste que hoy lo reabren? ¿Allá estás? Tu oficina pa’llá, tu oficina pa’cá… Y no tuve de otra que ser parte del mitote.
Primero que todo, avancé sobre lo que queda del mercado ampliado, ese que sostuvo a sus atribulados locatarios fuera del perímetro acostumbrado. Tocó pisar el Café Magui, otrora parte del Café Elvira, y ahí estaba la Chayito para atemorizarnos a todos:
—Lo van a abrir hasta agosto, no se alboroten
—¿Y eso, Chayito?
—Falta instalar el agua, la luz y el gas. Nomás por eso

Luego aclaró que dichos gastos correrán por cuenta de los locatarios, afirmación que atemperó los corajes si no es que los desvió: «condenados locatarios, todo quieren», escupió un viejo de mal pelo y fue seguido por otros, que en plan testimonio se pusieron a dialogar, no incluyendo el que me recordó que no todos somos «sonsorenses»:
Pasaron los minutos entre anécdotas salpicadas del humor negro que también caracteriza al sonorense (sin ese después de la primera ene) y bromas en clave albur, cortesía del chilango más güero que haya pisado estas agrestes tierras. Por cierto, mientras los varones parloteábamos, una güera oxigenada, muy amiga mía, me agarró el ejemplar en circulación y lo devoró cual pan con mantequilla recién salido del comal.
— Te felicito, cada vez te sale mejor, aunque esta vez la sentí muy chirris
— Es que le metí color a todas las páginas, por vez primera en la historia de Crónica Sonora, y eso cuesta
***
Proseguí la mañana entre el posteo y el edito, haciendo tiempo para estar puntual en la cita convocada: la entrega del mercado número uno a los locatarios a las doce del mediodía. Allá fui y me sorprendió el alboroto de reporteros y burócratas, más numerosos que los habituales veteranos de la llamada Plaza de los Viejitos o de los Abanicos. Entre ellos divisé buenos colegas y me hice foto con dos de ellos. Para que suba el rating, afirmó el fotógrafo de ocasión, Jesús Cázares y López.


Luego vino el acto formal y sendos discursos de la presidenta de los locatarios, el alcalde de Hermosillo, el coordinador de la rehabilitación del mercado (David Mendoza y Rivas), el Zenón del INAH y el ensombrerado gobernador del estado.

Anuncios espectaculares del doc Durazo los hubo, empezando por el de un proyecto para crear un corredor cultural Mercado-Parque Madero-Capilla del Carmen-Antigua Penitenciaría el año que viene, y una bolsa de 50 melones de pesos para rehabilitar el Museo de Sonora o «antigua peni», también para 2026.
De modo que a gozar el mercado, el centro y lo que se pueda, señores lectores, porque por polvo no pararemos, señoras lectoras. Pero bueno, pasado el temblor gozaremos de un Centro Histórico de a devis. Entre tanto, «ya huele, ya huele», como dijo el señor Ramón Ibarra Padilla, viejo usuario del merca que casi se convertía en noticia al casi ser arrollado por la marabunta de reporteros tras las H. autoridades. Para su suerte, el mismísimo gobernador del estado detuvo la marcha del tropel y extendió la mano a don Ramón para ponerlo a salvo. No es choro, seguro hay videos y gráficas por ahí. Yo fui un pobre testigo ocular y ahora mismo un entusiasta golpeador de teclas, porque de que huele a mercado, huele.
Texto de Benjamín Rascón
https://www.instagram.com/cronicasonora/
Fotografías de Benjamín Rascón y Jesús Cázares
https://www.instagram.com/chuyczrs/

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Gracias por la Crónica Ruidosa y grafica del evento, felicidades al cronista emérito y no oficial del Mercado municipal hermosillense, felicidades Benja!!
jajaja gracias mi fino y paisano, Cabo. primero dios algun dia cronicaré la historia del pueblo más piocha del planeta
Salud