Supuestos visitantes de otros mundos han estimulado la imaginación colectiva. Sobre todo, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Obstinadas cabezas exageradas, piel grisácea, miembros filiformes y enormes ojos cósmicos – negros e insondables como la muerte -, nos invaden con naves intergalácticas y armas omnipotentes. Eso sí. Su civilización es muy parecida …










