Hermosillo, Sonora.-

Después de casi veinte años en la Ciudad de México, en el 2019 me instalo de regreso en Hermosillo, con la necesidad de bajar radicalmente las revoluciones de mi vida en muchos sentidos, en algunos aspectos alcancé el objetivo y en otros como el terreno profesional, sucedió sorpresiva y felizmente, todo lo contario.

Me encontré con una comunidad de artistas escénicos, sumamente creativa, profesional y con la pasión encendida por experimentar, compartir, mutar, descubrir y jugar. Espacios independientes, autogestivos, generando fuentes de trabajo y nuevas audiencias para las artes escénicas.  Una licenciatura en Danza Contemporánea, que ha derivado no sólo en gente que baila, que ya es valioso, si no, además que empieza a promover proyectos de investigación en las artes escénicas a través de maestrías y doctorados. Academias de danza en sus más variados estilos por todo el estado, nuevas agrupaciones profesionales, bailarines de larga trayectoria transitando a la producción, dirección, dramaturgia, docencia, emprendimientos culturales, en fin, una diversidad de búsquedas y una convicción indudable por parte de muchas personas por hacer de la danza y el arte en toda su diversidad, el centro de sus vidas.

Sin embargo, toda esta energía que me sorprendió y me invitó quedarme aquí, nutriendo mi propio proyecto y fortaleciendo vínculos con otros creadores, está contrastada por un nivel de precarización sin precedentes acerca de las estructuras políticas, económicas y culturales que deberían, al menos, posibilitar las condiciones favorables para que las artes y en particular la danza contemporánea vivieran su pleno desarrollo en Sonora y los y las profesionales que la realizan pudiéramos vivir dignamente de nuestro trabajo.

Este dramático e insostenible contraste por razones que apenas vamos develando, ha sido permitido, aceptado e incluso reforzado por el propio gremio, hemos apelado por mucho tiempo a nuestra capacidad de sobrevivencia que desafortunadamente compartimos con otros sectores empobrecidos de nuestra sociedad, aceptando la invisibilidad jurídica, laboral, social y la desvalorización de nuestro trabajo por parte de las instituciones culturales que en principio existen para promover, gestionar y difundir el trabajo artístico que se hace en Hermosillo, en Sonora y para que el tiempo, la creatividad, la experiencia y los saberes que  los profesionales de la danza aportamos a las comunidades donde trabajamos, sea remunerado económicamente en su justo valor. 

La polarización entre la inquebrantable disposición de las y los creadores y la precariedad de condiciones para poder seguir haciendo danza contemporánea en Sonora, detonaron una ebullición a mitad del 2024, en una red de profesionales de la danza que en los descomunales esfuerzos por seguir haciendo lo que sabemos hacer muy bien y queremos seguir haciendo nos encontramos en el mismo cruce de caminos, y empezamos a conversar,  empezamos a abrirnos y a compartir, empezamos a respetarnos y legitimarnos en la diversidad artística que somos y en la fuerza que como gremio podemos nutrir para recuperar lo perdido y sobre todo para encontrar los caminos que hagan posible un movimiento y una escena de la Danza Contemporánea en Sonora, digna y en estrechos vínculos con las comunidades que la acojan.

Esta ebullición a lo largo de varios meses, ha ido tomando forma y tamaño, ha crecido mutando desde los afectos a la acción, derivando en el Foro de Discusión y Reflexión sobre Danza Contemporánea en Sonora organizado por el Colectivo Reconociéndonos. Un evento que a las personas que participamos en él nos llena de orgullo, alegría, certezas y energía para seguir trabajando.

Con sede en Andamios Teatro y con el apoyo invaluable de todo el equipo dirigido por la maestra Hilda Valencia, el Foro Reconociéndonos se realizó del jueves 28 al domingo 1 de diciembre, con 6 mesas de trabajo y 5 Experiencias Compartidas acerca de sus propuestas artísticas por parte de las y los organizadores, así como proyección de video danza y un jam de improvisación en colaboración con el Colectivo Laboratorio Sonoro synthcodemayo.

Con la intención de ampliar la perspectiva acerca del tema correspondiente, cada mesa contó con la participación de cuatro ponentes locales (a excepción de la mesa uno, que tuvo cinco) y una persona invitada que realiza su labor fuera de Sonora, así,  importantes creadores y aliados del movimiento dancístico nacional, compartieron de manera generosa y comprometida su pensamiento y experiencia de manera virtual, y con respecto a esto, me es importante mencionar que para este evento no hubo dinero de por medio, toda la organización, producción y participaciones fueron posibles gracias al interés y deseo genuino por parte de la comunidad convocada, de generar sin postergaciones un espacio de reflexión, escucha y resonancias.

Desde el filtro personal y por lo tanto subjetivo de mi experiencia dentro del evento, les comparto los nombres de las mesas y una probadita muy sintetizada de las principales conclusiones:

La mesa uno se nombró En busca de nuevas políticas culturales efectivas y actualizadas para la danza en Sonora. De la cual se concluyó que buscaremos los caminos para la cocreación de políticas culturales a partir del conocimiento real acerca de la figura del profesional de la danza, que posibilite el desarrollo pleno y digno de la profesión y no sólo en función de nutrir la agenda institucional/electoral.

La mesa dos fue la de Pensamiento artístico y posicionamiento político para el desarrollo pleno y diverso de la Danza y sus hacedores, que nos llevó a la intención de generar contextos para socializar la investigación implícita en los procesos creativos de los diversos creadores sonorenses, sistematizar, documentar dichas investigaciones para expandir las perspectivas de legitimación y reconocimiento del trabajo entre los miembros de la comunidad dancística y realizar investigación y estrategias en conjunto para vincular nuestro trabajo con las comunidades y otros sectores.

La mesa tres concerniente a la Precarización del trabajo profesional y especializado dentro del campo dancístico, nos invita a buscar personas clave de nuestra comunidad que nos acompañen legalmente para generar las condiciones jurídicas que incluyan al profesional de la danza como ciudadano con derechos laborales, así como fuerza económica productiva.

De la mesa cuatro, Diversidad e inclusión en los modelos de participación de los artistas en el marco de la política cultural estatal, se manifestó la urgente necesidad de ampliar la perspectiva de diversidad e inclusión, en términos de género, raza, orientación sexual, discapacidad, neurodivergencias e incidir para que las políticas culturales amplíen en este sentido las posibilidades de colaboración con el sector educativo y salud. 

La mesa cinco Realidades de riesgo y condiciones de desigualdad e injusticia en la práctica dancística, promovió la toma de conciencia acerca de las maneras en que hemos ejercido violencia en su amplia variedad de niveles, además de identificar las relaciones de poder en nuestros contextos formativos, profesionales y de relación con las instituciones. Se propone resistir al abuso, rompiendo el silencio y establecer relaciones respetuosas, horizontales que abrazan la diversidad y escucha.

Para la última mesa se leyeron por parte de las y los moderadores de las cinco mesas anteriores una síntesis de lo más relevante conversado en cada una, cerrando con una emotiva declaración por parte de uno de los participantes acerca de lo valioso que le parecía generar espacios donde podamos hablar acerca de nuestros sentires, haciendo referencia a que en el pasado, cuando era una persona activa en la danza, estos espacios no existieron y eso derivó en su decisión de cancelar su carrera como director y coreógrafo, decisión que según sus palabras todavía le duele.

Los temas están presentes, las intenciones de generar los cambios necesarios también, este ha sido un paso importante y significativo a un camino lleno de retos y de apuestas y seguramente de inercias difíciles de romper a muchos niveles. Por el momento valoramos inmensamente nuestra capacidad de organización, el apoyo y el interés recibido por una parte importante de nuestra comunidad y colegas de otros estados del país que participaron a la distancia y que manifiestan su solidaridad y empatía.

La invitación al lector es a que escuche las ponencias, las conversaciones con la audiencia y saque sus propias conclusiones a través del enlace https://www.youtube.com/@colectivoreconociendonos 

El Colectivo Reconociéndonos está integrado por David Barrón, Evoé Sotelo, Benito Gonzáles, Perla López, Manuel Ballesteros, María Luisa Solares, José Corral, Gabriela Ceceña, Gabino Guerrero, Daniela Urías, Nadia Rodríguez, Karina Loeza y Claudia Landavazo.

Texto de Claudia Landavazo

Fotografías de Martín Barceló

En portada, imagen de Gabino Guerrero, correspondiente a la mesa de conclusiones



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Sobre el autor

Claudia Landavazo vive en la Ciudad de México y es egresada de la carrera de Letras de la UNISON. Bailarina y coreógrafa de danza contemporánea, actriz de vez en cuando y se dedica desde hace algunos años a dar clases y al trabajo en comunidades y grupos vulnerables a través de la danza. Forma parte de CARPA Colectivo, donde desarrolla la metodología en Artes de Participación.

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