Somos un medio de comunicación independiente y el apoyo financiero de nuestros lectores resulta fundamental para trabajar en libertad

[hr gap=»30″]

OH, ESPAÑA, NO OLVIDES…

Oh, España, que tanto debes a esta tierra

Y a su gente;

que fortunas fundó, y herencias, amores

y matrimonios e hijos hizo.

Con oro, plata y tierras a tus hombres

Dio otra vida y destino.

 

Ni vastos ejércitos imperiales, ni itálicos

o germanos, ni turcos combates emprendiste,

Ni murió aquí, como en Flandes,

la flor de la juventud hispánica,

cuyos sueños y huesos yacen sepultos

en desconocidas tumbas ignoradas.

 

Otra extirpe en esta Nueva España nació

(que no reconociste de buena gana).

Recuerda, oh España.

 

No olvides que en tu auxilio de oro acudió,

cuando armas enemigas amenazaron

hacer de ti un triste solar avasallado.

 

Recuerda, España, no olvides nunca

esto que os digo.

 

Hermosillo, mayo-junio, 2016

 

 

LA VASTA TIERRA DE LA NUEVA ESPAÑA

Las palabras trémulas de la duda,

La incierta suerte  y la probable muerte,

Estuvieron junto a él, el día apresurado

En que decidió trocar el crucifijo y la oración,

por el vértigo del combate, el fuego, la sangre

y la muerte.

Como una revelación miró fragorosas batallas,

Posibles victorias y derrotas posibles.

En el momento innombrable de la decisión

Vio igualdad y justicia

para los nuevos hombres de la vasta tierra

de la Nueva España.

 

Miguel Hidalgo, el hombre que fue,

medita sus últimas horas de obediencia.

Pide perdón por iniciar el fuego que aún no se ha apagado.

Sabe que no es el enviado de Dios, porque ha caído,

Pero que redimió a muchos hombres,

Que ahora lo seguirán en la azarosa brega,

De intentar hacer que la tierra conquistada

Sea ahora emancipada.

Marchará contra los siglos y la costumbre acumulada,

Del poder virreinal de la vieja España,

que no reconoce la novedad de la extraña

vida novohispana.

hai

Hermosillo, diciembre de 2015

 

EL PASADO PRESENTE

En mí habitan el lejano Celta, el indomable cartaginés,

El Godo, el misterioso Vasco, el fiero Romano

Y el árabe español.

En mí también están el Nahua, el bárbaro Chichimeca,

El Seri y el invencible Yaqui.

En mi sangre aún combaten, extenuados,

Su última batalla de ríspidas lanzas y de espadas.

 

Hermosillo, 2013

Por Héctor Apolinar Iribe

En portada, busto de Emiliana de Zubeldía e Inda, mentora española que dejó un ingente legado cultural en Hermosillo, Sonora, México

Fotografía de Luis Gutiérrez / NortePhoto

Insistimos, somos un medio de comunicación independiente y el apoyo financiero de nuestros lectores resulta fundamental para trabajar en libertad. Adquiere una suscripción anual y apoya nuestra labor:

$1,000 pesos mexicanos

$100 dólares norteamericanos

(No hay límite de suscripciones)

Cuenta Banamex 5204 1652 3610 0099

Paypal

Sobre el autor

Nació en Ciudad Obregón, Sonora. Periodista, escritor, exfuncionario público y exactivista. Ha ocupado diversos cargos: Director general de Educación Media Superior y Superior de la Secretaría de Educación y Cultura (Sonora), Coordinador de los campus La Paz y Los Cabos, Baja California, de la Universidad de Tijuana. Excolaborador de Lupa Ciudadana, Letras Libres, VanguardiaInfo.com y Dossier Político.

También te puede gustar:

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *