La noche de anoche un incidente enmarcó -o empañó, según se vea- el aplauso que el público prodigaba a las intérpretes de Kama, coreografía de David Barrón, en la quinta jornada de Un desierto para la danza 26, aquí en Hermosillo, Sonora. Cuando cesaba el aplauso -que había sido largo y estruendoso; el editor estuvo ahí- una voz femenina irrumpió: «¡Fotógrafos, vengan a los ensayos generales! ¡Estorban mucho!». Resultado de ello, esta mañana se publica la siguiente carta que el fotógrafo Ricardo León envía a Rodolfo Nevárez Medina, socio de Ricardo en Rayuela Studio.

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Querido Rodolfo

Sólo para comentarte que he decidido no acompañarte hoy por la tarde al ensayo de “La Lágrima”. El enojoso incidente de ayer en el Teatro de la Ciudad, en el que nos pretendieron mandar a la escuela enfrente de toda la audiencia, me ha parecido, no sólo una falta de respeto inaceptable, sino producto de una grave falta de buenos hábitos profesionales y de convivencia. Por no decir que tal actitud hacia los fotógrafos me parece un tanto cuanto rural. No reconocí ni supe quiénes fueron las personas que se atrevieron (porque fue eso, un atrevimiento) pero sí que sé que necesitan una mayor escolaridad en el ámbito de la cultura y las buenas maneras.

No me imagino que un fotógrafo, al final de una función, espete a los artistas –aun en el escenario- a vestirse mejor, maquillarse con profesionalismo, no ser frívolos, no desafinar, exhibir mayor respeto por el oficio y un nivel cultural digno de un artista escénico del siglo XXI.

Pese a que en los últimos años me he visto en la nada agradable situación de presenciar funciones, obras y conciertos con esas falencias, nunca he emitido crítica alguna, primero, porque no es mi papel: allí están las obras que lo dicen mejor que yo y, segundo… entiendo que la mayoría de las compañías de danza, teatro y grupos de música en nuestro entorno, son grupos en un período de formación a los que el tiempo les dotará de mejores potencias, si se esfuerzan.

Los fotógrafos, yo –por ejemplo- tenemos muchos recursos para pasar desapercibidos durante una función. Tengo varios e innegables ejemplos, pero para ello uno debe contar con el concurso de los responsables de los eventos y acordar con ellos la mejor manera de realizar (todos) el trabajo, sin perturbar la obra, ni al público y sí permitir la labor fotográfica ya que, hasta donde yo –limitadamente- sé, no sobra: no hay la cobertura escénica que pueda registrar con un mínimo de suficiencia y dignidad el devenir de las artes escénicas en este estado.

En mi experiencia personal –limitada siempre, por supuesto- jamás un responsable de un evento, actor, bailarín, músico se me ha acercado a acordar y delimitar el ámbito de desempeño de cada cosa por suceder. Hay, sí, y con todas sus letras, una desvaloración del oficio de los fotógrafos a los que se les pide todo y no se les concede nada, ni siquiera el crédito profesional correspondiente a que la Ley obliga. No digamos que tengan la voluntad de cubrir nuestros honorarios. Salvo en las presentaciones pertenecientes a academias particulares, jamás hemos cobrado por registrar un evento cultural independiente. En todo caso, las instituciones involucradas se han hecho responsables, en una escaso número de oportunidades, de nuestros honorarios.

Pero con casi 40 años de desempeño profesional como músico y 13 como fotógrafo no necesito que me den clases de nada y yo sí que las daría, de varias disciplinas, pero cobro, por si alguien se interesa.

Con las debidas, muy honrosas y fraternales excepciones, no pienso asistir ya más a evento alguno al que no se nos invite expresamente y se nos permita emplazarnos en los lugares que, sabemos, no perturban ni irritan a asistentes sensibles, ni artistas ni a productores, coreógrafos ni directores, y se nos den la facilidades para ello, sea que existan honorarios o no de por medio que (como hemos dicho anteriormente) en la inmensa mayoría de los casos son aportaciones nuestras, pro bono, a la actividad cultural de la ciudad y el estado.

En tales condiciones y con estas reflexiones en la cabeza al iniciar el día, sería una falta de respeto de mi parte para los compañeros de “La Lágrima·” asistir sin el ánimo y el espíritu debidos a su ensayo de hoy por la tarde: por ello les extiendo, a ellos y a su Directora, una muy sincera disculpa.

Los eventos por suceder de “Un Desierto para la Danza” serán cubiertos, ya no por mí, que estoy comprometido con mucha antelación, a cubrir el Festival Xepe an cöicoos, en Punta Chueca (y del 26 al 30 de este mes) esa comunidad comcáac que tanta atención nos requiere, que nos trata con tanto cariño y hospitalidad, sin desplantes de alfombra roja y con la sencillez propia de la gente que no tiene nada qué demostrar… ni qué perder.

Como siempre, mi mejor abrazo, querido hermano…

Ricardo

Sobre el autor

Ha realizado los arreglos musicales y la grabación del disco El Barco del compositor veracruzano, Armando Chacha; la cobertura fotográfica de la conferencia Gangster Capitalism del Profesor Noam Chomsky –a iniciativa del Colegio de Sonora, ofrecida en Hermosillo, México, 2018; la Memoria Escénica Los Rostros del FAOT durante la Ediciones 2016, 2017 y 2018 de dicho Festival Internacional, en Álamos, México, (colección publicada por el Instituto Sonorense de Cultura, ISC); de Un Desierto para la Danza, Ediciones 2016 y 2018. de VISO Out Festival, 2015 y 2016, Hermosillo, México; la música original para la obra Conquer del coreógrafo mexicano
Miguel Mancillas, Nueva York, USA, 2015; cubrió fotográficamente el Festival Internacional de Cine del Desierto FICD 2015,Hermosillo, México; el Encuentro Nacional de Danza 2014 en Guadalajara, México, las obras Pliegues y Desatados, la 5ta Edición de Letras y Cuerpos de Antares,Danza Contemporánea, así como la obra Ato Bomba de Quiatora Monorriel en Hermosillo, México, 2016. También realizó la Exposición Fotográfica Raíces del Pitic en el Museo de Culturas Populares e Indígenas de Sonora, 2014; la Exposición Por las paredes, en Casa Madrid, Hermosillo, México, 2014, algunos de cuyos materiales se encuentran aquí reunidos en la diferentes Galerías de su página web. Realizó la música original de Ya no bailo del coreógrafo mexicano Manuel Ballesteros, y, también, la cobertura fotográfica del FestVital XEPE AN CÖICOOS y las músicas del mundo, El arte y la cultura Seri en Punta Chueca, Sonora, México, 2014, 2016 y 2018. También realizó la fotografía escénica de Fiestas del Pitic en Hermosillo, México, en sus ediciones 2013, 2014 y 2015, entro otras muchas actividades, comisiones y asignaciones.

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