Treinta y cinco años más tarde llega a las pantallas la secuela de Blade Runner (Ridley Scott, 1982). La nueva película es una imponente puesta en escena. Blade Runner 2049 (Dennis Villeneuve, 2017) es mucho más que una segunda parte. Es el resultado de la mezcla de dos visiones: el caos abigarrado de Scott y el elegante minimalismo de Villeneuve.

Su belleza es un despliegue visual de colorida galanura. Posee un ritmo acompasado que se toma su tiempo – dos horas con cuarenta y tres minutos  – para ahondar en temas antes abordados: los recuerdos y los sentimientos como pilares de la identidad humana. Nunca antes tan cerca de 1984, de Orwell.

Tres décadas después, una nueva generación de replicantes cumplen con obediencia el mandato de la humanidad. Sin embargo, aún deambulan aquellos en defensa de su angustiante libertad.

El agente K (Ryan Gosling) es un policía cuya misión es localizar a androides antiguos para “retirarlos”,  como decía Deckard (Harrison Ford). Un violento encuentro despertará en K inquietudes del pasado. Poco a poco, K cuestionará al sistema y a sí mismo en busca de la verdad; no sin dolor, no sin sacrificio. Nunca antes tan cerca de El proceso, de Kafka.

Imposible no evocar la versión fílmica de El proceso (Orson Welles, 1962). Sus laberínticas y oscuras escaleras, muros, edificios y monumentos a la alineación – pero en Blade Runner 2049 decadentes o destruidos – son elementos de Villeneuve inspirados en la cinta de Welles, sin duda. K, como el personaje de Kafka, tiene más preguntas que respuestas y camina en un mundo jamás dispuesto a despejarlas.

En Blade Runner, Roy Betty (Rutger Hauer) dice una de las líneas finales de esa película: “All those moments will be lost in time, like tears in the rain. Time to die”.

Ese parlamento es el detonante del filme actual. El agua y su presencia constante: es origen de la vida y como niebla, copos de nieve, lluvia o torrente amenazador o liberador, empapa toda esta experiencia.

Nada en Blade Runner 2049 ha sido dejado al azar. Esta distópica fantasía presenta una galería de personajes construidos a la perfección. Desde la compañía virtual de K (Ana de Armas), la teniente Joshi (Robin Wright), el arrogante Wallace (Jared Leto), la implacable Luv (Sylvia Hoeks) y los regresos de Gaff (Edward James Olmos) y Deckard (Harrison Ford), estos han sido introducidos en el metraje preciso, sin concesiones.

Rachel (Sean Young) también vuelve. Y como la resurrección de Leia (Carrie Fisher) en Rogue One: a Star Wars History, golpeará la memoria de muchos cinéfilos. Estoy seguro.

La música en Blade Runner 2049 está basada en las partituras de Vangelis, autor en la célebre antecesora. Sin embargo, la labor de Hans Zimmer destaca, sobre todo, en los últimos treinta minutos de esta cinta.

Con este trabajo Zimmer se convierte en el gran autor de música de cine de este año, considerando lo que ya logró en Dunkerke (Christopher Nolan, 2017).

Villeneuve puede sentirse orgulloso. Su planteamiento estético se presenta en este filme sin cortapisas. Ha alcanzado una extensión de la primera película sin que sea necesario verla para comprender su propuesta. Y eso no es asunto menor.

Es verdad, desde los primeros minutos, Blade Runner 2049, reta al espectador a seguir la pista. Después de todo, más que una película de “ciencia ficción” – que me arriesgo a opinar, no lo es – sigue el formato de cine negro para ahondar en la pregunta constante de Villeneuve: ¿Qué es lo que nos hace humanos?

Blade Runner 2049 es un filme futurista, distópico, cuyo argumento resulta más de Kafka que de cualquier otra fuente; sus contrastes fotográficos se quedan en la retina gracias al virtuosismo expresionista y minimalista de Roger Deakins. Irresistible paleta de colores al servicio de una dirección de arte digna de estudio.

Una advertencia. Eviten la compra de refrescos “jumbo”. Pueden lamentar dejar por minutos la proyección.

Así se hace el cine en el nuevo siglo. Estamos ante una nueva generación de cineastas dispuestos a recuperar la capacidad de las películas para mover las almas.

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Después de Blade Runner 2049, creo que sí.

Por Horacio Vidal

Sobre el autor

Horacio Vidal (Hermosillo, 1964 ) es publicista y crítico de cine. Actualmente participa en Z93 FM, en la emisión Café 93 con una reseña cinematográfica semanal, así como en Stereo100.3 FM, con crítica de cine y recomendación de lectura. En esa misma estación, todos los sábados de 11:00 A.M. a 1:00 P.M., produce y conduce Cinema 100, el único -dicen- programa en la radio comercial en México especializado en la música de cine. Aparece también en ¡Qué gusto!, de Televisa Sonora.

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9 comentarios

  1. Hola. Felicidades por la reseña… excelente.
    Tengo un cuarteto de amigos ochenteros que rinden culto a la ciencia ficción de Blade Runner, la de 1982. Se frotan las manos para ir a ver en los próximos días esta nueva versión o secuela. Quieren que los acompañe pero no quiero hacerlo sin antes ver la que protagonizan los actores ahora veteranos… De hecho uno de ellos tiene el DVD de esa película pero no lo presta por nada del mundo, el muy desgraciado… ¿Me podrías pasar un link para poder verla en línea? Yo no la localicé en youtube.
    Gracias!

    1. Buen día. No está BLADE RUNNER del 82 en YouTube? A lo mejor la encuentras en CUEVANA. Muchos saludos y gracias por tus comentarios.
      P.D. No es indispensable ver la primera película para entender a la segunda. Puedes comprar, si gustas, la novela de Philip Dick: Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Está en Gandhi.

      1. La verdad yo nunca he considerado a Blade Runner de 1982 y ahora ésta Blade Runner, 2049 como películas de ciencia ficción. Son futuristas, distópicas, eso sí. Lo que sucede es que tienen tanta deuda con el cine negro – el cine de detectives -, que me resulta difícil reconocer en ellas la etiqueta de «ciencia ficción». Es mi personal opinión. En ese sentido, «Star Wars» tampoco es ciencia ficción, es fantasía. SALUDOS.

  2. Muy bien, podemos referirnos a Kafka en los magnificos comentarios sobre Blade Runner 2049. Pero considero que el gran ausente, sin mencion alguna es PHILIP K DICK. Escritor estadounidense detonador en gran parte de llevar a la gran pantalla the science fiction. Despues de Blade runner se llevaron al cine Total recall y minority report. basadas en novelas de Philip K Dick. Las dos ya filmadas otra vez en versiones mas modernas (o sea hay dos versiones de la misma historia). Curiosamente esto no sucedio con Blade runner, supongo que como pelicula de culto «es sagrada» nadie se atrevio a hacerlo, era demasiado riesgo competir con la original. Supongo que es lo que llevo a realizar una continuacion, que tembien tiene sus riesgos, pero deja intocado al Blade runner original. Mi pregunta seria ¿que tendria que decir Philip K Dick si conociera la continuacion de su historia? Por cierto, no llego a ver el Blade runner original, meses antes de su estreno falleció. Fue protagonista de la eterna historia del escritor que apenas sobrevivia, dedicado a la escritura. Ahora esta considerado entre los 100 mejores escritores norteamericanos del siglo XX.

    1. Tiene mucha razón. El origen literario de BLADE RUNNER es el texto de Philip K. Dick – acaso el nombre del protagonista actual esta en la letra K del autor? -, sin embargo sigue siendo para mi una lectura pendiente. No así 1984 y El proceso. Esas fueron mis referencias para BLADE RUNNER 2049, no para BLADE RUNNER de 1982. SALUDOS.

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