Entre todas las nominadas en la pasada entrega del Óscar, hubo una película que probablemente pasó desapercibida para muchos. No tuvo estreno en salas de cine en México y fue enviada directamente al terreno de las plataformas. Es lamentable que las carteleras comerciales sigan relegando obras como esta. Desde luego que el cine se disfruta mejor en la pantalla grande, pero en estos casos el streaming continúa siendo un refugio para apuestas más audaces y diferentes. Por ello, vale la pena detenerse en esta cinta y descubrir por qué logró colarse entre lo mejor del año.
La adaptación cinematográfica de Los chicos de la nickel (2024), dirigida por RaMell Ross, es una poderosa exploración de la injusticia racial en Estados Unidos, basada en la novela homónima de Colson Whitehead. A través de una narrativa intensa y emotiva, la película nos sumerge en la cruda realidad de la Nickel Academy, un reformatorio en Florida durante los años 60, donde dos jóvenes afroamericanos, Elwood Curtis y Turner, deben aprender a sobrevivir en un sistema opresivo y brutal. Con un uso magistral de la cámara, imágenes de archivo y una banda sonora evocadora, Los chicos de la nickel se convierte en una experiencia cinematográfica inmersiva y profundamente conmovedora.
la dirección de Ross nos coloca en la piel de Elwood
Uno de los aspectos más notables de la película es su enfoque visual, que emplea la cámara en primera persona para sumergirnos en la perspectiva de los protagonistas. Desde el primer momento, la dirección de Ross nos coloca en la piel de Elwood, permitiendo que el espectador experimente angustia, miedo y determinación en primera persona. Este recurso cinematográfico refuerza la inmersión emocional y crea un vínculo íntimo con la historia, haciendo que cada momento resuene con un realismo impactante. La decisión de mantener la cámara en constante movimiento, con tomas cerradas y planos subjetivos, intensifica la sensación de claustrofobia y desamparo que experimentan los personajes dentro de la institución.
La película no solo cuenta una historia de ficción, sino que también está basada en hechos reales. La Nickel Academy está inspirada en la tristemente célebre Dozier School for Boys, una institución en Florida donde se documentaron abusos sistemáticos durante décadas. Esta conexión con la realidad histórica añade una capa de sordidez a la película, recordándonos que los horrores representados en pantalla no son meramente ficticios, sino parte de una herida abierta en la historia de Estados Unidos. Ross aprovecha este elemento para reforzar el impacto emocional de la historia, evitando caer en la dramatización excesiva y permitiendo que los hechos hablen por sí mismos.
Para anclar la narrativa en su contexto histórico, la película emplea imágenes de archivo de la época. Estas secuencias documentales se entrelazan con la acción de manera orgánica, transportándonos a la Florida segregacionista de los años 60 y proporcionando un marco visual que refuerza la autenticidad del relato. La incorporación de noticieros de la época, fotografías y grabaciones de marchas por los derechos civiles ayuda a contextualizar la posición de los protagonistas dentro de una lucha social más amplia. Este uso de material de archivo no solo fortalece la verosimilitud de la historia, sino que también añade una dimensión documental que la convierte en una obra de denuncia.
Otro aspecto fundamental en la construcción del tono de la película es la banda sonora. La música no solo funciona como un acompañamiento emotivo, sino que también actúa como un vínculo con la época retratada. La selección de canciones, incluyendo temas de soul y blues, ayuda a situar la acción en su contexto temporal y refuerza la identidad cultural de los protagonistas. Además, la composición original de la película enfatiza los momentos de tensión y desesperanza sin caer en lo melodramático. La música se convierte en un personaje más, acompañando la evolución emocional de los protagonistas y subrayando la dureza de su realidad.
que interpela tanto desde la emoción como desde la conciencia histórica
Los chicos de la nickel se convierten en una reflexión sobre la memoria histórica y las cicatrices del pasado. Con una dirección que prioriza la inmersión del espectador, la película logra transmitir la angustia y la resiliencia de sus protagonistas sin perder de vista el contexto social que los rodea. Su estética y su narrativa refuerzan la crudeza de los hechos sin recurrir a artificios innecesarios, convirtiéndola en una obra cinematográfica que interpela tanto desde la emoción como desde la conciencia histórica. Recientemente se estrenó en la plataforma Amazon Prime y si no tiene nada mejor que hacer este fin de semana, esta es una muy buena opción.