Texto leído por la autora hace un año en la prese del diez de CS
Hermosillo, Sonora.-
Esta es una presentación especial, cariñosa porque se trata de un proyecto comunitario en el que, como todos sabemos, sobran las ideas pero escasea el tiempo y el dinero. Por ello es un gran gusto estar aquí, celebrando el noveno aniversario de Crónica Sonora con la aparición del número 10 de la revista correspondiente a la estación más melancólica del año: el invierno.
Desde que vi el título y la portada me gustó pues nos habla de la globalidad de las ideas y la diversidad de temas que pueden revisarse en tan solo 16 páginas. Como se anuncia, vamos desde Etchojoa hasta Estocolmo en un especial de viajes y viejos.
De esta forma, resulta entretenido seguir los textos de los viejos y queridos conocidos como Patricia Navarro, Amilcar Peñuñuri, Enrique Ramos y por supuesto de mi ex-compañero de trabajo, el no menos apreciado y no menos viejo, Ignacio Almada. De los otros autores, hasta este momento no puedo decir mucho ya que recién los he conocido a través de sus interesantes artículos.
En general se trata de un número bien, pero bien viajado, en el amplio sentido de la palabra; en realidad, no se restringe a viajes geográficos sino que incluye algún que otro viaje emocional por el tío Pedro a quien se reconoce solo a raíz de su muerte tal y como nos cuenta Elisa Macías; o el de la niña que alegre recuerda a su papá yendo al trabajo, supongo que a la mina, dejando en su hija Patricia la imagen del hombre fuerte y valeroso, que por su familia y bajo un capote, camina en medio de la lluvia. Para mí, no es casual que estas historias hayan sido escritas por mujeres. Ambos textos provocaron las ganas de seguirlas leyendo. Por lo menos Elisa nos promete una segunda parte. Creo que Patricia debería de continuar con las aventuras de su padre.
Bien viajada la revista invernal y el ya experimentado Amilcar Peñuñuri aprovecha las elecciones en Argentina para criticar ácidamente a la izquierda mexicana quien a su vez, acríticamente y de manera muy ácida también reprochó a los electores albicelestes que se hubiesen decantado por el “viejo loco de Milei”. “Que la izquierda mexicana señale a los argentinos de tontos e irresponsables y autosaboteadores de su futuro no sirve para entender los errores del hoy” apunta sin desperdicio el autor para sumar sus palabras a las de otros tantos que han recriminado la falta de autocrítica de la izquierda mexicana en la actualidad.
Siguiendo el recorrido, el ejemplar pasa por Huatabampo y por el viagra en los artículos de Jorge Guevara y de Héctor Apolinar. Jorge desde la crónica ligera nos conduce por la búsqueda de esas historias que los habitantes de los pueblos suelen narrar y Héctor con un cuento de buena factura en la que por unas horas se entrecruzan las vidas de un hombre, su jefa y el viagra, nos brindan dos buenos relatos que mitad verdad, mitad mentira, ahora gracias a sus plumas ya quedaron atrapados en esta famosa revista.
Regresando al título, Enrique Ramos nos lleva a dar un rápido paseo por Estocolmo, lugar donde se propuso y consiguió entrevistarse con la ecologista mundialmente famosa Greta Thunberg. Por lo que se lee, fue un encuentro extraordinario, con una persona extraordinaria pero que, desafortunadamente para nosotros, no dio tiempo a una entrevista más amplia, una exclusiva para el Crónica Sonora en la que pudiéramos conocer los planes futuros de Greta y de su lucha ambientalista.
Y desde la capital sueca, llegamos a Etchojoa en el sur del estado para seguir a Ignacio Almada y la excelente presentación que hace del libro Infancia de agua, tierra y sol, texto autobiográfico de otro buen amigo, Jorge Luis Ibarra Mendivil. Más que una presentación, es un regalo para Jorge ya que Ignacio no deja ningún cabo suelto seduciendo a la lectura no solo a los habitantes de Este lado del paraíso sino a todo sonorense interesado en la historia y la conformación de sus pueblos.
Hasta aquí, no me resta sino felicitarnos por este logro del Benjy que es nuestro también, se dice fácil pero confieso que conociendo al director, no le daba más de dos años de vida. Hasta dudaba en apoyarlo, quizá le estamos metiendo dinero bueno al malo me dije. Pero la pensé mejor y al final decidí suscribirme. Obviamente, también pensé en que hacen falta muchos, muchos espacios para la expresión libre de las ideas y conociendo a Benjamín, no podíamos tener la menor duda al respecto. En lo personal, he escrito tan a gusto en la revista, sin el corset impuesto por la academia y con la oportunidad de intercambiar comentarios con los pocos pero curiosos lectores.
Me congratulo que después de todo, muchos y muchas le dimos y nos dimos el beneficio de la duda, me alegra que muchas y muchos han aportado sus letras para llenar páginas y páginas o han invitado a otros a colaborar; y todo esto es no solo para celebrar sino para sentirnos orgullosos de proyectos tan estimulantes. Dudamos en un principio, pero henos aquí reunidos para celebrar el campeonato naranjero, digo para celebrar el noveno aniversario y estamos más que resueltos a seguir.
Hermosillo, Sonora, a tan solo 6 outs del campeonato.
Por Ana Lucía Castro Luque