Los motores de Rápido y furioso, 8 (F. Gary Gray, 2017) rugen desde el primer momento. Se estrena así la más reciente entrega de una franquicia cinematográfica de éxito superlativo.

Desde la inaugural Rápido y furioso (Rob Cohen, 2001), hasta su versión más sentimental: Rápido y furioso, 7 (James Wan, 2015), el común denominador en sus argumentos es adrenalina, testosterona, gasolina y, tal y como se ha insistido desde que nació la leyenda, la familia.

Es difícil olvidar los humildes inicios de esta serie. De aquellas carreras callejeras, clandestinas o no, ya no queda nada. La fórmula descubierta, al parecer, reclama mayor presupuesto, mejores efectos visuales y tramas cada vez más rocambolescas. El resultado siempre será divertido. Conviene abrocharse el cinturón y establecer un laxo “pacto de credibilidad” para dejarse llevar y averiguar, de esta manera, hasta donde llegará el tacómetro.

Más cercana ahora a Misión imposibleNación secreta (Christopher McQuarrie ) y a Los ilusionistas: nada es lo que parece (Louis Leterrier, 2013), esta nueva versión presenta un argumento coral. Brian (Paul Walker) ya no está con nosotros y aunque buena parte de la historia recae en Dominic Toretto (Vin Diesel), el resto de la familia obtiene su cuota de lucimiento.

Charlize Theron en la premier de ‘Fast & Furious 8’ en Madrid, el pasado 6 de abril.
ALTERPHOTOS/BorjaB.Hojas/NortePhoto.com

Rápido y furioso, 8 comienza en La Habana. Dom y Letty (Michelle Rodríguez) se han casado y disfrutan su luna de miel. El inicio de la cinta recuerda, en mucho, en mucho, los recientes videos pop latinos “Despacito”, de Luis Fonsi y “Súbeme la radio”, con Enrique Iglesias; no es gratuito, las conexiones entre los autos, la playa y la aventura tienen sus raíces en esta expresión de cultura contemporánea. En ese sentido, tampoco es casual el estreno simultáneo del video de #LadyMilitar, donde una sensual jovencita “perrea” en San Carlos, Nuevo Guaymas, sobre el cofre de una patrulla militar. Ya se sabe, after all, que todos los caminos llevan a Roma.

Roma Alejandra Moreno y amigos, después del, para muchos, Twerking del Año. Fotografía de Paola Suastegui.

Después de enfrentar una carrera – imposible resistirse a la tentación – Toretto es reclutado por Cipher (Charleze Theron, a lo Alan Rickman) para una misión especial que alejará a nuestro héroe de su familia postiza y nos coloca en el curso de este episodio.

Los aficionados a Rápido y furioso no se sentirán decepcionados. En realidad muy pocas cosas del guión tendrán sentido, pero eso es lo de menos. Toda la película será una justificación para llegar a una delirante carrera en el hielo para impedir la escapada de un submarino atómico, lo que constituye el plato fuerte de esta cinta.

No. No es spoiler. Lo arriba escrito aparece, campante y redondo, en el tráiler oficial de Rápido y furioso, 8.

La química que existía entre Brian y Toretto se sustituye por los lances entre Hobbs (Dwayne Johnson, The Rock) y el antiguo rival, Deckard (Jason Statham). Ellos se llevan los mejores diálogos – si esto es posible – en toda la película.

Sin embargo, es Toretto quien es el centro de todos los acelerones y volantazos. Como rebelde es la máxima atracción de taquilla. Además, goza de grandes ventajas. En este tipo de cintas actuar no es un requisito. Es más, puede ser un problema. Así que el héroe tiene pista libre para llegar en primer sitio.

Hay lugar suficiente en el bólido para asistir, por ejemplo, a un motín carcelario egocéntrico y entretenido. También hay espacio para sorprenderse con la breve aparición de Helen Mirren y con la ejecución de un hackeo imposible de vehículos en alta velocidad en pleno centro de Manhattan.

Autos que, por su desempeño y características, se convierten en un  macabro recordatorio del terrible accidente sucedido en Paseo de la Reforma.

El liderazgo interpretativo de Dominic Torett en Rápido y furioso, 8 ya asoma competencia. Si bien Dom conserva su carisma, Deckard tiene una secuencia dirigida a ganarse el corazón de las chicas. Desde El Acorazado Potemkin (Sergei Eisenstein, 1925) no habíamos sentido tal angustia y simpatía por un bebé en peligro.

Con amistades a prueba de balas, explosiones y volcamientos, un estilo cómico y de acción que nos remite a las películas de James Bond, en la era Roger Moore, y con efectos especiales de pirotecnia, vértigo y cínica espectacularidad, Rápido y furioso, en su octavo round aún goza de salud y vitalidad.

Se anuncia el fin de la franquicia para el 2021, cuando esta serie cumple 20 felices años. Mientras el último episodio llega, nos espera una entrega más: Rápido y furioso, 9.

Y todo parece indicar que en la serie aún hay suficiente gasolina.

Por Horacio Vidal

Fotografía cortesía de Norte Photo Agency

ALTERPHOTOS/BorjaB.Hojas/NortePhoto.com

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Sobre el autor

Horacio Vidal (Hermosillo, 1964 ) es publicista y crítico de cine. Actualmente participa en Z93 FM, en la emisión Café 93 con una reseña cinematográfica semanal, así como en Stereo100.3 FM, con crítica de cine y recomendación de lectura. En esa misma estación, todos los sábados de 11:00 A.M. a 1:00 P.M., produce y conduce Cinema 100, el único -dicen- programa en la radio comercial en México especializado en la música de cine. Aparece también en ¡Qué gusto!, de Televisa Sonora.

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