La verdadera maravilla sonora está en la vida antes que en cualquier música organizada y compuesta por el hombre.

(Spinetta, Luis Alberto, 1990, El sonido Primigenio, conferencia)

 

Todavía no nacía yo en 1990 cuando se llevaba a cabo una conferencia por Luis Alberto Spinetta, el grandísimo músico argentino que si no has escuchado más vale que dejes de leer esto y busques su álbum Artaud o cualquiera de sus productos auditivos.

 

El Flaco en un intento resonante trataba de curar a algunos enfermos de conceptos maniqueístas en una clínica de poesía musical en la Ciudad de Buenos Aires, El sonido primigenio/primordial (como se titulaba la charla) hacía eco y se escuchaba la emergencia de un chillido inocuo y constante, una escaramuza recóndita que albergada, quizá, en el eco de la voz de Spinetta proyectada en las bocinas redondea la calidad ya rebosante de su semiosis discursiva.

 

Hablo de la música inevitable que acompaña su voz a lo largo de la conferencia. Inevitable como pensar en los gatos ladrando o les chiens argentinos hablando como humanos parados en cuatro. ¿Qué quiero decir con esto? ¿Acaso quiero decir algo? Por supuesto; en la naturaleza de su discurso emergen estas vibraciones ajenas a su palabra que demuestran, podría decirse, acompañan el argumento principal de la conferencia.

 

Nos hace navegar por un mar de posibilidades en cuanto a una musicalidad absoluta que permea de alternativas poéticas el tiempo-espacio. No es subterfugio su frase con la que abro esta textura, en la cual pone a la vida en la cumbre del espejismo musical, del espectro taxonómico artístico y desnuda una particular dilucidación de estructuras simbólicas sencillas pero de orquestación elevada en un plano equilibrado y horizontal que casi naturalmente nos despiertan una fundación preceptiva más amplia y ¿por qué no? más sensible de la realidad. Para no ser tan directos vamos a dar una idea más amplia sobre el tratado abierto que se propone aquí, trataremos de mostrar con diversas reflexiones:

 

La inexistente separación entre poesía, religión y filosofía; es decir, desde la necesidad primordial de construir socialmente una realidad profana donde poder vivir.

(Lizaola, R, poética de María Zambrano, 2014, p. 42)

La acepción poética en su concepción rizomática que revitaliza el vacío y sugerentemente nos remite a la razón poética de María Zambrano.

 

Del chino que se casa con un objeto inanimado.

 

¿Qué es música y que no es música? Para continuar con esta reflexión, lanzamos esta pregunta, y esta otra: ¿Cómo determinamos qué es musical y qué no es musical? Nos despertamos con el cantar de un gallo, ¿es música? Vamos a correr y el viento sopla fuerte, suena al rozar nuestro cuerpo, ¿música? ¿Om de John Coltrane?:

 

Vivir la experiencia auditiva, es decir los diferentes estados de esa experiencia, constituye, sin lugar a duda, el aspecto más complejo de la conciencia musical.

(Luc, Delannoy, 2015, p. 271)

 

Es por este y otros puntos que Spinetta nos lleva a cuestionarnos, a lo largo de su discurso, sobre cómo es que la mayor parte de la sociedad contemporánea ha llegado a considerar única y exclusivamente musical algo que ha pasado por las manos del humano y ha sido organizado para expresar una emoción, un sentido, una idea, una atmosfera, etc.

 

Sin duda, como lo menciona Delannoy, la experiencia auditiva es compleja y por lo tanto es importante ser consciente de que cuando nos acercamos a una pieza musical tomamos, inconscientemente o no, diversos preceptos que implican una  disposición activa de los fenómenos estéticos.

 

Como muchos saben, desgracias a la globalización y a sus herramientas de comunicación mediática (para no decir control) somos seres creados a partir de estructuras sociales mayormente neoliberales y occidentalistas, las cuales nos sitúan en un parámetro colectivo de socialización y mecanización individual que por el lado positivo, nos permite relacionarnos de una manera más rápida (y a la vez efímera).

 

Por otro lado, le da a líderes políticos e intelectuales (que casi siempre son lo mismo) la posibilidad de manejar o influir en las masas a través de paneles audiovisuales, con los cuales se dicta un comportamiento que curiosa y cruelmente beneficia a la industria y a la burguesía que se convierte, cada vez más, en un sitio que se reduce y se reduce en una inflación inscrita y programada.

 

 

Y casi nadie vio de donde venía

¿Es responsable la TV? ¿Qué habría sucedido si la TV no hubiese estado allí?

(Baudrillard, Jean, 1978, p.58)

 

A través de herramientas como la televisión, la radio y ahora el internet se determina y difunde la constante del pensamiento social. Irónicamente o no, no sería siquiera arriesgado decir que la mayoría de las personas dan por verdad la mayoría (por no decir todo) del contenido que se cuela por la red: o al menos resultan  cómplices de una verdad que muchos saben falsa pero que temen contradecir; y si bien hay sitios audiovisuales donde la información es de muy buena mano y con una calidad incomparable, la verdad es que estos sitios son de difícil acceso para la mayoría.

 

Las noticias de las comunicaciones audiovisuales y la articulación de textos que puedes encontrar en la red, lamentablemente se toman generalmente como referencias confiables cuando sólo son pseudos de lo real. En este sentido la media resulta un mediador del pensamiento, y por default, de la acepción de conceptos prepondérales que desacralizan la existencia en su nivel más íntimo.

 

Sólo el teatro es teatro, porque si todo es teatro, nada es teatro.

(De Tavira, Luis, El espectáculo invisible, 2003)

 

Desde esta perspectiva nos preguntamos ¿Es que los artistas no pueden vivir sin mitificar su trabajo? ¿O el teatro sólo es teatro cuando sólo el teatro lo es y no todo lo que no ha sido teorizado? ¿Sólo la poesía es poesía? ¿Y la antipoesía?

 

Diferimos con lo que dice de Tavira, más precisamente aquí se apunta hacia la visualización de un esquema general donde converjan los diversos hemistiquios artísticos y se relacionen de una manera estrófica para así dar trazo preceptivo a la poética primigenia.

 

Debido a que en su principio la poética se deriva del término griego poiesis que significa “creación”, “producción”, “crear” o “hacer, de cierta manera descartamos la necesidad de una estructura o de un precepto especifico, de algún canon o demás; se saca a colación esta sustancia, ya que, puesto así, nos damos cuenta de que la poética en su sentido más íntimo no es más que creación.

 

Esta metáfora, tergiversada a lo largo de la historia a conveniencia de algunos, nos muestra que los valores que mitifican los rededores del arte alteran la precepción de los fenómenos estéticos; pero como se dice en matemáticas: el orden de los factores no altera el producto (esto en su condición primaria).

 

Sin importar los elementos estéticos que se introduzcan en la obra u objeto, finalmente es, y no solamente, claro, un producto/poema, el cual, a partir de los valores adquiridos al contacto preceptivo de un ser-social se traducen en una infinidad de conceptos estructurados en base a una construcción psique-social que tiende a sacralizar ciertos fragmentos preponderados del lenguaje tales como: artista, arte, música, teatro, poesía, etc. los cuales, más allá del beneficio teórico que pueden aportar, en la mayoría de los casos polarizan la creación y a los creadores en concepciones desinclusivas.

 

La poesía es la conciencia más fiel de las contradicciones humanas, porque es el martirio de la lucidez, del que acepta la realidad tal y como se da en el primer encuentro. Y la acepta sin ignorancia, con el conocimiento de su trágica dualidad y de su aniquilamiento final.

(Zambrano, María, Poesía y Filosofía, p. 164)

 

A lo largo de una cultura poética subvertida sin nuestro consentimiento en la selección de funcionalidades pútridas e industriales que direccionan al consumo, (ese sí, en todo su sentido) cuidadosamente somos conducidos a estructuras de pensamiento que nos obligan a reaccionar de acuerdo a lo establecido.

 

No es difícil ahogarse en este mar de complejidades ideológicas que se imprimen a lo largo de nuestra alegórica otredad, de nuestra abstrayente continuidad místico-existencial; hemos de zarpar a la soledad en busca de una emergencia cada vez más sedienta de infinito, poner nuestros pies al nivel de la nada para eco-estructurar nuestro sistema gris de pensamiento, desmembrar las amalgamas sociales que se han proyectado cruelmente en pupilas de millones de animales.

 

No es ahora el final, sin embargo gritan: ¡apocalipsis!, mas es, sin querer sonar cacofónico, un elipsis que nos distrae del poema filosófico, del trabajo cualitativo. Un engrane podrido de la máquina, ansioso, catastróficamente superficial. Materia gris que nos cubre ¿o vida gris? ¿o no pasa nada?

 

Cuando matan a estudiantes en México y los degollan, y los queman, y hacen que la palabra tortura quede corta al sufrimiento de nuestro pueblo que mira de lejos y siente retazos de lo experimentado por sus hijos, por sus hermanos; bombardean a familias enteras en Siria, y la sucia crisálida ignora alegando que no sabe dónde está eso, y los gringos (que es casi igual que si dijera franceses o británicos) tiran más bombas con una frase cuidadosamente trágica: “From parís with love”, vomito de miedo por lo que viene.

 

Vamos a pasar a otro plano: la estética occidental. Nos hemos constituido en máquinas exactas para la música.

(Spinetta, Luis Alberto, 1990, conferencia el sonido primigenio)

 

Aplíquese a todos los sentidos de preceptividad: desde el razonamiento con el que nos introducimos a la poesía hasta el manejo y recepción de la información que recibimos de los medios informáticos, estamos enfermos de entraña a entraña de sociedad y sólo el ritual de la soledad puede modificarte, la soledad en el sentido primario, la soledad intrínseca que aparece aun cuando todos estén ahí: La soledad ofrece una posibilidad de reconstruir el yo.

 

Ahora bien, también puede resultar destructiva… (Svendsen, Lars, 1999, p.187). La soledad no como exceso, no como consumo, naturalmente como meditación autoconsciente. A través de una procesión más inclusiva de lo poético (y lo musical), nos permitimos la visualización consciente de los efectos lingüísticos y pragmáticos  y sus elementos en un sentido más, paradójicamente, estricto, nos da la posibilidad de aproximarnos al verdadero fenómeno estético que es la vida vista desde una perspectiva donde lo sagrado resulta posible en cada fragmento de la existencia, en la muerte, en el todo y la nada, lo místico sobrepasa los prejuicios occidentalistas contemporáneos, como el chino que se casa con un objeto inanimado.

 

 

¿Lo que importa es el fin no los medios/media?

Maquiavelo nos ofrece, después de todo, una idea interesante: ¿Es que de verdad lo que importa es el fin y no los medios? Nos hemos separado ligeramente de Spinetta para desenrollar o enrollar venturosamente este hilo rojinegro. Para lograr una aproximación abstracta de esta propuesta era necesario introducirnos en la determinación musical y poética, ya que el propósito final de este texto es ubicar las propuestas de El Flaco en el plano de lo que se conoce como poesía.

 

Recordando a Bremond se puede afirmar que las palabras dependen estrechamente de la experiencia poética en sí, no se distinguen de ella; y en tanto esa experiencia no se ultime en un poema será incompleta, o mejor, fallida.

(Rivera-roda, Oscar, 1973, p. 19)

 

Aplíquese a la vida como poema, como pieza musical, como performance colectivo, ¿Cómo nos aproximamos a ella? ¿Desde dónde y hacia qué? Lejos de separarnos de lo social, se sugiera la visualización crítica del fenómeno existencial en cada uno de sus fragmentos, nos sujetamos sí, a diversas herramientas sociales para sembrar de maneras múltiples estructuras simbólicas anti paradigmáticas, anti ambivalentes:

 

This that recedes                              Esto que retrocede

will comer near to us                        se acercará a nosotros

                                                                            on the other side of day.                  al otro lado del día.

(Auster, Paul, 2012, p. 90)

 

Una instancia social aparece allí donde no la había y ni siquiera había nombre para decirlo

(Baudrillard, Jean, 1978, p. 179)

Por esta y otras razones no se expresa en su totalidad un desprecio por lo social, si no por ciertos valores que atentan en contra de valores ecológicos, artísticos, espirituales, humanísticos o (en este sentido) sencillamente: poéticos.

 

¿Sed de infinito, llenos de infinito o vacíos de infinito? 

 

A través de una genealogía poética se puede profundizar inagotablemente en los distintos elementos que condicionan la construcción del yo y su transición anti paradigmática al yo-poético; a través de una meditación activa el yo-poético desnuda los fragmentos arquetípicos de una realidad infinita en símbolos, que desnaturalizada por la razón tiende a aparecer con una violencia confusa de relieves cósmicos que alteran la conciencia de una colectividad cuadrada.

 

Hay verdades que sólo se nos pueden dar metafóricamente; verdades inefables para el pensamiento teórico pero accesibles para la sensibilidad poética

(Lizaola, Julieta, 2014, p. 52)

 

La metáfora poética (poesía, música, teatro, danza, ecología, espiritualidad, inmoralidad, etc.) trasciende el plano artístico y se presenta por urgencia humana al servicio de la filosofía y de la colectividad social. Y ahora (a decisión) se implementa en la preceptividad contemporánea. Y así, desde esta perspectiva somos sugerentes en cuanto a que:

 

No se olviden del concepto de una naturaleza que vive sonando y en la que vivimos sonando con ella.

(Spinetta, Luis Alberto, 1990, el sonido primigenio, conferencia).

 

Al ser la poesía elucidación lúdica del lenguaje, es la actividad preceptiva que se propone para la profundización crítica en los infinitos espacios oníricos o no de la existencia.

 

Por Sebastián Morto

Y por recomendación de nuestro melómano de cabecera, don Rubén Pineda y Robles:

Sobre el autor

Sebastian Morto/Maytorena Orozco (Hermosillo, 1994) es escritor de arte. Cursa la licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad de Sonora, misma en la que realizó estudios de Artes Escénicas. Dirige la Revista Campobello 30-30, ha publicado en Revista Háyaza y en medios digitales como La Jornada online. Vivió en San Francisco, California y en la Ciudad de México. Se ha desempeñado como director de Desierto Imaginario en colaboración con Plataforma Colmena, Quiatora Monorriel, Centro Estatal de Trasplantes, la Universidad Durango Santander y Universidad Lasalle del Noroeste, presentando obras en Sonora y Sinaloa.

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