Vidal también formó parte del crew de CS en el FICD 🙂
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Si te preguntan por La región salvaje (Amat Escalante, 2017), “di que viene de allá, de un mundo raro”.
El sexo – puro y duro – es plataforma de lanzamiento para un guión cuyas historias avanzan en paralelo. Luego, estas se engarzan y aunque amenazan con sabotearse, sin embargo se mueven, como diría el arrepentido Galileo.
Lovecraft redivivo, una vez más. Andrzej Zulawski y su Posesión (1981), homenajeados aquí por uno de sus discípulos más arriesgados. Y el machismo, la homofobia y la violencia popular que, por desgracia, no son endémicos de lo mexicano. Siguen siendo de naturaleza terrícola.
Amat Escalante vuelve a tirar los dados en La región salvaje; y de nuevo la reta le sonríe. Abandonando el realismo de sus anteriores entregas – se recuerda Heli (2013) – , ahora presenta un audaz híbrido entre el drama, las películas de “ciencia ficción” serie B y el terror.
Las antenas de Escalante, en esta cinta, apuntan al bajío. Estamos en Guanajuato, entidad gobernada por el Partido Acción Nacional desde 1991. Alejandra (Ruth Ramos) es un ama de casa insatisfecha. Su marido, el cínico Ángel (Jesús Meza) le ha dado una vida sumisa y castrante. El dominio de Ángel, macho alfa, alcanza incluso a Fabián (Edén Villavicencio), hermano de Alejandra, quien goza de un triángulo pasional sin demasiados cuestionamientos: total, que se chingue la Alejandra.
Los fluidos entre estos tres personajes humedecen la trama con un carácter franco, explícito, secretando así una tensión sensual casi insoportable. La delgada línea entre amor, sexo y erotismo es violentada por los más primitivos impulsos, ¿podía ser acaso de otra manera? No para Amat Escalante.
Entonces aparece Verónica (Simone Bucio, en constante referencia a Isabelle Adjani, de Possesion). La misteriosa y deseable mujer se acerca a Fabián para hablarle de un lugar, en el bosque cercano, donde existe un ser, algo que proporciona placer, que no es de esta naturaleza y por lo tanto le cambiará la vida.
Dos (o tres) varones observan extasiados a Simone Bucio en su papel de Verónica. Foto de Benjamín Alonso
Se recomienda ahora escuchar nuestro bolero favorito, interpretado por Olga Guillot, o por Chavela Vargas, o por Luis Miguel:
Tú me acostumbraste a todas esas cosas
y tú me enseñaste que son maravillosas.
Sutil llegaste a mí como la tentación,
llenando de ansiedad mi corazón
La criatura aguarda en una cabaña, en un bosque cercano. Una cosa que se alimenta de amor y placer. Eros alinenígena. Thanatos, de otro planeta. Tentacular, fálico. Cthulhu redivivo, erótico, Zulawskiano, capaz de superar cualquier lúbrica fantasía humana.
Yo no comprendía cómo se quería
en tu mundo raro
y por ti aprendí
Aquí se manifiesta la audacia de Amat Escalante. Al introducir el elemento extraterrestre decidió correr el riesgo de que su discurso sobre el machismo, el adulterio y la homofobia pasaran a segundo plano. Pero no fue así. En La región salvaje un crimen resulta ser el pegamento de toda la historia.
Porque como le sucedió a Jorge Ibargüengoita en el plano literario con Las Muertas y a Felipe Cazals con Las Poquianchis (1976), la cobertura plebeya, amarillista y mórbida de ese episodio vergonzante de nuestra historia – las matronas asesinas seriales de mujeres que reclutaban, prostituían y esclavizaban -, tiene en Escalante un equivalente.
Al igual que con Ibargüengoita y Cazals, una nota roja de poca monta que en este caso encabezaba “Matan a jotito” , le provocó a Amat Escalante la creación de esta nueva aventura cinematográfica.
¿Es necesario señalar que Las Poquianchis operaron en San Francisco del Rincón, Guanajuato, entre 1945 y 1964? No para Amat Escalante.
Por eso me pregunto, al ver que me olvidaste,
¿Por qué no me enseñaste cómo se vive sin ti?
Una fotografía en instantes nebulosa, un elenco “no profesional” dirigido con maestría, la música subyugante y la creación de atmósferas realmente atractivas hacen de La región salvaje una experiencia memorable.
Un privilegio para quienes fuimos invitados a su proyección dentro del Festival Internacional de Cine en el Desierto 2017. Y que podrá ser compartido a partir del 12 de julio de este año, cuando La región salvaje empiece a ser distribuida en las salas cinematográficas del país.
Es un mundo raro, como escribió en piedra – o quizás en meteorito – José Alfredo, el de Guanajuato.
Por Horacio Vidal
Fotografía de Benjamín Alonso
Oliver Rendón, director del FICD, introduce a Amat Escalante con los asistentes a ‘La región salvaje’, previo a su exhibición (la de la cinta).