Tome café y lea la entrevista que Baltazar hizo a Basurto el ocho de mayo próximo pasado, con imágenes de Allen Sánchez 🙂

Hermosillo, Sonora.-

Jean Emmanuel Baltazar: ¿Desde hace cuánto tiempo pinta?

Augusto Basurto Jacob: Empecé a pintar aproximadamente en 2017–2018, pero no me comprometí de lleno hasta 2021.

JEB: ¿Qué lo llevó a comenzar en el mundo del arte?

ABJ: Comencé a los 9 años como pianista. Vengo de una casa donde había trovadores, pintores; mi padre tenía una librería/editorial y mi madre, un gimnasio. No había otra vía hacia dónde ir. Empecé con una exploración de las bellas artes, que ahora culmina en esta exposición inmersiva audiovisual.

JEB: ¿Qué tanto influyó su madre en su proceso como artista?

ABJ: Creo que desde el vientre. El ritmo de su corazón, la música que usaba en el gimnasio… Todo eso fue creando en mi cerebro sinapsis y memorias. Cuando nací, ya era completamente rítmico. Ella influyó en mí en cuanto a la danza y la poesía, pues también escribía. Más tarde, en 2011, mi madre empezó a pintar, después de haberse dedicado muchos años al aerobics. Yo la acompañé en ese proceso como músico.

Por ejemplo, me decía: “Mijito, hazme el bastidor, ponle la tela aquí”. Yo solo era un ayudante, pero esa experiencia fue sembrando ideas en mi cabeza. Luego ella falleció, y tres años después sentí la necesidad de comunicarme con ella de forma energética. No espiritista, sino a través de los recuerdos, y por medio de ellos, pintar con ella. Pensé: “Ya no está en este plano, pertenece a la gracia de Dios, pero puedo conectarme con la pintura”. Así surgió una obra llamada El Bautizo, que actualmente está en Nuevo Vallarta, en manos de Ramsés Vera, un arquitecto muy potente. Fue la primera persona que compró una obra mía.

JEB: ¿Quedan reminiscencias del cantante de punk que fue?

ABJ: Claro. El estar frente a la obra todo el tiempo posible, el cargar micrófonos, bocinas, cableado, instalar todo como hoy… decir cómo deben hacerse las cosas aunque no se tenga todo resuelto. El punk no es solo la música, es una forma de entender que puedes usar un tenedor como peine o una bolsa del súper como banda para la cabeza. Incluso en una instalación audiovisual inmersiva se puede transmitir un mensaje punk. Por así decirlo, hackeé un museo: me prestaron un espacio y yo lo usé de la forma más punk posible.

El chef Eloy Aluri y el artista Augusto Basurto en el evento «Alimento para el alma y el cuerpo: la comida en el arte»

JEB: ¿Cómo ha influido su pasado musical en su obra visual?

ABJ: El ritmo. La forma de contar algo con inicio, desarrollo, nudo y desenlace. Me interesa mantener al espectador en la orilla del asiento sin saber qué sigue. Siempre he sido histriónico. En los festivales del Día de las Madres bailaba como Elvis Presley o Luis Miguel. Me gustaba agradar con el performance. Haber sido vocalista de un grupo de rock pesado se refleja en la energía con que presento mi trabajo.

JEB: ¿En qué momento entró Yahvé en su vida?

ABJ: De forma natural. En casa se leía la Biblia, se bendecían los alimentos en nombre de Dios. Era un cristianismo casi judío, auténtico, sin pertenecer a ninguna congregación. Mis padres fueron guiados por el Espíritu Santo para educar a siete personas. Un día, cuando estaba enojado y no quería ir a la universidad, tocaron a la puerta unas personas y me preguntaron: “¿Tienes tiempo para leer la Biblia?” Yo respondí: “Claro que sí”.

JEB: ¿Cómo ha cambiado su arte desde esa transformación espiritual?

ABJ: Me ha dado certeza. Me hace sentir que ya es suficiente, que hay un plan, un camino. Aunque las cosas no salgan perfectas, lo que hago es un regalo para Dios. Caminar con Él me hace sentir querido, amado, que lo que digo importa. Eso es lo que me ha dado entregarme.

JEB: ¿Qué busca transmitir hoy en día con sus obras?

ABJ: Quiero transmitir el tiempo, mis experiencias personales, la influencia rítmica de Cristo y Jehová al crear. Quiero que quien entre aquí entienda que su labor en el mundo puede ofrecérsela a Dios, y Él, a cambio, le dará frutos si se fertiliza con su palabra.

JEB: ¿Qué planes tiene a futuro como artista?

ABJ: Seguir innovando, expandiendo el nombre de Dios al mayor número de personas posible. No para buscar seguidores para mí —eso jamás—, sino para construir una comunidad cristiana en el mundo. Quiero saber que, si algún día tengo hijos, vivirán en un mundo cristiano, empático, con propósito, en un lugar que no solo piense en lo terrenal, sino que también se preocupe, desde el corazón, por los demás.

JEB: Eso sería todo, muchas gracias.

A la izquierda el chef Eloy Aluri, a la derecha Augusto Basurto.


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Sobre el autor

Nacido en Hermosillo, actualmente estudia la licenciatura en Literaturas Hispánicas en la Universidad de Sonora. Le gustan los gatos y es alérgico al aguacate.

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