Ese día nos encontrábamos aquí por el arroyo, debajo de un árbol, cuando de repente comenzamos a ver un humaredón que se soltó hacia la gasolinera. Entonces nosotros pensamos que era la llantera, porque ahí está una llantera grande, y corrimos todos y ya cuando llegamos pues vamos viendo que era la guardería. Y yo lo que hice pues me metí, me metí sin pensarla. Íbamos como 3 morros: el José, el Negro y yo. Entonces yo no la pensé y me metí pa’ dentro. Y entre el humaredón y todo ese jale me devolví pa’trás porque estaba muy oscuro adentro. No veía nada. Entonces dos polecías que andaban ahí me dieron dos lámparas, me quité la camiseta, me la puse en las narices y me dejé ir otra vez pa’ dentro, pa’l llamaradón. Y ya comencé a aluzar hasta que vi una niña que estaba sentadita en una esquina, con los bracitos así encogiditos y el pelito recogido. No se le quemó el pelito. Y yo dije «¿Será niña o será muñeca?»… porque parecía una muñequita, la piel como de plástico, así amarilla…

 

Es la voz de Juan López Trujillo, mejor conocido como El Cayetano. Un tipo treintañero, ameno y sonriente que mira a lo lejos cuando hace memoria. No es alto ni chaparro y lo que tiene de flaco lo tiene de correoso. Vive en la colonia Y Griega y es uno de los varios que arriesgaron el cuero el 5 de junio de 2009 en la Guardería ABC de Hermosillo.

 

«¿Será o no será?» decía yo… Estaba entre sí y no, pues. Y lo que hice pues que la quiero agarrar, la agarro de abajo de los sobaquitos así y entonces sentí lo caliente y la dejé caer porque me quemé las manos. Entonces lo que hice ¡pum! me quité la camiseta que traiba y la envolví, la envolví y la agarré bocabajo y ahí voy pa’ fuera, pa’ la puerta. Saqué a esa, iba viva ésa, el corazoncito le iba funcionando. Ya la entregué afuera y me dejé ir otra vez pa’ dentro.

 

Aquella tarde una llama de fuego llegó a la estancia infantil procedente del almacén contiguo, perteneciente a la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado de Sonora. Ciento cincuenta infantes hacían la siesta y en cuestión de minutos aquello se volvió una locura: 49 niños fallecidos y 75 más con lesiones de por vida fue el saldo de la horrenda tragedia. Los 700 mil habitantes de Hermosillo lloraron al tiempo que clamaban justicia.  La pregunta por qué y el lamento cómo pudo suceder estaban en boca de todos. Intentando respondernos, se habló –se habla- de corrupción y negligencia como las causas últimas del desastre. Intentando consolarnos, aparecieron los héroes de toda tragedia.

 

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El Cayetano y El Rosa junto al arroyo que bordea la casa del primero

 

La mañana del 9 de junio, a cuatro días del evento que nos mantenía en shock, revisaba la edición en línea de El Universal cuando topé unas declaraciones que jalaron mi atención. Era la voz de un testigo al momento de los rescates: “Un joven drogadicto ayudó a salvar a niños y logró entrar a la guardería. Entró y sacaba y sacaba (niños) y al final estaba muy cansado, se sentó en la calle. Nadie lo tomó en cuenta, yo sí lo tomé en cuenta y lo conozco”. Dos líneas retuvo mi cabeza: joven drogadicto y nadie lo tomó en cuenta. Qué raro, pensé, todo mundo hablando del héroe de la camioneta y nadie de este camarada.

 

Y es que para entonces la noticia era Francisco López Villaescusa, El Fran, el joven que oportuna y hábilmente estrellara su camioneta contra la pared de la guardería para abrir dos grandes boquetes y con ello agilizar los rescates. El resto era alguna nota perdida sobre héroes anónimos y hasta ahí. Pero nada, ni de lejos, sobre ese valeroso “joven drogadicto” que había puesto en riesgo su propia vida por salvar la de los infantes. Por qué esta exclusión, me pregunté. ¿Será acaso por su condición de usuario de drogas? ¿Habrá otros como él? ¿Quiénes son, qué hicieron? ¿Qué pensarán de esta marginación hacia ellos? Con el paso de los días estas preguntas se hicieron insoportables, había que darles respuesta. La urgencia estaba marcada por la profusa evidencia que cotidianamente ofrecían medios y calle: si se hablaba de héroes se mencionaba casi exclusivamente a uno solo, el de la pick up. ¡¿Dónde diablos quedaban los demás?! Así que un mes después de la tragedia me enfilé a la Colonia Y Griega, grabadora en mano.

 

Las rúas del barrio me recibieron anchas y polvosas. Muchos árboles y arbustos pero sobre todo mucha gente en la calle: las señoras hacen una pausa en su camino a las tortillas y platican; niñas y niños juegan en la avenida como si fuera el patio de su casa; los morros forman sus bolitas en esquinas y banquetas. No veo computadoras ni teléfonos. Me siento bien. No escucho el habitual ruido de carros y grandes máquinas a no ser por el lejano rugir de los trailers que pasan por el periférico sur, perímetro de este barrio. Luego camino en dirección a una de esas bolitas en las banquetas y un aroma interesante llega a mi nariz. Me acerco más y más pega… Huele bien.

 

Mi llegada generó escepticismo entre los muchachos, pues prácticamente nadie los había entrevistado en los días inmediatos al incendio y que alguien llegara con esas intenciones 42 días más tarde les parecía extraño, si no sospechoso. Pero vino la confianza y se hizo el diálogo. Yo tenía interés por saber qué había pasado y qué sentían. A cambio ellos tenían no ganas sino urgencias por hablar.

 

El Pitufo es un compa alto, moreno y fornido. Lleva una barba de candado, emite una tranquilidad envidiable y suele robar un pedazo a la tarde para “hacer deporte”.

 

Yo estaba aquí en la casa cuando empezó el incendio y vi un humaredón pa’llá y me quedé viendo…. “¿qué será?”, dije yo. “Pos sabe”. Yo tenía algo en la hornilla, me estaba guisando una comida. Y salí hasta allá hasta afuera y me regresé y me dije: “algo me dice que vaya pa’llá, algo me dice…”. Y me quedé viendo otra vez el humo y “sabes qué, voy a apagar esta madre y me voy a ir pa’ llá”. Y cuando iba ahí en la escuelita me grita una señora “¡Apúrate, apúrate! ¡Se están quemando los niños, se están quemando los niños!”. Y sobre de ella. Precisamente andaba en estos chores y en la tirahuesos blanca. Ya cuando llego me paro y veo el desmadre de gente: cero policías, ni un bombero… y aquellos (Cayetano, José y otros) sacando a los niños. Y volteo pa’ un lado y estaban los morritos a un lado de mí, estaban los morritos todos pelados acá retorciéndose y yo “¡Ay güey!, ¿qué onda qué hago qué hago?”. Y llega una patrulla, un pick up, y “¡Ahí, los niños ahí!”. Y empiezo a agarrar a los niños y a subirlos; y cuando llego con el primer niño la patrulla ya estaba llena. “¡No, a la otra a la otra!”. Y yo me quedo con la niña en los brazos, la volteo a ver y la niña toda llena de ceniza, de carbón los ojos… toda pelada. Y yo “¡En la madre, no mames!”.

 

Y en cuanto llegó la otra patrulla ¡pum! ¡pum! y ¡sobres! “¡otro! ¡otro!” y ya salgo corriendo y ai’ viene un bombero con un niño todo pelado: ojitos, cabeza, todo… Y se tira al suelo y le da respiración y no volvía… y le pegaba al suelo el bato y nada el morrito. Y el bombero lo que hace: se le queda viendo al morrito y se desmaya… y yo «¡¿Qué ondas con este bato?!».

 

El Negro fue otro de los primeros en entrarle al rescate y también al testimonio. 16 años, ojos luminosos, complexión delgada, cicatrices, pelo a rape, “de aspecto cholo” diría cualquier periódico local:

 

Ese día estábamos ahí en el arroyo, ahí no las llevamos en casa de una morra. Ahí estábamos, íbamos a comprar unos tabacos ahí con doña Chelita y de repente vimos un flamón que había tronado machín, o sea lo que es un chingo de humo. Y nosotros pensamos que había sido la gasolinera y salimos corriendo pa’llá.

(…)

Mira los que andábamos adentro fueron este bato (José), fui yo, el Martín, el Chonte, el Pancho Güilo, quién más… Y había un chingo de gente que no se animaba a entrar, dos tres batos grandes ya, desesperados. Y neta, los policías estatales primero no dejaban entrar. Y nosotros estábamos buscando por dónde entrar y un compa de aquí del mismo barrio, el Daniel, tiró una refrigeración con la Cherokee y por ahí tiraron al Cayetano, güey. Y sacó como a 6, 7 niños. Fueron los primeros niños que sacaron, pero no se podía entrar.

(…)

Estábamos yo, este bato (Cayetano), el compa (Amedh) y un policía. Y la raza: “¡por aquí vamos a entrar!” Y una muchacha de ahí de la guardería nos ayudó a entrar. Y ella entró así sin nada, güey; nosotros con toalla, un desmadre, ya bañados con agua. Y un escándalo machín. Y entramos pa’ dentro, en cuanto le pegué la patada a la puerta salió un chingo de humo negro… ¿cómo quieres que no se hayan muerto los niños? ¡Es de a huevo![1]

 

Al pasar revista a los testimonios recogidos encontramos que el inicio de los rescates en la guardería ABC está íntimamente ligado a policías y bomberos, representantes de ese Estado que tiene el deber de salvaguardar la integridad de sus ciudadanos. Sin embargo, la estrecha relación de policías y bomberos con los rescates no tiene que ver con actos de valentía y arrojo. Al contrario, mucho se habla de 1) la ausencia de elementos policiacos y tragahumos; y 2) la nulidad de ambos conforme fueron apareciendo.

 

Mario es otro de los que arriesgaron cuero y pellejo. Rebasa los 30 años, todos vividos en el barrio, y es fácil advertir el respeto que le guardan los compañeros.

 

Te voy a decir lo que pasó conmigo. Yo llegué aquí, dejé el carro y me fui chicoteado sin parar. Llegué a la guardería y ya estaba acordonada el área. Ahora no tengo niños ahí pero tuve una niña, hace rato. Y llegué y me le metí a los chotas (policías). Los chotas me quisieron agarrar y ¡fun! me les metí pa dentro, me metí por la puerta principal. Cuando ya llegué adentro ¡en la madre, el humo estaba bien enchiloso! Entonces no veía nada, te estrellabas con las cosas, te tropezabas. Y agarrabas un niño, ibas y lo dejabas a la puerta y agarrabas otra vez pa’ dentro. No sé cuantas veces lo hice, como unas 7, 8 veces conté, como unos 8 niños.

 

Entonces en la última ya me metí por los hoyos de los que hizo el carro (el de Fran). Porque por la puerta principal ya no nos dejaban entrar por ahí. Yo me les metí otra vez a los chotas, ya no se veía ni madre ni madre y entonces fue cuando duré más tiempo adentro… Ya después nos juntamos todos. Y ya caí agotado por el humo porque había durado un chingo adentro. Y ai’ me quedé y un policía me dijo “¿Qué onda te sientes mal?”  Y me dio una botella con agua y me la eché pero en la cara, no me la tomé, estaba bien agitado. Y ya me aliviané y fui a buscar a mi doña, porque yo venía con mi doña.

 

José es uno de los valientes con menor edad y menor estatura, pero con una energía y un lance extraordinarios. Sus palabras son como él: claras y fuertes.

 

O sea que los polis son los que estaban afuera, ellos sólo estaban recibiendo a los niños, ellos son los que estaban saliendo en la tele, ellos son a los que les tomaron las fotos. Pero quienes estábamos de este lado de la barda, donde estaba el fuego, donde estaba lo bueno, ¿quiénes eran? ¡Esos no los conocen![2]

 

Hemos dado con bola: si no apareces en pantalla no existes. Si un lente no registra tus acciones no estuviste y no estarás. Quedas fuera. Bendita video-vida de mierda. Es un asunto de estar (frente a las cámaras) para ser. De otro modo quedas al margen. Visto así la pregunta llega sola: ¿qué papel jugaron los medios de Hermosillo en todo este proceso? Examinemos el caso de la prensa escrita.

 

La edición del 6 de junio de El Imparcial, el diario de mayor circulación en Sonora, dio un importante espacio al testimonio de dos vecinos de la colonia Akiwiki, quienes “sin pensarlo dos veces” se acercaron a ayudar.[3] Al día siguiente, la misma primera plana incluyó la trascendental colaboración de Francisco López, El Fran, quien “derribó  muros con pick-up y salvó vidas”, como titularon la nota.[4] Hasta aquí todo en orden: se reconoce la providencial colaboración de vecinos, civiles, voluntarios. Sin embargo, en la misma edición del domingo 7 de junio se perfila el rumbo de la cobertura noticiosa que El Imparcial y el grueso si no todos los medios de comunicación hermosillenses habrían de seguir.

 

El diario de la familia Healy, como es natural, dio una amplia cobertura a lo que ponderó como “el día más aciago en la historia de Hermosillo”.[5] En ese tenor creó la sección titulada Luto en Sonora, la cual incluyó ese domingo dos notas más relativas al “héroe desinteresado”, como calificó la reportera Alejandra Meza al Fran, quien “debido al impacto resultó con hinchazón en un brazo, pero nada de consideración y ayer ya se encontraba trabajando en su taller”.[6] De tal forma que estamos ante tres notas dedicadas a un acto por demás notable, celebrable, nadie lo discute, pero no el único ni muchísimo menos, como lo empezaban a entender este y otros periódicos locales.

 

Así fue que Dossier Político no quiso quedar fuera del homenaje y en su primera plana del 8 de junio, dedicada al “viernes negro” hermosillense, cabeceó: “Francisco Manuel Lopez evitó una tragedia mucho mayor… es un héroe”. Páginas adentro, retomando una nota de El Universal, de la Ciudad de México, se daba voz al testimonio de El Fran al tiempo que se hacía notar: “Francisco Manuel, a quien han nombrado en el estado “héroe” por su hazaña, trabaja en un taller de laminados y fue su padre quien le dio aviso del incendio. El joven tiene la columna desviada e inflamación en los músculos por los impactos que realizó con su camioneta para salvar vidas”.[7]

 

De este modo la sociedad sonorense, mexicana y más allá se iba enterando de la muy plausible intervención de este joven y de los efectos negativos sobre su salud. Todavía no transcurría una semana del suceso cuando López apareció en la primera plana de El Imparcial sosteniendo a su hijo recién nacido (“¡su mejor recompensa!” festejaba el rotativo), y también en la primera plana pero de Expreso, relatando lo difícil que le suponía lidiar con “la fama”. “Ayer le hablaron periodistas de Colombia, España, Italia, Francia y Estados Unidos”, destacó el reportero Javier Quintero.[8]

 

¿Pero dónde quedaban “los demás”, todos aquellos vecinos que habían entrado una y otra vez con o sin boquetes de camioneta? La respuesta la da el propio Expreso en su edición del 6 de junio en una pequeña nota titulada “Héroes anónimos”: “También surgieron los héroes anónimos que sin importarles su propia seguridad se lanzaron al fuego para rescatar a los pequeños”.[9] Y en efecto, fueron y siguieron siendo anónimos estos salvadores; ningún nombre aparecía en ese texto y mucho menos se habló de los efectos que fuego y humo generaron en su salud.

 

Esta breve mirada a los contenidos de la prensa local nos permite vislumbrar el inicio de una campaña propagandística en favor del héroe único, una tesis nunca enunciada como tal pero puesta en marcha consciente o inconscientemente por los formadores de opinión pública de esta ciudad. No olvidar, por otra parte, los posteriores reconocimientos simbólicos pero sobre todo materiales que “el joven de la camioneta” habría de recibir: la Cheyenne del año, cortesía del ex gobernador sonorense Manlio Fabio Beltrones, la “enchulada” de la pick up utilizada para abrir los hoyos en las paredes de la bodega-guardería, la exención de pago por los servicios de parto, los sonoros aplausos y otros gestos que la sociedad civil dedicaba a su persona y a la camioneta misma cuando ambos aparecían en las multitudinarias y numerosas marchas por la justicia, un reportaje en Discovery Channel y en fin los mil y un espacios que los medios de comunicación dedicaban a “El Héroe de Hermosillo”, incluido aquel corrido que un buen hombre escribía y cantaba:

Voy a brindar un corrido, a Manuel López y a Francisco, hombres de mucho valor, así es el padre y el hijo, que han salvado muchos niños, en el momento preciso.[10]

Con todo esto y más que aquí no se ha dicho resulta fácil entender las palabras de El Negro, por cierto primo hermano de El Fran:

 

Ai’ en que mi abuela llegaban reporteros de Alemania, de Argentina, de Uruguay… preguntando por mi primo porque ahí estaba el carro, ahí lo vieron los primeros reporteros.  Y lo querían tratar y yo le dije a mi nana que todo bien, pero que la neta yo no quería tanto… ¿cómo se dice? Tanto agradecimiento, pues. Es lo que es.  Yo lo hice sin pensarlo. No pensé en nada, ni en la fama ni en nada. Y wacha el morro: no era pa’ que le hubieran dado tanto al morro ese pues. Es mi primo el morro pero se me figura que está mal el gobierno al reconocerlo tanto, ¿sí o no Pitufo? (Pitufo: A huevo).

 

Porque la neta el morro sí le pegó en la madre al carro y ponle que se haya lastimado la cintura y que le esté metiendo tanto chorizo (choro). Pero esa ondeada de que agarraron el carro y lo mandaron arreglar, quesque una forma de gratitud… ¿esa madre qué? ¿Por qué se tiene que agradecer? Fueron héroes… ¡Fuimos héroes, la neta! ¡Por mas bichis que anduviéramos fuimos héroes los que anduvimos adentro! y nos tiraron a la mierda…

 

Vuelve la voz de El Josecito, como cariñosamente lo llaman en el barrio:

 

Al carro chocado, al morro, porque estaban afuera. A esos sí los reconocieron y la chingada. Y a la gente que una cámara los logró grabar. Pero los que estaban adentro del incendio, que fuimos nosotros, que sacamos los niños, ¿A esos qué, eh? Ni las gracias nos dieron…

 

-¿O sea que no han venido a decirles «gracias»?

 

Nada, ni las gracias nos dieron. «Los vagos» nomás dijeron y se acabó.

 

Los héroes del ABC son los desdeñados por la sociedad que viven y por aquellas y aquellos que escriben la historia ya en libros ya en periódicos. Cómo reconocerles un lugar en la memoria histórica si no dan con el perfil requerido: no son políticos no son empresarios no son filántropos y no son líderes sociales; no aparecen en la pantalla de la televisión local y nacional, no son estrellas de reality shows y no lo son porque no cantan y no bailan, y como van a salir en la tele si están muy feos y las plazas para los freakys ya están ocupadas. Además no tienen trabajo y si lo tienen no es digno de la sociedad que somos. Son morenos son cenizos y llevan marcas en la piel: sean tatuajes o cicatrices. En realidad dichas marcar encarnan estigmas pero no los de la fe cristiana sino los que impone el buen gusto y la alta cultura del hermosillense «moderno».

 

En 2010 tuvieron lugar los fastuosos y en muchos casos hipócritas festejos por los centenarios que ese año se cumplían: el inicio de la lucha de independencia en 1810  y el inicio de la gesta revolucionaria en 1910. Por doquiera escuchamos encendidos discursos sobre las míticas figuras de bronce que engalanan nuestra historia nacional y regional. Y pienso yo que sin demérito de aquellos prohombres que fundaron nuestra patria, no nos vendría mal bajar la mirada y el aplauso para con los héroes de carne y hueso que tenemos a un lado. Especialmente en oportunidades como las que fatídicamente nos ofreció, y nos sigue ofreciendo, el 5 de junio de 2009 en esta ciudad de Hermosillo.

 

Hagamos como sugiere un par de historiadoras: tengamos un acercamiento distinto a la gente común que nos rodea. Esa gente común que “irrumpe sorpresivamente para trastocar los guiones”.[11]

 

Trastoquemos nuestros guiones mentales.

 

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Los brazos salvadores de Cayetano

 

 

 

Negro, Chapo, Pitufo y Josecito, en imagen de julio de 2009.

Negro, Chapo, Pitufo y Josecito, en imagen de julio de 2009.

 

 Texto y Fotografías por Benjamín Alonso Rascón

 

 

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Una versión preliminar de este trabajo fue leída en el XXII Simposio de la Sociedad Sonorense de Historia en noviembre de 2009

[1] Los nombres completos de los héroes aludidos por Julio César Contreras Soto, El Negro, son Víctor Manuel Uriarte Avilés, El Chonte; Luis Alfredo Ibarra Navarro, Pancho Güilo; Martín Ángulo Ojeda Vázquez; Daniel Vázquez Mejía e Hiram Amedh Jiménez Villafaña. Cabe anotar que no bastaron dos encuentros con la raza del barrio para conocer sus nombres completos. El caso del Negro fue especial: su nombre lo develó El Rosa, que rápidamente explicó: “Cómo no me voy a saber su nombre si todos los días lo oía cuando nos pasaban lista”. “¿En la escuela?”, pregunté. “No, en el bote, cuando caímos juntos. El Negro y yo somos carnalitos desde chiquitos y hasta al bote caímos juntos una vez”.

[2] Cabe decir que José Guadalupe Ibarra Moreno no fue el único miembro de la familia que participó en los rescates, pues su hermano Francisco Antonio, muy conocido como El Chapo, también tuvo una activa participación en los hechos del 5 de junio y en las variadas visitas que hicimos a la Y Griega en julio y diciembre de 2009, en enero de 2010 y posteriores. Asimismo, resultaron de mucho valor los testimonios de Francisco Javier Siqueiros Acedo y Fortino Murrieta Cruz (El Javi y El Chino, respectivamente), también jóvenes del barrio.

[3] “Ayuda vecino en rescate”, nota de Guadalupe Gutiérrez, El Imparcial, Hermosillo, 6 de junio de 2009, primera plana.

[4] “Francisco derribó muros con pick up y salvó vidas”, nota de Alejandra Meza, El Imparcial, Hermosillo, 7 de junio de 2009, primera plana.

[5] “Vive Hermosillo el día más aciago de su historia”, nota de Virginia de Viana, El imparcial, Hermosillo, 7 de junio de 2009, página 1B

[6] “Destacan vecinos valor de Francisco Manuel”, nota firmada por la Redacción de Periódicos Healy y Agencias, El Imparcial, Hermosillo, 7 de junio de 2009, página 6; y “Vence Francisco miedo y pared para salvar niños”, nota de Alejandra Meza, ibídem., página 13.

[7] Textualmente el cintillo de Dossier Político en su primera plana reza: “Francisco Javier López evitó una tragedia mucho mayor… es un héroe”. Sin embargo, el nombre correcto es Francisco Manuel López, como se escribió arriba y como el propio Dossier lo corrige en la nota de interiores, titulada “Tenían plástico derretido en la piel”, publicada originalmente en El Universal, donde sí se especifica el nombre de su autora, Shaila Rosagel. Véase Dossier Político, Hermosillo, 8 de junio de 2009, número 1713, primera plana y página 18; y El Universal, Ciudad de México, 8 de junio de 2009, página 4-A.

[8] “La fama lo tiene acosado”, nota de Javier Quintero, Expreso, Hermosillo, 10 de junio de 2009, primera plana; “Llega Ángel para Francisco”, nota de José Ponce, El Imparcial, Hermosillo, 10 de junio de 2009, primera plana.

[9] “Desata el fuego su crueldad”, nota de Myrna Alonso, Expreso, Hermosillo, 6 de junio de 2009, página 4A.

[10] “Corrido héroe Francisco López Villaescusa”, video del periódico Reforma (Ciudad de México) en su edición electrónica, también disponible en You Tube.

[11] Leonor Correa y Patricia Pensado, “Historia oral de la gente común, una posibilidad en la historia urbana”, en La historia con micrófono, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Ciudad de México, 1994/2006, pp. 79-89, especialmente p. 83. En esta idea de construir una (auto)crítica social alrededor de la tragedia ABC, vale la pena revisar las reflexiones de Paco Alonso Rascón sobre la estructura económica de alienación que subyace a un evento como el de marras y sus perniciosos efectos sobre el conjunto social: “Ellos –los infantes- murieron encerrados en una bodega cuando los padres estaban encerrados en su trabajo y resulta que por miedo nos encerramos a nosotros mismos”. Véase Francisco José Alonso Rascón, “Y”, Hermosillo, Octubre de 2009, manuscrito.

Sobre el autor

Premio Nacional de Periodismo 2007. Director de Crónica Sonora. Escríbele a cronicasonora@gmail.com

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54 comentarios

      1. Me costo trabajo terminar de leer el articulo, tomé algunos descansos para llorar, la injusticia, juridica, es predecible y hast cierto punto Aceptable, pues forma parte cancerosa ya de nuestro devenir diarion, pero lo doloroso es la injusticia social, ser protagonicos espectadores que solo como estatuas vemos todos los aconteceres y eso precisamente es lo que debe exaltar la valía de esos héroes no tan anonimos pero si olvidados, nuestras historia nacional esta plagada de mentiras y falsos héroes impuestos por el sistema, pero estos héroes ciudadanos son los que merecer honores y reconocimiente, esos que sin esperar ni historia ni recompensa entraron y salieron del infiernos rescantando almas.
        Para ellos, mis respetos, mi admiracion y mis lagrimas.

  1. Hasta para reconocer el valor hay injusticia. Mi respeto, admiración y agradecimiento con todos y cada uno de los jóvenes que ayudaron de una u otra manera, y al «rescatador» de la historia, ésa, la historia que es verdad. Es inevitable sentir angustia, terror y un profundo dolor cuando narran con tal claridad, lo que pasó. Gracias por el artículo, ojalá que «mueva» las entrañas y el corazón de muchas personas.

    1. Así es, MEB, una injusticia sobre otra. Son las historias satélite en torno a la gran historia de la Guardería ABC, la de más de un centenar de pequeños que sufrieron las peores consecuencias de un par de errores muy habituales en los responsables de su cuidado, los adultos: la desidia y la corrupción.

      Muchas gracias por seguirnos y por comentarnos.

  2. MUY BUEN ARTICULO. Y NOS PONE A PENSAR UN POCO EN COMO «ETIQUETAMOS» A LAS PERSONAS. Y ELLOS SIN PENSAR, CORRIERON A SALVAR VIDAS ARRIESGANDO LA DE ELLOS. TIENEN SU «LADO OBSCURO» ALGUNOS CON ENTECEDENTES PENALES ETC ETC. PERO SU VIDA NO ES FACIL. QUIEN SABE QUE TANTO CARGARAN EN SU MENTE. SON MUCHOS FACTORES EN CONTRA CUANDO VES A ALGUIEN DE ELLOS EN LA CALLE. TAL VEZ HASTA PRODUCEN MIEDO. PERO ESE DIA DEMOSTRARON QUE TODOS PODEMOS TENER ACCIONES HERMOSAS. AL LEER TU ARTICULO TENGO MUCHOS PENSAMIENTOS Y EMOCIONES ENCONTRADAS. REPITO : MUY BUEN ARTICULO.

  3. woooow, de vd me pongo de pieee y aplaudo a estos GRANDES HEROES que sin importarles nada arriesgaron su vida por los niñoos. Yo me pregunto y porqe la sociedad es asi? porque discriminar o etiquetar a las personas por su aspecto fisico o porq tienen algun vicio? en lugar de criticar se puede hacer muchoo por estas personas, ayudarlas!! Para estos jovenes heroes, un simple »gracias» para ellos hubiera sido su recompensa, pero ni eso hizo el gobierno de mierd… q tenemos, pero estos heroes tienen la mas grande recompensa que pocos tienen: tienen ganado un lugar en el cielo! creanme chicos, Dios los recompensara por ese acto tan bueno y noble de valor que tuvieron.

  4. Buen artículo, sinceramente no conocía a los demás héroes de ese día fatal en mi Sonora, muchísimas gracias a todos ellos y que Dios los bendiga, deberían de reconocerlos como lo que son, unos HÉROES, arriesgando su vida sin importar la propia, mis respetos y el reconocimiento ya les llegará, de una manera u otra.

  5. Mis lagrimas salieron de nuevo al leer este articulo… Recordar la taquicardia que sentí al saber lo que había pasado… Mis respeto para estos hombres que son unos ángeles que dios puso para salvar a estos niños, mi eterna admiración para ustedes… Dios los bendiga por siempre!

  6. Qué buen artículo! Gracias a Benja por rescatar del anonimato a esos seres humanos valientes y con el mayor de los valores (la sensibilidad) de la cual muchos otros carecen.y por rescatar también gran parte de la historia verídica. Y como no quiero ser partícipe de ignorar a estos valientes con nombre y apellidos reales. aquí los cito de nuevo: Juan López Trujillo, mejor conocido como El Cayetano Víctor Manuel Uriarte Avilés, El Chonte; Luis Alfredo Ibarra Navarro, Pancho Güilo; Martín Ángulo Ojeda Vázquez; Daniel Vázquez Mejía e Hiram Amedh Jiménez Villafaña. Julio César Contreras Soto, El Negro,José Guadalupe Ibarra Moreno y su hermano Francisco Antonio

    Cuando haya más de estos valores, más de estos seres humanos dispuestos a dar el todo por la nada. creceremos como humanos y el pueblo no tendrá tanta sed de justicia .
    Gracias a Dios porque aún existen seres humanos que sin importar sus propias vidas estén dispuestos a arriesgar la propia sin esperar ser reconocidos por la sociedad… Dios les tiene reservada la recompensa!

  7. Mi admiracion y respeto por estos heroes anonimos a quien LA Vida les ha dado pocas o nulas oportunidades de Una mejor calidad de Vida, aun en contra de lo que se piense de ellos por su aspecto fisico , han demostrado Una y otra vez el gran corazon que tienen, nadie se detiene a pensar que tienen Bellos sentimientos, nadie mas que ellos saben lo que traen cargando sobre sus espaldas, la dura Vida que han tenido desde temprana edad, para la sociedad son los vagos de la esquina , esos vagos que no pensaron dos veces en arriesgarlo todo por salvar un nino habla de su gran corazon y de los hermosos sentimientos que llevan escondidos por razones que solo ellos saben. Dios los Bendiga!!!!!

  8. un aplauso a todos esos heroes que sin pensarlo dos veces, asi de una manera rapida arriesgaron su vida , no importa su condicion ni quienes eran ellos merecen toda la admiracion de una sociedad y de los medios de comunicacion que siempre nos hacen creer lo que ellos quieren , me gusto el articulo muy bueno

  9. excelente nota!.. y sin duda los grandes heroes, los que con su valentia arriesgaron su vida sin titubear por querer salvar a los angelitos. Dios los bendiga siempre.

  10. Es un buen reconocimiento a «HÉROES ANÓNIMOS» que no han tenido nombre ni apellido y, muestra del hambre que tiene nuestra sociedad de buenas acciones sin necesidad de salir de este anonimato…Felicidades a Benji por este trabajo y los que le faltan, es necesario pedir sin generalizar al POLITICO AQUEL NECIO Y FANTOCHE que no se ocurra de favor colgarse algun dia de este HEROISMO SIN FRONTERAS, refiriendone siempre a la frontera de carácter social, económica pero sobre todo mental que se practicó en nuestra tragedia que duele HASTA LA MADRE en el alma no solo de 49 niños que nos faltan y sus familias sino de cada sonorense que quiere no olvidar que faltan ajusticiar a los culpables de esta pesadilla…

  11. Excelente nota, hasta esta fecha me vengo a enterar de los héroes que estuvieron dentro de la guardería, en donde de verdad estaba el Trabajo Principal que se podía hacer para ayudar; Sacar a los niños!

    De NADA sirve Bendecirlos y Felicitarlos por Aquí a esos Héroes, esos jóvenes bajo ese árbol o donde pasen su tiempo, no van a están pendiente de leer las notas o leer los comentarios de Bendición que escribamos aquí! Hagamoslo de verdad!!!!

    Nada vamos a perder si nos damos la vuelta por el lugar y logramos verlos, Saludarlos, felicitarlos y Bendecirlos, darles el reconocimiento tan merecido que No les han dado.

  12. No solo se exige justicia para los niños y padres Y prevenir este tipo de tragedias, sino también la sociedad desde el gobierno hasta cada uno de nosotros le debemos justicia a personas como estas. Que merecen ser vistas a la cara, saludarlos, respetarlo, Y ayudar en lo que necesiten para superarse como personas.
    Mi reconocimiento y gratitud para todos esos heroes Anónimos.

  13. sin palabras, solo puedo decir que de quien menos se esperaba vino la ayuda, estos hombres valientes que arriesgaron su vida por salvar a esos niños. es admirable, y asi es muchachos a veces la vida le da las palmas a quienes estaban tras las trincheras, porque los que estaban al frente no se vieron, sin menospreciar pero que bueno que se retoma para reconocer su labor altruista, ya que no pidieron nada a cambio, ni reconocimiento, ni estimulo economico, estos actos solo Dios los recompensa con bendicion, bendicion que viene del cielo.

  14. Excelente articulo!!
    Felicidades por no dejar en anonimato a estps grandes hombres, nadie tiene el derecho para etiquetar a las personas, lamentablemente esta sociedad esta cada día mas perdida en valores, espero que estos chicos reciban grandes bendiciones y tengan una larga vida, mis respetos para toda la gente que arriesgo su vida sin pensarlo. Les mando un gran abrazo a todos ellos!! Esta nota es digna de compartir para hacer conciencia a todos los ciudadanos del país en la realidad en que vivimos porque en nosotros esta el hacer el bien.

  15. Excelente crónica. Felicidades al cronista y reconocimiento merecido a estos héroes, ojalá sus historias lleguen más lejos para demostrar que las apariencias engañan.

  16. Esta gran nota hizo correr mis lagrimas, y sentir tanta impotencia y tristeza, nada me da tanto gusto de ser de esta colonia, porque por mas vagos o drogadictos que sean, siempre le dan la mano a quien lo necesite.

  17. Muy interesante articulo. Algo de lo que me gustaria leer es acerca de las maestras de la guarderia pues se que algunas resultaron muy lastimadas y porque imagino que el dolor por la perdida y la vivencia de tan terrible experiencia ha de haber sido enorme. En ningun periodico, video o documental he visto que se les mencione.

  18. Bendecidos sean siempre estos heroes, mi admiracion y respeto para ustedes… : Juan López Trujillo, mejor conocido como El Cayetano Víctor Manuel Uriarte Avilés, El Chonte; Luis Alfredo Ibarra Navarro, Pancho Güilo; Martín Ángulo Ojeda Vázquez; Daniel Vázquez Mejía e Hiram Amedh Jiménez Villafaña. Julio César Contreras Soto, El Negro,José Guadalupe Ibarra Moreno y su hermano Francisco Antonio

  19. Excelente reportaje, una prueba viva de que todos podemos ser héroes si hacemos lo correcto… Se requiere valor para enfrentar tales peligros, como lo hicieron estos jóvenes y tantas otras personas, mi admiración para estos chicos y para quien escribió este articulo, muy bien hecho por validar el coraje de ellos y darnos a conocer a todos sus arriesgadas acciones que salvaron las vidas de algunos pequeños, esta acción hace que muchos nos demos cuenta que hay tanta honorabilidad y buen corazón en la mas humilde y desafortunada de las personas y al reconocerlos de esta manera se les da a ellos mismos una lección de oro acerca de la vida, ya que al hacerles ver que hicieron algo muy valioso para la sociedad les indicamos que los consideramos miembros de la misma. Muchas gracias

  20. exelente reportaje para darnos cuenta de como los medios minimizaron el rescate a un solo heroe el de la camioneta, sin tomar en cuenta a todos esos chavalos que sin pensarla dos veces y poniendo en riesgo las suyas salvaron muchas vidas.

    1. Leí todo el contenido y mi pensamiento es ..es vdd ¡¡ hubimos gente q arriesgamos nuestras vidas para y después ya nadie lo recuerda es imposible dejar de soñar aquella tarde en la q por instinto de madre acudí a trnsladar en mi carro a esos pequeñitos con temblor en mis manos y suduración excesiva mi mente pasaba gracias dios mio q mi hija no esta ahí..transcurrió el tiempo y al casi anoxher corrí a casa para abrazar ami entonces pequeña después ya nadie recordó q yo estube ahí solo una mamaq hasta el ddía de hoy me abraza 🙁 vendí mi cargo pues quedaron incrustados algunos recuerdos q no quiero volver a saber fui una persona q ayudo yvq lo único q desea es olvidar y esos pequeños me cuidan desde el cielo sin importarme si sus padres me saludan o no..exijo justicia ,¡¡ya nomas ABC

      1. Betty si hay cosas que tu no quieres recordar imagínate la de los padres que si tenían a sus hijos ahí aun así mil gracias por tu ayuda; es algo que como mamá duele el solo hecho de recordar y saber que esto puede sucederle a cualquiera ya que nada se ha hecho para responsabilizar a los culpables….

  21. me falto decir que segun tengo entendido tiempo despues al joven de apodo »cayetano» le ofrecieron un tratamiento de rehabilitacion totalmente pagado en oceanica, centro de rehabilitacion que como todos sabemos es exclusivo para la »elite» por lo costoso del mismo, y este joven con su humildad y quizas aceptando su »destino» no acepto el ofrecimiento, lo que nos regresa a lo dicho en el articulo que con un solo agradecimiento personas como cayetano se hubieran dado por servidos, aunque en lo personal pienso que no lo necesitan, no necesitan reconocimientos publicos ni ninguna otra cosa que haga alarde de lo que hicieron por impulso a salvar vidas, porque como dijo nuestro señor, » hay de aquel que haga caer a una de estas criaturas, porque lo mejor seria que se atare una soga al cuello y se arrojase al mar» entonces pienso que estos jovenes deben de tener las puertas abiertas y sin tentar »barandilla» para ingresar al »cielo» o como lo conciba cada quien.

    1. Así es ellos tienen las puertas del cielo abiertas por su valentia este trajico día. Mil bendiciones y agradecimiento para todos ellos de todo corazón

  22. MUCHAS GRACIAS A TODOS ESOS HEROES, QUE NO HAN SIDO RECONOCIDOS, DIOS SE LOS RECOMPENSARA ALGUN DIA, AUNQUE AYA GENTE QUE NO LO VALORE EL ESFUERZO QUE HICIERON HABEMOS OTRAS QUE SI ESTIAMAMOS EL QUE HAYAN ARRIESGADO SUS VIDAS POR ESOS PEQUEÑOS BEBES.. DIOS LOS BENDIGA..

  23. Cuando algo está tan bien escrito es tan fácil leerlo. Gracias por trasmitir tantas cosas en esto… No conocía esta historia. La comparto.

  24. felicidades a todos los que ayudaron en esta tragedia. recuerdo mucho como le reconocieron lo heroico al muchacho de la camioneta, pero no recuerdo en ningún momento haber visto que dijeran nada a los medico que estuvieron ahí todo el y la noche sin descanso, mi hija es medico y iba entandado a su turno de urgencias cuando les avisaron que desocupara la sala porque la iban a ocupar, y le digo hija a ustedes no los mencionaron en los héroes de la guardería, y me dice muy satisfecha, no importa mamá para mi mayor reconocimiento es haber vuelto a la vida a muchos de esos niños, lleganan me dijo inertes ya si aliento y a mi me toco limpiarte el ollin de sus naricitas y darles resusitacion y verlos que volvian a respirar ese fue mi mejor reconocimiento

  25. QUE GRAN HISTORIA, , ESTABA ENTERADA POR EL LIBRO DE LA TRAGEDIA, PERO NO TENIA LOS DETALLES QUE ME HICIERON LLORAR, PERO TODAVÍA ESTAMOS A TIEMPO , PARA DARLES UN RECONOCIMIENTO , A ESAS PERSONAS QUE FUERON MARGINADAS DE LA NOTICIA, QUE SE MERECEN TODO EL HONOR,HONOR A QUIEN HONOR MERECE, PORQUE FUERON MAS VALIENTE QUE LAS AUTORIDADES..Y QUE NOSOTROS MISMOS , SIN ESPERAR NADA A CAMBIO.. DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE

  26. Francisco Antonio Ibarra Moreno fallecio el 25 de mayo de 2016 en Agua Prieta a causa de tres impactos de bala.El fue uno de los que sacaron ninos de la guarderia .Q.E.P.D.

  27. Asi es muchos discriminan por su apariencia felicidades a. Estos grandes seres humanos. Que arriesgaron su vida dios los bendiga felicidades por tener un enorme corason por qe como dicen ellos ni las gracias les dieron no mas por su aparienciaaa animooo siempre el mas sencillo es el que tiene mas corazon FELICIDADES MUCHACHOSSS

  28. Dios los bendiga chicos, por su valor por su amor por la vida.
    Aun que está sociedad no reconozca a tan arriesgados y valientes muchachos, por su posición económica o por ser personajes de irrelevancia para ellos. Deseo con todo mi corazón que Dios bendiga sus vidas grandemente en todo tiempo y lugar.
    Y quiero que sepan que este hecho no pasará desapercibido ante el.
    Y Dios el único que ama el alma, recompensa mejor que cualquuera.
    Busquenle a El. Para que su premio sea
    Resibido en poco tiempo.
    Gracias por su solidaridad y ayuda anónima a este mundo indiferente y desagradecido.
    Bendiciones a todos ustedes.

  29. Parafraseando Patti Smith: «todos que pasan por acá (Crónica Sonora) son alguién, mismo que en el mundo de afuera no sean nadie». Gracias por incluir a los excluídos, los marginados y disfuncionales entre los héroes olvidados por la prensa tradicional. Héroes sin capa y sin espada, pero con el super poder de la empatia.

  30. La historia es de quien la escribe. Leer su historia, la real…la que no se quiere reconocer, nos permite reflexionar en qué tipo de sociedad y mundo vivimos. Qué bueno que tenemos la oportunidad de conocer los hechos, desde un diferente punto de vista. Gracias.

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