Querido hijo,
Te escribo nuevamente, esperando que te encuentres bien en el disfrute de tus actividades diarias. Ojalá te resuene en tu corazón y tu mente las siguientes palabras que, no teniendo otra manera de decírtelo, opto por el medio escrito, que, aunque tiene sus desventajas, tiene otras virtudes como el de pensar bien lo que escribimos.
El asunto, tema o meollo de esta misiva es el consumo de la cannabis sativa o comúnmente conocida como “marihuana”. Para nadie es un secreto que el uso recreativo, en primer momento, es muy extendido en muchos rincones de nuestro país. En la Ciudad de México, le denominan “pachecos” a quienes son asiduos consumidores. El problema con esto, como todo abuso, conlleva consecuencias, por ejemplo, que se convierta en un vicio, en una actividad que ya no se haga por “pasar un rato relax” sino por necesidad psicológica y biológica, lo cual puede llevar a subir otros escalones de las adicciones como la cocaína u otros estupefacientes. Se supone que, en términos gruesos, se inicia bebiendo alcohol, luego marihuana, luego cocaína, luego algo más fuerte, y así sucesivamente. Claro que esto no pasa en todos los casos, el inicio del consumo en la mayoría de las personas está relacionado con el medio social, por ejemplo los amigos, las fiestas, las “pisteadas”, las reuniones sociales, etcétera.
Nuestros grupos de amigos suelen tornarse, en ocasiones, muy importantes para un adolescente que quiere descubrir, y domar el mundo en un segundo. Pero tienes, afortunadamente, como todo ser humano, eso que llaman libre albedrío, es decir, una capacidad de discernir y sobre eso, tomar una decisión que será, en última instancia, exclusivamente tuya. Cuando hay coacción directa, es decir, cuando tus opciones de decisión desaparecen entonces no estamos frente al libre albedrío, estamos frente a una imposición directa, y para eso tendrías que abrir muy bien los ojos para no caer en tales situaciones. Además, es probable que no te des cuentas de que existen en nuestro alrededor algunas ideas, opiniones, creencias, mandatos sociales que nos están influyendo para determinada decisión, en este caso son imposiciones indirectas. En algunas personas estas imposiciones le hacen más o menos lo que el viento a Juárez, o sea, muy poco les influye, pero a otras se encandilan fácilmente por las amistades, la influencia de las canciones, las publicaciones en Facebook, Tik Tok, Instagram, por ejemplo. De ahí el nombre “Influencers” a las personas en redes sociales que tiene muchos seguidores/as o like y que ejercen alguna influencia en la opinión pública digital. Seguro que conoces alguno o alguna, pero no quiero otorgarles más importancia de la que realmente tienen, en realidad es más importante la capacidad que tú tienes para interpretar de mejor manera tu entorno.
El fumar marihuana también puede ser un reflejo de dicho desafío
Por otro lado, algunas decisiones no pasan por el entorno social sino, por ejemplo, actitudes de algunos(as) adolescentes que solamente desean desafiar a la autoridad, ya sea de padres y madres, de las escuelas, u otras. El fumar marihuana también puede ser un reflejo de dicho desafío. Espero que poco a poco surta efecto tus alertas internas que desde pequeño te han sido proporcionadas tanto por tu familia como por la escuela.
Aunque hay un mucha información respecto a la cannabis sativa, desde su uso medicinal hasta el recreativo, lo cierto es que su consumo en la adolescencia tiene efectos más negativos en comparación con el mundo adulto. Consultando la plataforma IA perplexity, y corroborándolo con algunos artículos científicos que soportan dicha información, al parecer puede ocasionar dificultades cognitivas, de aprendizaje y memoria porque la constitución cerebral aún es incompleta. Aunque en el libro Marihuana y salud (UNAM-FCE, 2015) se señala que hay controversias sobre el grado de nocividad para el cuerpo, lo cierto es que la combinación de cualquier droga con otros factores como la irresponsabilidad, la violencia, la temeridad, pueden resultar dañinas y hasta fatales.
Estoy en contra de estigmatizar una planta y su uso recreativo como consumo ocasional, no obstante, hay que tener en mente los riesgos y peligros que puede conllevar, principalmente en un adolescente como tú. Seguirás navegando en los mares hasta entonces desconocidos para ti que provienen del mundo adulto, y deberás entender que sus aguas son traicioneras y como todo buen marino, sortearás las olas con la experiencia que poco a poco la vida te proporcionará. Estoy convencido que saldrás avante con las tentaciones del consumo desenfrenado e irresponsable de la cannabis y similares. Como siempre, con enorme amor, cariño y empatía posible, te escribo desde un rincón de nuestro hogar.

Magnífica carta Eduardo Calvario gracias por compartir consejos tan personales, saludos a tu hijo que en la carta anterior portaba un look muy tumbado (del Nata) hoy un look muy regional del norte (del Nodal). lios em chaniabu ketch em alheya
Hola Manuel, qué gusto leerte. Ketchem alheyya, jachisem aane?
Chiookore por leer y que te haya gustado. Era más largo pero el general de división me solicitó q mochara jeje..
Ese general de CS censura mas que Layda Sensora (disculpas 30 al director datoprotegido) jajaja, inapo tury aane, chiookore Eduardo