Hermosillo, Sonora.-
Los días pasan rápido. El mundo está en crisis sanitaria, ambiental y económica, pero sobre todo humanitaria. Pareciera no existen respuestas a los grandes desafíos que la humanidad se ha auto impuesto yendo en contra siempre de la lógica natural del sistema Tierra. Lo más grave, es que no hay una asociación entre los actos humanos y las consecuencias que estos actos provocan. México tiene un acertijo de difícil resolución: mitigar condiciones de extrema carencia y exclusión para millones de personas.
Antier se inauguró el tren maya, una obra que se dice generará entre ochocientos mil y un millón de empleos. El megaproyecto tiene múltiples riesgos. Representa una masiva destrucción del medio ambiente, directamente, a través de su construcción y operación e indirectamente, a través del turismo que llegará a contaminar la ruta mediante el aumento de aguas negras, contaminación del aire, ruido, residuos plásticos y otros tóxicos. Además, a eso habrá que sumarle todas las consecuencias sociales que abrir zonas al turismo representa (trata de blancas, narcotráfico, gentrificación, consumismo, perdida del sentido de comunidad, entre otros). La política nacional sigue aferrada a soluciones del siglo pasado. Se le dificulta sacudirse la inercia del siglo XX y entender las exigencias sociales y climáticas del nuevo milenio. Hay múltiples esfuerzos que abogan por una reactivación económica sostenida por proyectos verdes.
Como ejemplo, desde Columbia Británica, Canadá, el Green Technology Education Centre, publicó el 27 de mayo pasado el documento “Reconstruyendo Columbia Británica: un Portafolio de Posibilidades”. El documento sostiene que los datos muestran que, comparado con las medidas de estímulo tradicionales, los proyectos verdes pueden crear más trabajos y entregar mejores resultados en menor tiempo, al mismo tiempo que generan un incremento de ahorro en los costos a largo plazo.
El portafolio se basa en combinar medidas de estímulos de costo – efectos rápidos centrados en responder al cambio climático y sumar al bienestar público. Ofrecen ocho cuestionamientos que sirven como principios para integrar propuestas de iniciativas de estímulos.
La propuesta de estímulo…
- Prioriza el bienestar público y apoya esfuerzos para construir una sociedad más justa, ecológicamente sustentable y resiliente abordando asuntos urgentes como la emergencia climática, la emergencia de biodiversidad y la crisis de habitación asequible
- Fortalece áreas de vulnerabilidad de la cadena de suministro tales como producción local de alimento y la manufacturación de bienes médicos esenciales, al tiempo que provee seguridad de empleo y paga los servicios de trabajadores esenciales
- Lleva al frente la necesidad de desarrollar prácticas y productos de negocios sustentables y una economía circular con cero desperdicio
- Crea la posibilidad de entrenamiento y oportunidades de empleo para aquellos que se encuentran desempleados, particularmente para los más jóvenes que están viendo preocupantes expectativas en una economía deprimida
- Ayuda a sostener a las poblaciones más vulnerables, incluyendo a personas mayores, miembros de poblaciones nativas y originales, personas en situación de calle, los desempleados, trabajadores migrantes del campo, papás y mamás solteras y aquellos que viven debajo de la línea de pobreza
- Es una forma práctica, en términos de costo – efecto de obtener resultados rápidos
- Desarrolla la capacidad de agencia de las personas y las comunidades y el deseo de la población de participar en una recuperación verde
- Requiere a cualquier negocio beneficiado el compromiso de pagar impuestos que han sido evitados por medio de bancos en el extranjero o paraísos fiscales
El documento contiene 24 propuestas dirigidas a diversos ministerios entre las que destacan:
- Establecer un equipo activo de recuperación resiliente para guiar la recuperación de forma que contribuya a construir una economía más justa, resiliente y sustentable.
- Crear 30, 000 empleos para los jóvenes distribuidos en cinco tipos de rangers de recuperación: 5 000 rangers de modernización, 5 000 rangers de granja, 5 000 rangers de restauración, 10 000 rangers urbanos y 5 000 rangers climáticos.
- Invertir en profunda, masiva modernización de la construcción a escala barrial.
- Apoyar organizaciones sin fines de lucro para acelerar la construcción de vivienda asequible.
- Incrementar el suministro de alimentos removiendo barreras que desalientan a los más jóvenes a practicar la agricultura.
- Fomentar la manufacturación de tecnología limpia y avanzada.
- Mejorar la calidad del aire invirtiendo en infraestructura ciclista y peatonal y acelerar la electrificación del transporte.
- Trabajar con las partes interesadas en los bosques para incrementar el número de trabajos generados por metro cúbico de madera producido.
Sin duda, muchas de estas soluciones propuestas para Canadá no tendrían ningún sentido en nuestro país, menos en nuestro desierto. Sin embargo, hay lecciones que podemos retomar al observar qué están haciendo los países desarrollados. Lo más alarmante es que no se ve en el horizonte político la representación de una ideología biocéntrica, regenerativa que apunte hacia una transición energética. Si queremos evolucionar hacia una mejor convivencia en nuestro país es necesario dejar atrás las recetas clásicas y comenzar a pensar bajo un paradigma regenerativo, que apunte a sanar nuestro medio ambiente y reconfigurar las relaciones sociales que por siglos han ocupado el imaginario colectivo.
Hipervínculos:
Impactos del Tren Maya:
Reconstruyendo Columbia Británica: un Portafolio de Posibilidades
https://www.gteccanada.ca/wp-content/uploads/2020/05/Rebuilding-BC-A-Portfolio-of-Possibilities.pdf