Con motivo de la nueva, reciente y espantosa tragedia en Hermosillo, en la que fallecieron veintitrés personas por incendio en la sucursal centro de la tienda Waldo’s, nos dimos a la tarea de buscar antecedentes de establecimientos comerciales siniestrados en Sonora y encontramos este, registrado por Manuel Rogel (†) y Rodolfo Rascón en un manuscrito inédito que espera mejores días para convertirse en libro
De 1940 a 1945 se inauguraron en Babiácora* dos sucursales de las empresas hermosillenses Tapia Hermanos y Abarrotera de Sonora, que abastecían de alimentos a toda la zona del Río Sonora y demás pueblos de la sierra.
La sucursal de los Tapia fue instalada en la que fue la casa doña Ana Villa de Rogel (abuela de don Manuel) que en la actualidad es la casa de Amalia Rogel. Quedó muy bonita y funcional, como cualquier supermercado moderno, a cargo de Dionisio Figueroa García.
Quince días después de la inauguración el negocio se incendió por causa de un refrigerador de petróleo que dejaban encendido todas las noches. Esa vez había baile en la plaza y al término del mismo se oyó un estrépito asombroso y el pueblo se iluminó llegando los reflejos o vislumbre hasta los cerros de enfrente.
Repicaron las campanas y se armó un reborujo infernal que despertó y levantó a todo el pueblo. Más alarma causó la noticia de que atrás del negocio había varios tambos de gran capacidad llenos de gasolina, más otro depósito del mismo combustible en una casa cercana propiedad de don Fernando Bustamante.
Todos los hombres se aprestaron a retirar los citados recipientes, mientras las mujeres y los niños corrían a protegerse entre las milpas o en cualquier lugar distante de aquel infierno.
Desde Aconchi divisaron los cerros iluminados y muchos voluntarios corrieron hasta el pueblo dispuestos a prestar ayuda. Todo fue en vano y el incendio se prolongó por varios días hasta que no quedó de aquello más que los fierros retorcido de estanterías metálicas, trastes y demás herramientas.
La Abarrotera de Sonora permaneció por varios años, dando trabajo a mucha gente teniendo por gerente a Roberto “El chato” Huerta y como empleados a Lauro Corella (de Arizpe) Alfonso Ruiz y Humberto Robles Rogel, cuñado del gerente.
* Rascón Valencia, coautor de este relato y experto en la cultura ópata, sostiene que el original ópata es Babiácora y no Baviácora, como se usa en la actualidad y como decidimos cabecear para no distraer más la atención del distraído lector del siglo XXI. (Nota del editor).






