Era un hombre normal hasta ese momento. Filiberto Robledo se llamaba y vivía en el fraccionamiento La Choya, a un lado del fraccionamiento Los Arroyos, ni más ni menos. Trabajaba como vigilante -con turnos muy variados- en una recicladora ubicada por el bulevar Progreso y el Quiroga. El caso es que nunca se supo por …











