Hermosillo, Sonora.-
La frase que da título a esta nota resume la posición de miles de hermosillenses y visitantes a las Fiestas del Pitic, que hoy inician: «No me gusta Moderatto, pero me gusta estar con mis amigos», escupió un chaval veinteañero a la barista del café que hoy funge como oficina central de Crónica Sonora, para explicar por qué esta noche acudirá al concierto de la agrupación que abre las Fiestas en su vigésima edición.
Y viene muy a cuento, la declaración del mozalbete, por el reciente debate en torno a la programación de estrellas del espectáculo que nada tienen que ver con el cariz cultural del evento, afirman los acusadores. Esto, por supuesto, es una falacia, pues las Fiestas han sido arte y refuego desde hace mucho, si no desde su origen: cómo olvidar a la Diosa de la Cumbia en la Plaza de la Bandera, a Kinky en el parque de la Leona Vicario (abusados con su venta), a Celso Piña en la Bicentenario o a Calle 13 en el Héroe de Nacozari.
Coincido en que el ex de Belinda es más propio del palenque de la Expo Gan (a ver a qué horas regresa, por cierto), pero no pasa nada si estiramos la liga de la tolerancia una vez más (para no ir muy lejos, yo lo haría con Moderatto), todo sea por la famosa derrama económica y el arrejunte de las masas. Eso sí, no está de más preguntar cuánto cobró el muchacho y cuánto pago el municipo, o sea los contribuyentes. ¿No había otros taquilleros menos caros y/o más interesantes?
Pero bueno, yo perdono todo si esta noche nos agolpamos en las calles de Hermosillo a disfrutar, sobre todo sin bozal 😉
Fotografía de Antena Red
Asistentes al bailongo de Los Ángeles Azules en Fiestas del Pitic 2019