En enero les compartí una reflexión sobre la falta que nos hace, en Hermosillo, un museo o espacio dedicado a la historia de la revolución mexicana, importante episodio de la historia nacional en el que el estado de Sonora jugó un papel protagónico. Esta reflexión me llevó a la siguiente pregunta: ¿Cómo andamos de museos en Sonora? Para responder, me di un clavado al SIC México (Sistema de Información Cultural), en búsqueda del total de museos (de historia, arte, ciencia, o cualquier tema) con los que cuenta el estado, y su comparación con otras entidades. Por lo anterior, contemplo sólo espacios oficialmente registrados como museos y descarto museos informales, como la Casa de los Duendes, a la que nunca he ido, pero poco me interesa conocer.
En teoría, es decir en el papel, en el registro, Sonora cuenta con 29 museos, pero en la práctica no es así. Algunos han dejado de operar definitivamente, otros están en “remodelación” perpetua y unos cerraron con la pandemia y no han abierto. Los más destacados en el tema histórico son el Museo de la Lucha Obrera, en Cananea, el Museo Sonora en la Revolución, en Ciudad Obregón, y el Museo Regional de Sonora, en el centro INAH, en Hermosillo; mientras que, entre los museos de arte, son dignos de mencionar el Museo de Arte de Sonora, MUSAS, en Hermosillo, y el de Arte de Nogales. También vale hacer mención al Museo del Sitio de la Zona Arqueológica del Cerro de Trincheras, que ofrece una experiencia triple: aprender, hacer ejercicio y deshidratarse si no llevan agua.
¿Cómo andamos de museos en Sonora? Obviamente no podemos compararnos con los estándares de las grandes ciudades, la CDMX con 164 museos o Guadalajara con 95. En nuestra zona geográfica, el noroeste, nos superan Chihuahua y Durango, con 53 y 47 museos respectivamente, pero superamos a Sinaloa (27), Baja California (26) y Baja California Sur (10). A nivel nacional nos encontramos en la media, lejos del nivel más bajo (Baja Sur con 10), pero también del más alto (CDMX con 164). Si cotejamos los museos con el número de habitantes, también encontramos resultados que nos ponen en la media de la tabla: en Sonora hay un museo por cada 101,000 habitantes, el caso zacatecano es el más bajo con un museo por cada 37,000 mil personas, y su opuesto el Estado de México, con un museo por cada 204,000 habitantes.
Realmente el tercer y último dato es el más importante, desgraciadamente el SIC México no lo proporciona: número de personas que van a los museos. ¿Cuántos de esos 101,000 sonorenses han visitado mínimo un museo? Sonora tiene más museos que Sinaloa, e incluso más que estados de mucha atracción turística, como Quintana Roo. Sin embargo, la mayoría no tienen sus puertas abiertas, como ya mencioné, y mantienen una museografía anticuada, urgente de renovación.
En mi texto anterior, uno de los lectores (a quien envío saludos), comentó que no era necesario un museo de la revolución en Hermosillo, porque ya había uno en Ciudad Obregón, y que además era algo incongruente porque no hay piezas suficientes para llenarlo. Y es cierto, pero sólo si aspiramos a museos con discursos expositivos tradicionales, donde el asistente va para admirar un objeto del pasado. Si creamos un museo con propuestas museográficas modernas, didácticas e interactivas, realmente no necesitamos de objetos del pasado para hacer del recorrido un discurso que divulgue, transmita y enseñe la historia que queremos enseñar.
En el tema de los museos, en términos cuantitativos, en Sonora estamos más o menos. Pero en términos cualitativos, muy atrasados. Quedaron muy en el pasado los días en los que los museos sonorenses eran creados por personalidades de talla nacional e internacional, como el Museo Regional, cuya museografía fue realizada por Carlos Pellicer, con apoyo de Diego Rivera y Dr. Atl. Sumado, y exceptuando el caso de los museos de nueva creación, los que se mantienen necesitan renovar su museografía, el uso de su espacio, su discurso expositivo, su recorrido, para hacer que la ciudadanía los visite, recomiende visitarlos y regrese. En fin, el tema de la museografía es quizás un problema nacional, no sólo sonorense.
Fotografías de la Casa de los Duendes (Hermosillo) y del Museo Sonora en la Revolución (Ciudad Obregón)
Se echa en falta un cambio de lona o de formato de presentación en MUSOR