Llega a nuestra mesa de edición una sugerente provocación…
Leamos 🙂
Ante el triunfo de Claudia Sheinbaum, se han escuchado voces que cuestionan ¿Qué podemos esperar de ella en relación a la polarización que actualmente vivimos? Empecemos por disentir con la idea de que esta polarización es reciente. Es más, por disentir con la idea de que la provocó Amlo y la padecemos con más fuerza desde 2018. En realidad, la fractura viene desde tiempo atrás. ¿Ejemplos? tenemos muchos al alcance. Una de los más claros fue aquella imagen tan fuerte, golpeadora, triste, contrastante: en México llegamos a tener al hombre más rico del mundo y al mismo tiempo 30 millones de mexicanos se debatían en la pobreza extrema.
Nos referimos al paso que muchos ciudadanos dieron al mostrar en las redes sociales su voto
En términos de bienestar social, a esta polarización se le conoce como Desigualdad socioeconómica y resulta lógico que después de años y años de experimentarla y que dada su profundidad generara muchos polos en otras esferas de la sociedad hasta llegar a la división política que ahora vivimos y que asusta e incomoda a millones de mexicanos ya que no estamos acostumbrados a discutir, ni a exponer abiertamente nuestras ideas. Ejemplos también tenemos muchos, pero centrémonos en uno de los más recientes e importante por su simbolismo. Nos referimos al paso que muchos ciudadanos comunes y corrientes dieron al mostrar en las redes sociales su voto, exponiendo (y exponiéndose) su preferencia política, un hecho que hace apenas unos años era imposible por impensable. Bendita “polarización”, si los columnistas se destaparon, los de a pie también y al final de cuentas unos y otros coincidieron (o sea, ya no están tan polarizados) en que el voto ahora es más libre que secreto. Decir esto en el país de la dictadura perfecta es histórico.
la polarización político social no ha hecho sino empezar
Visto así, pareciera que la polarización político social no ha hecho sino empezar. Preparémonos para más debates y pugnemos porque sean cada vez más públicos y serios. Tan solo póngase usted a pensar en el ascenso de las mujeres mexicanas a partir de anoche y que sin duda será cuestionado por el otro polo (nuestros queridos hombres, que ahora dirán: pero si somos la otra mitad del cielo); pensemos en el avance del envejecimiento y la gerontocracia y del lado opuesto los jóvenes preguntándose ¿y nosotros y nuestras pensiones? Reflexionemos desde ahora en nuestros connacionales en los Estados Unidos y su influencia futura en las elecciones mexicanas, ¿nos gustará? En este mismo punto, el electoral, mucho nos convendría que se agudice la disputa entre la ciudadanía por un lado y los partidos políticos en el otro extremo.
Pero volvamos a la pregunta inicial, qué podemos esperar de Claudia en relación a esta polarización. Quizá ella, que ha prometido profundizar la transformación tendrá que hacerlo desde una posición menos beligerante para sumar más gente; pero, desde otra perspectiva, nos va quedando claro que la profundización del llamado despertar ciudadano no dependerá del gobierno federal en turno y sus políticas… dependerá de todos y cada uno de nosotros.
Por Ana Lucía Castro Luque
https://www.facebook.com/analucia.castroluque
Fotografía de Marco Ugarte / Associated Press / Los Angeles Times