El 31 de agosto de 2016 será recordado como el día en que el presidente Enrique Peña Nieto traicionó al pueblo de México echando por la borda la defensa de la soberanía nacional y arrodillándose ante el representante más descarado y soberbio del nuevo proyecto de dominación del más puro corte fascista del imperialismo yanqui.
Quizás nunca podamos conocer del todo cuáles fueron los planes y el trasfondo de los grandes intereses que han sido puestos en juego por el grupo de narcoempresarios, políticos y militares que mueven los hilos de la presidencia. Lo que sí podemos constatar es que ya han tomado partido y se han puesto a la cola de Donald Trump al brindarle en bandeja de plata la oportunidad de aparecer como amigo de alguien que hasta ayer sólo le merecía desprecio y ahora de pronto se ha convertido en el “maravilloso presidente” Peña Nieto.
Se ha cometido en pleno día y ante los ojos atónitos de la sociedad mexicana, el secuestro y la subordinación de la institución presidencial a los planes desaforados de un aventurero y demagogo de ultraderecha que, éste sí, es el mayor peligro para México y los mexicanos.
Unámonos todos, hombres y mujeres de todas las edades, trabajadores, campesinos, maestros, naciones indígenas, organizaciones no gubernamentales, partidos y grupos políticos de auténtica oposición para exigir la dimisión de Peña Nieto y de todos los que con él han consumado este acto de traición a la patria que no debe de quedar impune.
La lección histórica que le ha costado millones de muertos a la humanidad es que con el fascismo no se negocia ni se le apacigua, se le enfrenta y se le combate en todos los frentes: políticos, diplomáticos y de otro tipo.
Por Rubén Duarte Rodríguez
La amorosa imagen de portada fue realizada hace 11 meses por Anonziro, usuario de Reddit México