Hoy es el día en que verás cruces de flores o de papel de china en las obras en construcción. Esas bonitas cruces que has visto desde que eras niño, y es que es el Día de la Santa Cruz, ofrenda con la que los albañiles de muchos lugares del mundo piden por su seguridad y para que no les pase algún accidente durante sus labores.
Y es que las cruces representan mucho para gran parte de la humanidad, desde espiritualidad, sacrificio, muerte, esperanza, fe, suplicio, pesadumbre, tormento, resurrección, entre otras cosas. Para mí significa algo muy especial y que, al final de cuentas, involucra algunos de los simbolismos arriba mencionado. La cruz son se compone de dos elementos, un plano vertical y uno horizontal que se atraviesan por el mero centro y que algunos interpretamos como la conciencia. El aquí y el ahora. La glándula pineal. El estar despierto y comprender todas las emociones que inundan al ser que somos, más allá de la mera carne y los huesos. Es, como dicen, también, el significado de “morir en ti”; olvidarte de tu ego y tus deseos para servir a los demás, lo que se convertirá en la realización de uno como ser humano porque eres los fue y serás lo que es.
En sí, este es un día importante para todos esos hombres y, quizá, para algunas mujeres que pertenecen al gremio de la albañilería. Esas personas curtidas por el sol, que llevan los pies blancos, que descansan a las puras doce del día, que disfrutan su lonche que se ve sabroso, que suelen trabajar con la música a todo volumen, que aman los refrescos, las cervezas y salir a bailar cuando se puede. Hombres con callos en las manos, cicatrices en el cuerpo, ingeniosos, aguantadores, malabaristas, humildes, con familia que los espera en casa, que se mueven en bicicleta y que llevan con orgullo en la mirada su pesado oficio, gracias al cual nosotros tenemos sobre nosotros un techo y unas paredes que nos cobijan.
Que la Santa Cruz los proteja siempre en su trabajo, y que mañana su cruz no esté tan pesada.
Por Jesús Huerta Suárez
Fotografía de Cuartoscuro