Hermosillo, Sonora.-
Nuestro país es sorprendente, por su grandeza, por su diversidad, por su colorido, por sus tradiciones y sobre todo… por su gente.
Acompáñeme hoy a Puebla, tierra de personajes legendarios que han escrito capítulos enteros de nuestra historia patria, como el licenciado Gustavo Díaz Ordaz presidente que hasta el final de sus días lo persiguió el espectro de la Noche de Tlatelolco, o como el general Manuel Ávila Camacho, el mandatario del cuello de toro, hombre medido, discreto, como solían ser los caballeros; en cambio su hermano Maximino resultó un vulgar hampón cuyos crímenes avergonzaron a su pueblo natal Teziutlán y presa del repudio popular fue envenenado por sus propios paisanos… Aunque debo señalar que otro teziutleco, el admirable ideólogo y sindicalista Vicente Lombardo Toledano, nivela el marcador.
Maximino y Manuel Ávila Camacho © Archivo UNAM
Al hablar de Puebla brotan una serie de imágenes amables. Por ejemplo, si de gastronomía hablamos aparecerá en primer plano el mole poblano, suculento platillo de fama internacional creado durante el virreinato gracias al ocio virtuoso de las monjas del convento de Santa Rosa.
Y qué me dice usted de los Chiles en Nogada, un platillo trigarante, festivo, que nos recuerda que las armas nacionales se cubrieron de gloria al derrotar al soberbio ejército francés que se decía era el más poderoso del mundo. Por lo tanto, habrá que repetirlo las veces que sea necesario: en Puebla, el 5 de mayo de 1862, los suavos comieron camote…
Los suavos comiendo camote
Vayamos al Parián de Puebla, donde corren ligeros los vientos invernales de los volcanes dormidos, que al arribar al Templo de la Compañía de Jesús se postran silenciosos ante el sepulcro de “La China Poblana”, una joven noble de origen hindú llamada Mirra, que fuera raptada por piratas portugueses que la vendieron como esclava. Después de un largo viaje en la Nao de China llegó a Puebla en el siglo XVII. Hay quienes aseguran que los peculiares estilos de vestir de la China Poblana inspiraron al traje tradicional de la mujer mexicana que representa a México siempre al lado de su charro.
Pero de otra “China Poblana” les quiero platicar también
Tenemos en Hermosillo los sabrosos tacos al pastor de La China Poblana creada por los hermanos Leobarda y Eulogio Carreón Iturbide, originarios del municipio de Jonotla, Puebla. Fui testigo de cómo, en el año 2005, llegó Leo a vender sus tacos al parque Guaymitas de la colonia Modelo. Pasaron días, quizá semanas, en los que la venta fue escasa, hasta que con perseverancia, amor al trabajo y un buen producto, Leo logró “hacer el punto”, como diría el experimentado comerciante Miguel Ángel “Mágalo” Figueroa.
Han transcurrido 15 años y La China Poblana ha crecido. Hoy son ya dos puntos de venta atendidos por la propia Leo y su esposo Ángel Vidal, quienes además de sus conocidos tacos al pastor preparan burros y tortas. A Leo y a Ángel los invitan continuamente para atender diferentes eventos y festejos a domicilio, cumpliendo con dos factores que son claves en el comercio: calidad y precio.
Apoyemos a nuestros comerciantes locales, acudamos a las dos locaciones de La China Poblana: la del parque Guaymitas de la colonia Modelo y la de la calle doctor José Jiménez número 32 en el fraccionamiento Los Pinos. Ahora bien, si usted desea contratarlos, me parece una buen idea pedir presupuesto al celular 6623263828. Leo lo atenderá con la amabilidad que la caracteriza.
Un saludo para mis amigos poblanos, especialmente para el decano de los contadores públicos en Sonora, mi admirado don Benjamín Alonso y Tovar, abuelo, por cierto, de Benjamín Alonso Rascón, director de Crónica Sonora, quienes me honran con su amistad.
Poblanos de Sonora… ¡Uníos!
Por Franco Becerra Boyaín y Goytia
[hr gap=»20″]