Muy felices de estrenar la pluma de Lucero Mendizábal y la lente de Ulyses Huesca desde Mérida para el mundo
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Mérida, Yucatán.-
Desde temprana edad muchas personas aprendimos a andar en bicicleta. Golpes, caídas, raspones, con o sin rueditas atrás, otros más osados hasta triciclo o monociclo. Algunos incluso se apropiaron del uso de la bicicleta a una edad más madura y otros tanto desconocen el sentido de placer que se encuentra en esta forma de transitar por la vida. Lo cierto es que la bicicleta de uso común en nuestro país principalmente entre la población con menos recursos es un elemento de batalla para andar en el día a día, para movilizarse de una distancia a otra ya sea por necesidad, por placer o mera conciencia y responsabilidad. Lo terrible es que la insensatez y el acto de querer responsabilizar a ciclistas por tener menos equipo de protección; y aunque si bien es cierto que el traer casco, luces, chaleco antirreflejante y más pueden hacer una notable diferencia, es aún mucho más importante asumir la responsabilidad al manejar tras un volante de un vehículo de 4 ruedas.
El debate se ha vuelto a colocar en las redes sociales y en otros espacios debido a la reciente muerte de Jacinto Guzmán León, quien al transitar en bicicleta por la ciudad de Mérida, específicamente en Ciudad Caucel fue atropellado y herido de gravedad concluyendo con su muerte, en el mes de diciembre. Ayer centenares de manifestantes en bicla, bici, baika, burra (formas para nombrarla en México) en el país salieron a exigir justicia ya que en este caso en particular el responsable escapó y no ha sido detenido pese a que la acusación de vecinas y vecinos que auxiliaron a Jacinto es que quien conducía se encontraba en estado de ebriedad y circulaba a unos 100km por hora.
La bicicleta no es sólo un medio de transporte, también es una herramienta para hacer ejercicio, una terapia gratuita para ejercitar la mente y el cuerpo, parte de una rutina de entrenamiento, la manera en que algunas personas pueden llevar a cabo una actividad económica: vender helados, esquites, tepache, tamales o cualquier otro producto. Además en este contexto de pandemia ha sido una respuesta perfecta para realizar todas las anteriores y sobre todo salvaguardar la economía de algunos hogares así como la salud.
Por lo tanto, este texto no es solo una invitación a montar bicicleta y disfrutar de la delicia del pedaleo también es a repensar la corresponsabilidad colectiva que tenemos al transitar más allá del espacio personal; el espacio público en donde la convivencia puede simular una selva de concreto o bien ser un lugar de respeto mutuo y del cuidado de la persona. Por el momento, lo más importante y demandante es también exigir a autoridades contar con las opciones necesarias: infraestructura y más para poder movilizarse en bicicleta minimizando los riesgos posibles: ciclovías, semáforos, campañas para sensibilizar a la población entera principalmente que está detrás del volante.
Sin embargo, todo lo anterior no basta sino se hace un examen de conciencia real, profundo en donde se genere una importancia sobre el mundo que habitamos. ¿Acaso es más importante ir con exceso de velocidad que reducir por unos segundos mi paso junto a una persona en bicicleta?, ¿acaso no es una acción responsable el asumir que un coche también es un arma de metal que puede provocar la muerte de alguien?, o definitivamente ¿seguiremos sin asumir responsabilidades, peleando todos los días criticando y culpando al resto porque somos incapaces de hacer un cambio y actuar como una persona cívica, responsable y empática? En este último caso la respuesta es lógica esos cambios que tanto anhelamos, esa comunidad solidaria de historias que parecen utopía quedaran tan solo en eso mientras las listas de personas que pierden la vida siguen cayendo porque no hubo una reflexión a tiempo.
Esta vez significó la vida de Jacinto, pero cada año en cada estado de la república y alrededor del mundo mueren centenas de personas porque se expusieron una vez más a una jungla en donde las veloces máquinas transitan transportando a zombies pisando un pedal hasta el fondo o usando un coche para algo más que trasladarse de un lugar a otro sin tener idea de que el mundo es más allá del propio.
Dedicado a Jacinto, Elsa, a toda su familia y amistades. Y a las personas que deciden seguir rebelándose a través de dos ruedas cual si fueran alas para volar de un lugar a otro.
Fotografía de Ulyses Huesca y Lucero Mendizábal
La bayca: A parte de regalarnos algunas cosquillas de libertad y bastante vida, actualmente el transporte más amigable. No a los egotransportes propulsados por los hidrocarburos salvajes y el movimiento zombie del siglo XXI. Excelente reflexion, gracias Lucero.
Gracias a ti Francisco por comentar. Sin duda hay que seguir apostando por reflexionar, compartir nuestras ideas en pro de una consciencia colectiva que invite a Otro Mundo Posible, más humano, más sensato, más amable, menos egoísta, más colectivo y solidario. Lindo día!
Mi luz no envalde siempre te lo he dicho le haces honor a tu nombre! Que cada una de tus palabras sean una semillita para sembrar conciencia en este mundo tan hostil… Mi admiración total para ti. Te abrazo a la distancia!