La magia del teatro está en que cada función es irrepetible, porque ese mismo aire que respiran los actores y el público nunca es el mismo, porque cada puesta en escena es una ceremonia distinta donde el auditorio cambia y los ejecutantes ya no son los mismos de la vez anterior. Esta característica mágica del teatro se acentúa más cuando quienes montan la puesta en escena son estudiantes, y aún más cuando la obra tiene un trasfondo social y su gira es por una región contaminada por la minería. Por esto la gira de “El Bautizo de Abundito” en el río Sonora está cargada de vivencias que marcan tanto a los estudiantes de la Licenciatura en Artes opción Teatro de la Universidad de Sonora, como a los pobladores de los pueblos ribereños que tienen la fortuna de asistir.
Escrita por José María Martínez, presidente actual de la Red Fronteriza de Salud y Medio Ambiente AC (RFSA), El Bautizo toca de manera chusca y didáctica el tema de la contaminación del Río Sonora, dirigiéndose claramente a la población afectada por el macro derrame de 40 mil metros cúbicos de tóxicos mineros de Buenavista del Cobre filial de Grupo México el 6 de agosto del 2014. Después de ya casi tres años del trágico desastre ambiental la obra sigue conectando con los afectados y los hace reflexionar sobre su estado actual, así como al peligro que están expuestos por la contaminación del río.
El dramaturgo asegura que la idea de escribir El Bautizo nace por la necesidad de comunicar de una forma más ligera lo que está pasando con la contingencia ambiental. Anteriormente la RFSA y otras organizaciones civiles como PODER y los Comités de Cuenca del Río Sonora (CCRS) ya habían realizado foros con académicos y activistas, sin embargo a la mayor parte de la población no les llegaba el mensaje, según explica el autor de la obra. Por este motivo es que José María busca en el teatro social y de la calle una manera de llegarle a la gente de las comunidades afectadas de una forma “más coloquial, incluso menos densa y más divertida”, como él mismo lo dice en la entrevista que realizamos para Crónica Sonora antes de una de las funciones en Aconchi.
Alegrifes en el río
La gente de las poblaciones del Río Sonora se ha cansado de escuchar nombres de delegados de la Conagua, Cofepris, Gobernación y Semarnat. Personas que jamás han visto pero que en todo momento aparecen en los medios de comunicación declarando acciones que no ven, negando promesas que una vez hicieron o afirmando que la contaminación ya no existe.
En los últimos meses los diferentes delegados de las dependencias de gobierno han intentado dar carpetazo al caso del Río Sonora. El primero de ellos fue Wenceslao Cota Montoya, delegado de Gobernación en Sonora, quien en el mes de abril actuó como vocero de Grupo México para dar a conocer que la empresa no pagará las 30 plantas potabilizadoras que había prometido en septiembre del 2014, en lugar de eso ahora únicamente pondría nueve, una que ya está en Bacanuchi sin poder funcionar por falta de energía eléctrica, más otras 8 de las cuales unas serán móviles.
En mayo de este mismo año nuevamente el delegado de gobernación hace de vocero para la minera y da a conocer que existe una propuesta de hacer un centro comunitario en lugar de la clínica UVEAS (Unidad de Vigilancia Epidemiológica Ambiental de Sonora). Ante la crítica que despierta el ofrecimiento Rodolfo Lacy Tamayo, Secretario de Semarnat, declara que “nunca se prometió una clínica UVEAS en el Fideicomiso Río Sonora”, y aseguró que ya no se registra contaminación en el agua de las poblaciones ribereñas.
Cada uno de estos personajes fueron representados en la obra de teatro por unos alebrijes que aparecieron como invitados al bautizo del hijo de Abundio, y cada uno de ellos se manifestó como un ser bizarro que habla en un lenguaje ininteligible y sin conexión con la realidad que viven cotidianamente los pobladores de la región ribereña. En ese contexto de incredulidad hacia las dependencias de gobierno, así como de suma indignación, El Bautizo planta en el público una crítica a las autoridades que han intentado tomarle el pelo a más de 22 mil afectados por el derrame.
El efecto de esta crítica de humor satírico detona en el publicó una reflexión sobre la situación que se vive en la región, así como la responsabilidad que tienen las autoridades en el resarcimiento del daño ambiental al Río Sonora, así como a los derechos humanos de la población afectada.
El recorrido de la obra
Montada por los estudiantes de la Licenciatura en Artes opción Teatro de la Universidad de Sonora, y dirigida por el maestro Marcos Gonzales, El Bautizo comenzó su gira en las mismas instalaciones de la Universidad de Sonora. Las primeras funciones fueron en las escuelas de Letras, Historia, Agronomía y Medicina. También visitaron escuelas y centros de investigación como el del CIAD, pero su verdadero reto fueron las visitas a Ures y Aconchi: ahí presentaron varias funciones llenando espacios como el Teatro del Choby Ochoa o la Casa Cural de la Iglesia San Miguel Arcángel en Ures.
Este proyecto está a punto de llegar a su fin porque fue parte de las prácticas profesionales de los estudiantes de teatro y difícilmente podrá volver a montarse con los mismos actores, sin embargo la experiencia que les ha dejado en el recorrido, así como las reflexiones que ha generado en cada uno de los espacios que ha tocado han dejado huella en la crónica del Río Sonora, en medio de esta crisis ambiental que estamos viviendo.
Posdata: Las últimas funciones de El Bautizo de Abundito serán el 30 de junio y primero de julio en el Foro de Bellas Artes Unison, ubicado en Rosales y Colosio, a las 7 pm.
Porque los ríos siempre recuperan su cauce
Por Hermes Ceniceros
Fotografía de Antonio Romo y Hermes Ceniceros
Excelente iniciativa y excelente nota, felicidades
Más teatro de éste, oigan.
Yo vi la obra, es todo un éxito.