Hermosillo, Sonora.-
Un burdo engaño resultó la campaña propagandística del gobierno del estado, en comparsa con el ayuntamiento de esta ciudad, en relación a los filtros anti-covid anunciados para esta Semana Santa 2021 en Bahía de Kino: no hubo ningún filtro del gobierno estatal exigiendo pruebas PCR a los turistas, como hartas veces se anunció, y en cambio sí hubo el filtro del ayuntamiento -quince kilómetros antes de llegar a Kino Viejo- que «regalaba» pruebas a los visitantes «porque los de Salud (estatal) están regresando gente», como me aseguró el día viernes el mismísimo Carlos Díaz Ayoub, Jefe de la Oficina de Presidencia del Ayuntamiento de Hermosillo, cuando en compañía de mi familia arribaba a dicho filtro.
-¿Qué no sabía el ayuntamiento que en Kino había todo menos filtros anti-covid?, consulté el día de ayer a fuentes del propio ayuntamiento y se me respondió:
-Por supuesto que sabían, todo sea por la reelección de la señora.
Y es que «ni jueves, ni viernes, ni sábado, mucho menos el domingo, ¡hubo el chingado filtro en Bahía de Kino!», como denunció a este portal la hermosillense Mercedes Lozano, que pasó la semana mayor en Kino Nuevo gracias a previas reservaciones de hotel y pruebas anti-covid que «pagué de oquis«.
Sobre el cariz proselitista del filtro municipal, basta revisar los boletines de prensa que emite Comunicación o de plano escuchar, como fui testigo, el siguiente diálogo entre una funcionaria en el filtro (las distinguirás por el chaleco verde, rezaba la publicidad) y un concuño que venía en el carro de junto, rayando las once de la mañana del pasado viernes santo:
-Les vamos a regalar unas vacunas para que vayan seguros a la playa
-Ustedes no nos regalan nada, es su chamba y se les paga con nuestros impuestos
-Señor, cálmese o lo regreso
-¿Cómo que me regresa?
-Es que está usted muy violento
Por suerte, para la funcionaria y su institución, mi cuñada intervino y la cosa no pasó a mayores, pues menudo escándalo se habría producido de pretender «regresar» a un ciudadano por decir lo que dijo. Con la gente padeciendo el sol a plomo, reducida en su tiempo y capacidades vacacionales, dispuesta a documentar cualquier anomalía, lo mismo que las cámaras de la prensa que ese día encabezaban Julián Ortega (El Imparcial) y Carlos Villalba (El Sol de Hermosillo), aquello se habría convertido en un polvorín in situ y digital, algo que no conviene a las serias aspiraciones reeleccionistas de «la señora», como la llamara el informante que por obvias razones exigió su anonimato.
Cierro esta nota con una fotografía que realicé atrapado en el tedio (y el calorón) que supuso la espera por más de una hora de los resultados de la dichosa prueba de antígenos. Nada de 30 a 40 minutos de espera, como aseguraba la propaganda municipal. Incluyo también los resultados de la tal prueba por si alguien, a estas alturas, dudara de esta crónica o de mi amor por la humanidad.
Texto y fotografía por Benjamín Alonso Rascón