Un testimonio honesto de Sol Fontes para los castristas y no 😉
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En 1997 me tocó asistir al XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en La Habana, Cuba. Acudí como reportera del periódico hermosillense El Independiente, donde laboraba, pero fui también como joven entusiasta, rebelde y recién egresada de la carrera de Comunicación de la Universidad de Sonora.
De entre todas las charlas, conferencias, conciertos y festividades que atendí en mis días en la isla, recuerdo con mucha emoción la ceremonia de apertura en el Estadio Latinoamericano, donde más de 12 mil personas esperábamos al Comandante Fidel Castro para que diera por inaugurado el evento.
Antes de que arribara el Comandante, las notas de Guantanamera se percibían en los parlantes a todo volumen y poco a poco las voces nos fuimos sumando al coro modificando su lírica:
Guantanamera… !Fideeel! ¡Fideeel!… Guantanamera… ¡Cuba Socialista!
Se escuchaba a todo pulmón en el estadio y sus alrededores.
Se sentía mucha energía y alegría en cada rincón. Todo era fiesta en ese lugar. A mi lado tenía muchachos y muchachas de más de 130 nacionalidades diferentes pero unidos en un solo objetivo. Había mujeres y hombres altos, delgadas, rubios, morenas. Tenían colores, aromas, idiomas distintos, pero la emoción del momento era la misma y explotó cuando anunciaron la llegada de Castro.
Bravos y hurras se fueron multiplicando hasta llegar a un solo grito de ¡Viva el Comandante!
Enfundado en su traje verde olivo, apareció pequeñito ante nosotros, saludando con la mano en alto y sonriendo discretamente para decir con firmeza: «Jóvenes de todo el mundo, sean bienvenidos a la Cuba revolucionaria, que los recibe con los brazos abiertos”. Y más gritos y hurras se fundieron con aplausos.
¡Por la solidaridad antiimperialista, la paz y la amistad! fue el lema del festival y no podía ser mas conveniente en ese preciso momento de gloriosas sensaciones que daban paso a la emoción de miles de corazones unidos con el único objetivo de convivir y compartir experiencias solidarias.
Luego de un breve discurso, Fidel Castro observó desde su palco las actividades preparadas para iniciar el colorido festival y al cabo de unos minutos se despidió de nosotros ondeando su mano nuevamente y dejando tras de sí sentimientos encontrados.
Algunos a mi lado lloraban, otros reíamos y unos más bailaban al escuchar nuevamente la emblemática melodía de Guantanamera a todo volumen: “Guantanamera, Fidel Fidel… Guantanamera, Cuba socialista”. El festival había iniciado.
Hoy me entero de la muerte del Comandante y me vinieron a la mente esos momentos de euforia juvenil idealista donde le apostaba todo a la democracia y al socialismo, pero me sumo también a la controversia que generaron en su momento sus aciertos y sus errores en todo este tiempo de lucha antiimperialista.
Fidel Castro murió y se ha cerrado un capitulo en la historia internacional. Con sus altas y bajas hizo que el mundo volteara a ver a Cuba… Tenia 90 años, pero hoy, como siempre, el Comandante será eterno.
Texto y fotografía por Sol Fontes
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Tu texto y fotos me trasladaron a esos momentos. Como bien dices, aciertos y errores, como en todo. Lo que es indiscutible es que su muerte es un acontecimiento histórico. Bien por tus vivencias de cerca a esa realidad. Saludos!