Antes de que se cumplan los primeros 20 minutos de proyección de La vida secreta de tus mascotas, resulta inevitable establecer las conexiones con la franquicia cinematográfica – también animada – de Toy Story.
Vean si no: la apacible y encantadora vida del perro Max (en la voz de Andrés López) da un vuelco cuando su ama trae a casa a un nuevo can, Duke (doblaje por Martin Campilongo), una especie de Chewbacca con el carácter galáctico de Buzz Lightyear; la lucha territorial doméstica los expulsa del paraíso y comienza la odisea, el viaje de vuelta al hogar.
En el camino encuentran a una bola de animales nihilistas, anárquicos y con un profundo rencor social producido por el abandono de los humanos. Entre ellos destaca una fallida estrella del espectáculo: el conejito Snowball (por Eugenio Derbez, en un magnífico trabajo), quien trabajaba para un mago y ahora debe ser el líder de la cofradía de mascotas que aguardan en las cloacas para salir y vengarse de sus amos. Incluso, hay que decirlo, el megalomaníaco conejito se roba la película.
Es verdad. En esto de dar una vida propia a las mascotas cuando nadie los ve, Francisco Gabilondo Soler “Cri Cri” ya había sentado memorables y emotivos antecedentes. Aunque quizás los primeros pasos los había andado Oscar Wilde en sus entrañables y recordados cuentos infantiles.
Entre el comentario culposo y aleccionador – en eso de abandonar mascotas, o bien no cuidarlas de manera adecuada, existe material “políticamente correcto” – y la comedia disparatada, La vida secreta de tus mascotas apuesta por lo segundo, algo que se agradece y se disfruta.
La aparición constante de gags y situaciones de risa loca hacen de esta cinta una experiencia agradable que es obligada compartir en familia o entre amigos. Los más pequeños tendrán sin duda una función muy divertida, quizás inclusive más entretenida para ellos que la que tuvieron en Buscando a Dory.
La explicación es sencilla. Los escritores de La vida secreta de tus mascotas han desarrollado más esfuerzo en complacer a las audiencias infantiles, y adolescentes, al crear situaciones cómicas más inspiradas en la animación subversiva de Tex Avery (1908 – 1980) o Walter Lantz (1899 – 1994) que en el tradicional Walt Disney (1901 – 1966).
Sin embargo, La vida secreta de tus mascotas presenta una constelación de animales tan numerosa que algunos personajes se quedan cortos, ya que su carácter o temperamento daba para mucho más. Por ejemplo, el feroz y ominoso halcón Tiberius (doblado por Humberto Solórzano) que debe dominar su instinto y tragarse las ganas de devorar a los apetitosos animalitos que lo rodean, o el simpático perrito paparazzi con una go pro lista para subir a YouTube videos de mascotas en situaciones comprometedoras.
Existen referencias a cintas del pasado. “Bueno, nadie es perfecto” es una línea memorable de Una Eva y dos Adanes (1959, Billy Wilder) que encaja a la perfección, el climax bajo el agua recuerda en mucho a Casino Royale (2006, Martin Campbell) y el soundtrack escrito por Alexander Desplat es un homenaje constante a todas las chase movies, porque después de todo, de eso se trata esta película: una persecución constante.
La vida secreta de tus mascotas, sin presentar innovación alguna en su animación, usando una paleta de colores otoñal, colorida y funcional y evadiendo los golpes sentimentales nos reserva la confirmación de un secreto a voces.
¿Saben ustedes qué hay detrás de la furia de cada anarquista? Sólo un conejito al que le falta un poco de atención, amor y cariño.
La vida secreta de tus mascotas. Director: Chris Renaud y Yarrow Cheney. Una producción de Illumination Entertainment y Universal Pictures.
Doblaje: Andrés López (Max), Martin Campilongo (Duke), Eugenio Derbez (Snowball) y Chumel Torres (Buddy).
Por Horacio Vidal
¡genial!, ahora toca ir a verla para compartir tus opiniones de ella,.. disfruté leer tus líneas!
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