El conocido y agudo -la mayoría de las veces- analista económico, Enrique Quintana, publicó ayer (03.03.21) un flojo y altamente cuestionable comentario sobre las perspectivas de crecimiento de las principales economías del mundo, en particular de los Estados Unidos, tomando como base los pronósticos rosados que dio a conocer hace unos días el Fondo Monetario Internacional, que parecen bastante alejados de la realidad.
En un artículo que publicó El Financiero, del cual es directivo, Quintana se refiere al pronóstico del FMI que afirma que la economía de EU crecerá 5.1 por ciento a finales de 2021, lo que la colocará 1.5 por arriba del crecimiento que tuvo en el año 2019. Señala también que países como China, Australia e India tendrán un buen comportamiento económico durante el año gracias a que o lograron controlar muy bien la pandemia de Covid-19 o se recuperaron de un inicio difícil, como fue el caso de la India.
Esa argumentación la utiliza para descalificar a México y Argentina por estar por debajo del crecimiento que experimentarán —según el FMI—, Estados Unidos y otros países, si bien menciona que Gran Bretaña y España no crecerán en 2021, de acuerdo al mismo pronóstico.
Su conclusión es que de las economías grandes de América Latina, las de México y Argentina serán “las más golpeadas”, pues si el pronóstico del FMI es acertado, la economía mexicana crecerá un 4.3 por ciento en 2021, pero de cualquier forma estará un 4.5 por ciento por debajo del índice de 2019.
Y nos dice: “No habremos caído más gracias a la fortaleza de la economía estadounidense, que nos permitirá aprovechar su empuje… Sin embargo, si hubiéramos dependido sólo de nuestras fuerzas domésticas, sin el impulso de las remesas y de nuestras exportaciones, el golpe para el país sería mucho peor”. Y concluye señalando, con cierto dejo de burla cáustica al presidente López Obrador, diciendo: “Aquí nos hay otros datos”.
Es cierto que la mayoría de los pronósticos que se han hecho sobre la economía norteamericana coinciden que crecerá por arriba del 5 por ciento, pero Quintana no toma en cuenta, para nada, “otros dados” que proporcionan diversos estudios que se han hecho en Estados Unidos sobre el estado desastroso en el que se encuentra la economía norteamericana, que podría sufrir una severa crisis económica y financiera más profunda que la presente, en caso de que los planes del presidente Biden no se lleven a cabo.
Por ejemplo, Quintana no toma en cuenta el dato de que en septiembre del año 2020 las solicitudes de bancarrota para rehabilitar negocios en severos problemas se incrementaron un 78 por ciento respecto a 2019. Y que el Instituto Americano de Bancarrotas espera que el número aumente a principios del año 2021. (1)
Tampoco señala que la Reserva Federal de los Estados Unidos redujo la tasa de interés con la que presta a los bancos a cero o menos cero, con el fin de estimular que los bancos continúen prestando a muy bajas tasas de interés, con el fin de estimular la economía.
Uno de los primeros sectores económicos beneficiados con la política monetaria de la Fed ha sido el de la construcción de viviendas, que estaba decaído, pues miles de personas han buscado comprar casa ante las bajas tasas de interés de los créditos. Por lo anterior, en octubre del 2020 la oferta se incrementó un 4.3 por ciento, llegando a 6.5 millones de viviendas. Sin embargo, la compra de vivienda se financia con deuda.(2)
Pero al mismo tiempo, millones de ciudadanos norteamericanos sufren el peligro inminente de que sean echados de sus viviendas por falta de pago debido a que perdieron su empleo. De acuerdo al artículo de The Balance, que estamos citando, un estudio publicado por el Instituto Aspen en agosto pasado, encontró que si las condiciones de la pandemia no variaban, entre el 29 y el 43 por ciento de quienes alquilan viviendas “podrían estar en peligro de ser desalojados para fines de 2020”. (3)
“Para fines del verano, más de 20 millones de alquiladores han perdido sus empleos y ya no tienen los beneficios de la cobertura de desempleo, además de que la suspensión de los desalojos solo cubre al 30 por ciento de quienes rentan”. (4)
Si bien la suspensión de los desalojos se ha ampliado varias veces, el riesgo continúa a partir de que termine el plazo vigente.
Por otra parte, el desempleo en EU ha llegado a niveles no vistos en varias décadas. De acuerdo a los datos que ofrece The Balance, y otros, en marzo de 2020 el desempleo alcanzó la cifra récord de 3.3 millones de personas que solicitaron seguro de desempleo y la siguiente semana casi 6.9 millones más también lo hicieron.
En el mes de abril, el desempleo llegó al 14 por ciento, el más alto experimentado desde la Gran Depresión, cuando alcanzó la cifra de 25 por ciento. A la situación anterior, Quintana no toma en cuenta “otros datos”, como son el alto endeudamiento que se produjo durante 2020 y el enorme déficit fiscal en el que incurrió el gobierno que triplica el déficit de 2019.
Todos esos datos pintan el lado oscuro de la luna de la economía norteamericana, que hay que tomar muy en cuenta para que nadie se llame sorprendido por lo que pudiera ocurrir en caso de que algo fallara y estallara en pedazos el esquema que se aplicó para detener el colapso completo de la economía norteamericana.
Ese esquema financiero rescató principalmente a las empresas y bancos, pero muy poco benefició a los trabajadores y al norteamericano común y corriente, que lucha porque se le brinde un nuevo apoyo económico, que comparado a la infinita cantidad de dinero que puso en circulación la Reserva Federal es una migaja.
Ojalá Enrique Quintana analizara esos “otros datos”.
Notas, 1,2,3 y 4, ver:
https://www.thebalance.com/how-covid-19-has-affected-the-us-economy-5092445 (consultado hoy 4 de marzo de 2021).