Hermosillo, Sonora.-
Paso a la Feria del Libro, tardo nada en atravesarla, quizá las editoriales están en extinción u odian a la Pavlovich. Chiquis y yo seguimos nuestro paseo por el Blvd Hidalgo, unos morros le dan al spoken word guerradepalabras. El Espuma me mira a la distancia mas yo sé que es una trampa, si tan sólo paso la puerta me tumban $200, si me quedo pierdo la dignidad e incluso los tópicos con que sustituimos a la fe; mas gano, eso sí, un sabor de boca que sí amanece conmigo. Aún se mira cielo en Hermosillo, el universo desde Hermosillo, aún circulan catrinas y hay un aire casi frío pero debería hablar de la Feria. Quedé en escribir sobre la Feria, volver a la Feria. Lento esta vez.
Los compas de Santillana, que no lo son, (nada es de Santillana porque Santillana ya es de la Penguin) traen esas promos brillosas que los caracterizan, saldos y libros churros la mayoría, mas uno clava la vista en un Imanol, en un libro de morras científicas, traen una edición guapa y baratísima del Padrino, Sexpectativas ellas y ellos, LuisMar y Laura atienden, jovenes casi frescos, distraídos como auténticas bestias del Siglo XXI; aún el jefe -Esteban- sabe en su mirar que este mundo es una mentira menos agradable que Netflics. Paso al stand de enfrente.
La Penguin y Planeta concentrados en un standsote sin personalidad, el duopolio que acapara más del 70% del mercado acapara la mitad del pinchi corredorsito que la Feria es. Su acomodo carece de gracia y también de promos: no las necesitan pues su oferta es el reguetón de la literatura y los board del MTV con un quiotro figurón del Partenón literario. Libros que se encuentran en $20 o $50 andando el DF acá andan en $60 y $100. Son Librería del Noroeste, eso explica la fealdad .Espero que al menos tengan amigos buenos ahí en el Gobierno del Estado.
Continúo. Editoriales basura a muy buenos precios, usados… espera, hay ahí un Ser y la Nada editorial Losada a ¿50? Mío yeeih!! Paso al lado, un standsitola Sociedad Sonorense de Historia exhibe a un René Córdova cuyo carisma llena los espacios blancos en su par de mesas. La Sociedad SH existe y va a la calle. Rene y yo reímos de tantas cosas, la mitad ni las entiendo. Ocho libros traen el apellido Lagarda, jo, recuerdan a aquellos nobles que, separados del poder se refugiaban en la cultura. Cuenta René cómo ha colonizado un espacio para la mapoteca y el fruto que prevé según sus planes. Pronto iré. Es bonito ver al René con llaves de alguna fraccioncita de ciudad. Y me muestra un calendario cuya portada es un mapa donde Baja California es gorda y chueca, lo compraría de no ser por mi compromiso con esas cervezas que serán el verdadero motor de tristes párrafos sobre esta inerte Feria.
Viramos a la sección infantil, lo más bonito del rancho: salas de lectura tapizadas donde brotan felices sillones, Omar Cadena se cierne en uno adentrándose en un libro; mi saludo es no interrumpurlo. La Cuenta Cuentos es bella y lee mirando a la nada porque lee ante nadie, seguro soy la persona más infantil en un radio de 50 metros… si tan sólo los empleados del stand de la Uni tuviesen alma la escucharían o por lo menos admiraran ¿en qué pensará ella? Atrás, allá atrás hay una peque, una peque ocupando un lapso del día que sus padres recorren. Entramos al stand de la Uni, traen del Fondo al igual que Hypatia pero más chafa pues su selección es suma de remanentes, traen bellotas ediciones de Mirlo, cero ediciones universitarias. Volvemos hacia los compas de Porrúa. El joven cajero me pide un libro de Oliverio Girondo, a su maestra le gusta y ella a él, cómo no si le recita a Girondo, uf. A, don jefe, se queja de que no lo dejaron traer material de otras editoriales mientras varios stands repiten, deja tú los sellos, los títulos. Se queja de que permitieran a una empresa exhibir el dupolio “feria del noroeste” bromea junto a los colegas Carlos y Glafiro. Y quizá ninguna nota de su voz sea tan amarga como aquella que subraya el que los expositores foráneos vengan con todo pagado y se hospeden y desayunen con las cuotas que aportan o aportarán expositores locales en vez de que estas se utilicen para publicidad. Oh. Y que si vamos a traer las mismas editoriales, pues mínimo libros distintos. Oh. Y sí, sí quiero una de sus aguas de $10, a este bato no se le va la liebre, menos ahora que está apunto de ser papá. Porrúa tiene warriors, no sólo muebles feos.
Me he cansado de escribir. Cinco párrafos cumplen el compromais, uno es largo. La calidad puede esperar, eso aprendí de esta Feria. La cantidad también. But el plomero sigue sin llegar, hagamos tiempo…
Caminamos hasta Paidós, mandan menos libros cada vez, parece estandarizarse el método de selección así en las ferias como allá en las librerías y súper mercados: “súrteme el top 50”. La raza de MI Libro, que ahí la lleva con su empresa, al menos trae a NITRO/PRESS rodeando a los best selers. Qué hermosas portadas las de Nitro, que ediciones tan cuidadas, más tarde presentan la antología de cuento Latin Noir junto al Hambre Heróica de Paraíso Perdido, qué agradable la gente de MI Libro, y la Esther es lindo un stand con escritora, estas personas son buenas y sus separadorsitos me lo demuestran. Supongo que ahora deberíamos hablar del programa. Nah, alguien escribirá sobre ello. Lo que sí te puedo adelantar es aquella tardenoche del Jueves, varias, cuando la Feria en verdad lo pareció, andábamos de una presentación a otra, de una lectura a un taller, de Palacio al Museo a la Bicentenario y de nuevo a la Zaragoza. Mas, si uno camina 40 metros hacia Catedral la realidad es otra, la Feria ni siquiera reclamó toda una plaza, la gente bien puede ignorar a aquellas oscuras carpas. Y llegará el día en que los organizadores se enteren de la literatura en humanidades y ciencias sociales, de no-ficción. Por ahora, el cuchillo cebollero con que Taibo y Caneyada rebanan al mundo, es lo más parecido, esas narrativas que captan la existencia misma sino la realidad. Lean las 49 Cruces Blancas.
Alzate con sus libros usados, buenotes y caros. Tecolote BookShop este año ha vendido menos, mas yo te digo que si lees en inglés la vista te durará pues sus enormes hard cover contienen generosas grafías; veremos películas no subtítulos. Uerever. Allá esta Panini, cajas y cajas de mangas y comics dulcifican la punta del pasillo, frente a ellos otro stand gigante que es la replícia chafa de L del Noroeste, su caja parece la mesa de una cooperativa ¿aún existen las cooperativas en las primarias? Y cruzo al stand de enfrente, quito las lonas, hay un desmadre, mejor barro no sin antes darle volumen al alucinante playlist de don Aziz, su sonido es la clave de nuestras ventas. Y las recomendaciones de la Picot y la Mich of course.
Ahora, sentado, terminaré con optimismo, al cabo que ya llegaron los plomeros. Lo mejor desta FeLiH 2018..:
La Feria se asienta en un lugar público.
La presentación del Aziz.
El homenaje al Gaxiola.
Uuta, la presentación Taibo-Caneyada, machín.
Hypatia volverá a los números negros. Gracias, gracias, raza.
Los talleres. Las ganas. Qué se yo. Mejor sí iré a abrir y barrer el stand.
Tenemos Feria, ya se volvió una marca, pronto será una tradición.
Like a la Feria.
Carlos Velázquez presentado por Navor, Daniel S Basave que siemprepareceandarbienloco, el carismático Carlos Padilla, conversatorio entre la Bum y Selene, la Vila Font rifando en lo infantil, que Selene, Omar C y el Medina ganaran el premio al libro estatal, los atareados y optimistas rostros de Josué y Federico responsables de lidiar este “pequeño monstruo”. Marisol Víbora ganó en poesía juvenil preparatoriana, rifa, síganla, felicidades. Se aproxima ahora un Víctor Hugo, se quedará a chismear y agarrar cura, haremos el 1er. Concurso del Cuento Vaquero anunciando convocatoria en los surcos del Mayo, y Libro Abierto tocará en la premiación, ya dijo el Colas. Esto es lo mejor de la Feria, ver a los amigos y hacer nuevos. Pinchi Michel viene hasta mañana. Saludos al Kyioshi y a la Picot. Ea.
Texto y fotografía por Paco Alonso
En portada, autorretrato de Diana María Picot
Así luce lo que fue la Felih 2018 esta mañana de lunes 5 de noviembre. Fotografía de Benjamín Alonso.
excelente reseña, me gustó y también la feria