Hermosillo, Sonora.-

Tiene mi permiso para que vean que en Sonora también pasan cosas buenas, me dijo el profe Martín, cuando le pregunté si podía escribir esta historia.

Con mucha ilusión nos compartió a mí y a mis colegas de mi querida escuela Jaime Torres Bodet, sobre la ceremonia de graduación que con gran cariño preparó para su único alumno graduado, Kevin Abelardo Martinie Contreras, quien cursó su sexto grado de primaria en la escuela primaria rural unitaria Ignacio Zaragoza, ubicada en Huicochi, correspondiente al municipio de Sahuaribo, Álamos, Sonora.

Huicochi es una comunidad sierreña de apenas 62 habitantes, a 4 horas de Álamos, colinda con Chihuahua. Es una zona de difícil acceso por la altura en que se encuentra y por las condiciones del camino no cualquier carro sube, pues está ubicada en la sierra. El frío es tan extremo que en ocasiones el agua amanece congelada, pero eso no fue impedimento para que el profesor impartiera sus clases. En Huicochi no hay señal para realizar llamadas telefónicas, únicamente una casa cuenta con red satelital para enviar y recibir mensajes por Whatsapp. Para abordar la ruta del camión rural desde la escuela, se tiene que emprender un camino de dos kilómetros de distancia. Dentro del pueblo no hay manera de transportarse, a menos que sea de raite o en mula.

Kevin muestra un gusto por las Matemáticas: los desafíos de la asignatura los resolvía sin dificultades, con una motivación y entusiasmo siempre por aprender. Sus padres viven de la siembra del maíz, papa y frijol, y tienen dos hijos más, aparte de Kevin, que es el hijo mayor. Es una familia humilde y muy servicial. En realidad, Kevin ya tendría que haber culminado su primer grado de secundaria, sin embargo, por las mismas dificultades económicas tuvieron que bajar a Navojoa y por problemas con el papeleo, perdió un año, por lo que tuvo que repetir quinto grado. 

Por todo ello, el profe Martín no dudo en prepararle la ceremonia de graduación tal y como se le hubiera preparado a un grupo entero, esto con la ayuda del maestro de telesecundaria, a quien le pidió que lo apoyara para completarse con las únicas dos niñas que había y así hacer posible que hubiera vals y escolta.

Adornó la mesa del presídium, la entrega solemne del certificado y entrega de reconocimiento por su desempeño. Además, le regaló una bicicleta para que no se le dificulte asistir a la secundaria, pues ésta le queda más lejos de su casa.

A pesar de que el profe pasó casi diez años como maestro interino, casi cada ciclo escolar tenía que empezar de cero en una nueva ciudad y nueva escuela. Su base se la acaban de dar al inicio de este ciclo escolar 2021-2022 y se le asignó nada más y nada menos que en la Ignacio Zaragoza de Huicochi, donde acaba de graduar a Kevin. Pese a todas las dificultades que ha tenido que enfrentar, persiste en su práctica docente el amor por lo que hace, su motivación más grande es contribuir al desarrollo de las niñas, niños y jóvenes. Profesores como Martín Eduardo Ramos Calderón nos inspiran, nos invitan a no perder la fe en nuestra labor ni la humildad en las aulas.

Sobre el autor

Licenciada en Educación Especial

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1 comentario

  1. La vocación del Mtro. Martín es admirable. Cuando le ofrecieron esa plaza el preguntó ¿Y dónde es?, le dijeron te mandaremos la clave escolar para que la busque en internet, pero es un lugar muy lejano; a lo que el respondió: – No, no me mandes nada. De todos modos me voy a ir.
    El esperar que nuestro amigo «bajara» de la sierra a la Ciudad era toda una fiesta.
    Lo esperábamos con ansias para saber que había vivido. Sin duda dejas una huella grande en ese pequeño poblado, que necesitaba de ti. Cada una de las aventuras de viaje, de sacrificios y de experiencias vividas, se te reconocen amigo por tu labor docente tan llena de amor.

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