La primera vez que leí un libro de Solís fue Díada (2004), y recuerdo nítidamente el impacto que me produjo la tenacidad y atrevimiento de su poesía, puesto que cuestionaba su propia materialidad desde distintos enfoques, con un dejo de sinsabor existencialista y escepticismo, pero al mismo tiempo con una acuciante necesidad de cuestionar la …
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