La esperanza no es la creencia de que todo estuvo bien, está o estará bien.
La evidencia de la tremenda destrucción y sufrimiento está por todas partes.
La esperanza que me interesa es aquella que nos invita o nos exige que tomemos acción.
Rebecca Solnit, Esperanza en la Obscuridad*
AMLO pretende lograr marcar el destino de nuestro México, escuchando, atendiendo y respetando a todos, en especial a los pueblos indígenas, a los más olvidados. Suena muy quimérico. Sin embargo, se perciben parámetros para asentirlo. Por ejemplo, el hecho de que Los Pinos, hasta ahora casa presidencial con espacios cuasi monárquicos (recordar el toalla gate de Martitha de Fox) se transforme en un espacio para la difusión de la cultura.
A saber, según la dama propuesta para ocupar la Secretaria de la Cultura de la nueva administración Lopez-Obradorista, Alejandra Frausto Guerrero, dijo que va adelantado el proyecto de transformación de los Pinos en un centro cultural que según lo más nominado en los sondeos establece “un espacio en donde se pueda conocer la cultura de todos los estados de la República, además de los proyectos que tienen que ver con la ciencia, cultura y medio ambiente, debido a que es un espacio verde” apuntó. Mientras daba a conocer también a los cercanos colaboradores para dirigir el proyecto cultural; La escritora Laura Esquivel (Como Agua Para Chocolate) a la Subsecretaría de Diversidad Cultural; El poeta Mardonio Carballo como Director General de Culturas Populares, la editora María Novaro para el Instituto Mexicano de Cine (Imcine). En otro matiz que refleja la intención de su proyecto, López Obrador sustituirá la actual Comisión de los Pueblos Indígenas, CDI, por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas encabezado por el oaxaqueño Adelfo Regino Flores.
Hay indicios de que la transformación anunciada viene en serio y es en serio que amerita una mudanza el manejo enhiesto de la cultura como impulsora de desarrollo de un país policultural polícromo y polifacético, con un gran acervo formal; con un pasado prehispánico que sigue asombrando al mundo por sus avances en urbanismo, matemáticas, herbolaria, pintura y astronomía, con un proceso de mestizaje que ha cimentado a los creadores del México moderno, de los Fernández de Lizardi, del paisajista Velasco, de los Pellicer, los muralistas, los Tamayo, Ibargüengoitia, Paz, Henestroza, Rulfo, Barragan y los José Alfredo, solo por mencionar a unos pocos. También es preciso aludir a los anónimos personajes que reflejan la cultura popular como los artesanos de los pueblos mágicos, los alfareros, los hacedores de la arquitectura vernácula, de las casi extintas tejedoras de Masiaca y los danzantes pascola. Hay esperanza de que la cultura establezca el eje para combatir la delincuencia, el hambre, la indolencia de un pueblo estoico, de un México que “retiemble en su centro” la casta de un pueblo culto y trabajador.
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El pasado 17 de agosto estuve en las instalaciones del ITSON-Navojoa en una reunión para establecer panoramas del quehacer cultural en el gobierno que encabezará AMLO. La reunión convocada se promovió como “Asamblea de Lectura y Diversidad Cultural”. Ahí estuvieron los promotores culturales, los creadores indígenas, los escritores, los narradores, todos manifestando la búsqueda de una plataforma que transforme, que permita rememorar y dejar testimonios con la promoción de la escritura, de la edición, de la crónica, de la plástica, de todo el valor y talento que habita los márgenes del caudal reprimido del río Mayo para que florezcan los guacaporos y canten los sapo-toros; que de alguna manera coincidente, lo describió en un discurso cargado de emoción y sabiduría el también presente profesor Lombardo Ríos, increpando la caída del neoliberalismo y promoviendo el renacer del Valle del Mayo, en una metáfora alentadora.
Discursiva intervención de Bernabé Arana, hijo del echeverrista líder campesino del mismo nombre, que con esa carga genética a cuestas tiene la encomienda en la región de recopilar los programas, las ideas y pensamientos de los creadores e impulsores culturales de la región más sureña del estado de Sonora. Alentadora ocasión de una asamblea que pretende establecer los lineamientos para la promoción y producción del arte, la lectura y la escritura.
En esta administración de Peña Nieto, que hoy languidece divulgando sus logros en un informe desangelado, el último, se creó la Secretaría de Cultura (2015), es decir dejó de ser un consejo (Conaculta) y adquirió la jerarquía de Secretaria de Estado, lo cual significó más presupuesto, más infraestructura, pero muy lejos quedó de reflejar mayor apoyo a los creadores y promotores del artes y la cultura. Cuánto talento no encuentra la palanca para publicar sus trabajos, mientras la cédula base, los ayuntamientos, confunden la cultura con los actos cívicos en las fechas del calendario escolar y las efemérides, olvidando el verdadero objetivo del saber, ese complejo concepto que establece el principal antídoto contra la delincuencia, la cultura misma.
Inédito activismo de un presidente electo que desde antes de la histórica elección establecía la agenda; hoy dicta cambios, impone el orden del día. Hay mucho escepticismo de los agoreros, existe mucha expectativa, quizás demasiada, posiblemente no lo creamos, acaso no sabemos cómo le va hacer, pero sin duda todos estamos viviendo tiempos en los que gana el cabo, el extremo de la esperanza «que nos invita o nos exige que tomemos acción».
Texto y acuarela («Fusión de mundos», 2008) por Jorge I Guevara
* Rebeca Solnit es editora colaboradora de Harper’s Magazine, donde bimensualmente escribe el ensayo Easy chair
Excelente escrito Arquitecto Jorge Guevara. Me cuento entre los esperanzados y también entre los escépticos. El mundo, el pais, nuestra entidad, donde vivimos, tienen realidades diversas, son heterogéneos y, en ese sentido, es una empresa retadora promover los cambios que necesitamos, eso incluye el arte y la cultura. Saludos.
Bien Doctor, somos una clase que transita sobre el filo del escepticismo que nos dejo el coartado ejercicio del poder político, pero tenemos una batalla ganada que nos debe de poner en camino a la transformación. el electo es solo el impulsor, la transformación la generaremos todos.