El capital financiero es el principal enemigo de la Vida, hecho puesto de relieve tras la caída del bloque socialista y la subsecuente multiplicación de guerras asimétricas, mafias internacionales, el despojo de la burguer king al proletariado mediante la apropiación del sector público y el envilecimiento del derecho que protegía a la naturaleza y al trabajador (con reformas o sin ellas). La mancha voraz anda suelta y anda bichi. 

Cierto que la interpretación aún predominante, quizá, es la del consumidor como motor del desastre, y el desastre como desastre meramente ecosistémico. Interpretación articulada por el G/, que es la evolución del Club Roma tras su financiación de Los límites del crecimiento, demostración empírica a lo cual siguió la elaboración de esta doctrina que interiorizara la culpa en las masas y desviara su potestad al ahorro de agua y otras formas de consumo é-tico para gloria del Starbucks and so on.

Lo cierto es que Washington anticipó que su dominio absoluto sería temporal, como temporal ha sido el indisputado dominio de cualquier imperio. Muy pronto se vio el crecimiento de China como amenaza, y con el siglo volvió a Rusia un gobierno con liderazgo que a lo pronto duplicó el PIB, pulverizó a las mafias, reordenó a los actores políticos y económicos, y retomó su papel como potencia militar “en la esfera de sus intereses”. Papel que “en la esfera en que vivimos” jamás renunció en definitivo pues jamás se deshizo de las bombas nucleares, detalle que no escapó a Washington, quien  aprovechó la debilidad rusa para llevarle más cerca el cerco de OTAN. Y como cualquier terrateniente sabe, reducir afuera es ampliar el rancho: Europa es hoy mucho más vasalla de los USA de lo que ya era en 1945.

Hiram y Emmanuel juegan Risk, juego de mesa cuyo objetivo «es atacar y capturar territorios enemigos con el fin de aniquilar al oponente y convertirse en el gobernante del mundo», como explica Google.

La guerra en Ucrania expresa un problema diferente a la inaplazable necesidad del capital de apoderarse de todo para revalorizarse, sistematicidad que explica la guerra en Irak, la destrucción de Libia, el desmembramiento de Yugolsavia, etcétera. La guerra en Ucrania expresa el inaplazable problema de la contradicción entre Soberanía y Capital.

Contaba Hegel que el Estado era tan necesario para la burguesía como lo era para el proletariado y por la misma razón: para defenderse uno de los otros mediante su aparato y norma. Pero tan pronto un bando cobrara pleno dominio de la situación, el mediador sería dispensable, y, o la burguesía pasaba a explotar directamente y sin demagogia al gentío, o por el contrario, el proletariado se deshacía del medio tan pronto hubiese aniquilado a la burguesía… si es que no le daba ante por explotarse a si mismo. Lo segundo le parecía irracional pues para qué el problema de crear una nueva institucionalidad, si ya tenían la de la Razón, y por lo mismo, lo primero le parecía un horizonte irracional si ya nadamás había que realizar el Ser.

El asunto es que en los años noventa el Estado quedó tan débil que Voldemort gobernó sin ser parte de él, a pesar y contra él incluso. Y esto se debe que en la segunda mitad del XX los gobiernos del mundo o se fueron al bloque socialista, o se plegaron a Washington, o por una tercera vía que se regresó muy pronto. Caído el bloque socialista la necesidad el Estado Benefactor, mediador, se fue a la chingada, y el “neoliberalismo” llegó a niveles Batman.

Sólo China resistió. Rusia recuperó su soberanía. Los otros miembros BRICS comenzaron a hacerla valer hará ya 15 años, y con sus vaivenes, de nuevo pasan a la ofensiva este 2022. México dijo basta.  Antes que México otros países de latinoamérica. Ucrania, enferma de geografía, fue incapaz de sostener un gobierno leal a su pueblo en medio de una Eurasia creciente y un USA que teme convertirse en isla. Y si el giro progresista derrapó, la llegada del PG, la vuelta de la izquierda en Argentina, la expulsión de los golpistas en Bolivia, Castillo en el Perú, Boric el tibio en Chile, y las enormes posibilidades de Petro en Colombia y de Lula en el Brasil, confirman que la hegemonía de USA caducó hace mucho, desde hace décadas su poder es dominante y por ende depende de la coerción. Las sanciones económicas de USA a todo el que se salga de la línea lo confirman. Y cuando decimos USA no nos referímos a un país, ni siquiera a un Estado, sino al aparato estatal del capital financiero transnacional, quien dicta ahí através de la Reserva y el Senado por sobre el complejo industrial militar y el mercantil-comunicacional (sobre pero también muy entreverado). 

En este momento muchas fuerzas políticas, arraigadas unas al pueblo y otras a su ambición moderna, ven la oportunidad de liberarse del yugo gabacho, y no precisamente para subordinarse ciegamente a los planes de China -principal socia comercial de Sudamérica, la Unión Europea y de África ya. 

Es este artículo una ventana al escenario en que se realizará la Cumbre ¿o precipicio? de las Américas. Junio es temporada alta para la diplomacia: a la Cumbre de las Américas sigue la de los BRICS y la reunión del G7. En este contexto México condicionó la asistencia del Presidente a Los Ángeles, y China le tiende el brazo a Argentina. 

La disputa por la influencia en el globo es también la disputa por el derecho a ejercer la soberanía propia, y desde el punto de vista de los países emergentes o hundidos, la pretensión de soberanía es nada sin mover ficha -por pocas que tenga- en el tablero mundial. A su vez, la soberanía es la premisa del destino, plan de vida, proyecto de nación, perspectiva histórica. Proyectar a futuro es la capacidad que la colonización mutiló a tantos pueblos en la tierra. ¿Nos quedaremos ahí?

De esto y más parlamos en la siguiente entrega.

Texto y fotos por Paco A R

Aquí se muestra cómo Gringolandia tiene décadas proyectando ampliar las fronteras de Kiev hasta Moscú

Sobre el autor

Vende libros, les manda saludos, viva Villa Juárez.

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2 comentarios

  1. Interesante y rico artículo tanto en ideas como en referencias teóricas.

    No se mencionan en el juego geo-político a Japón, Corea del Sur, Australia o Canadá, lo que las situaría como naciones desafectadas del ajedrez mundial y sin embargo juegan un rol importante en el entramado comercial, tecnológico y financiero.

    Aunque el neoliberalismo tiene el terrible e innegable defecto de que en realidad sus políticas económicas nunca bajan sus beneficios a la base del pueblo y en la práctica el neoliberalismo es un rosario de justificaciones acercca de los errores de sí mismo… con la simultánea circunstancia de que fue enarbolado por regímenes frecuentemente corruptos y demagógicos, el Estado Benefactor no siempre queda bien parado.

    ¿Qué pueden decir, por ejemplo, los argentinos de la era keynesiana de la 2da mitad del siglo XX respecto de sus propios regímenes? ¿Era el peronismo en realidad el paraíso del progreso argentino?
    La verdad es que bien se sabe que el recorrido por esa parte de la historia argentina deja un cuadro de cismas frecuentes coronados por la dictadura de Videla y la Junta Militar. Estado Benefactor? No, no.

    El México del Estado Benefactor de la creación del IMSS, de la fundación de la CFE, de la expansión y universalización de la alfabetización, del reparto de tierras y los movimientos de colonización hacia el noroeste, de la expropiación petrolera que trajo consigo la petrolización de la economía, hablan también
    de un régimen que Vargas Llosa llamó «la dictadura perfecta» en las narices de Octavio Paz -en que los sacralizados escritores e intelectuales mexicanos a los que aun rendimos culto y son vacas sagradas del ritual de las letras y la cultura en México, eran alineados al sistema por medio de becas, puestos y puestos diplomáticos en destinos exóticos y óptimos para el desarrollo de sus obras – régimen caracterizado por la exacerbación del autoritarismo, la expansión de la desigualdad entre ricos y pobres y la corporativización del partido de Estado por medio de estructuras clientelares a la que no escapaba nadie: empresas, sindicatos, medios de comunicación, partidos charros o paleros del partido de Estado… y una violencia política soterrada contra los pobres, los indígenas, las mujeres, los trabajadores y contra la oposicición y el pensamiento estudiantil por medio de la guerra sucia… un régimen que llegó a ser un gobierno asesino (propio de la región latinoamericana, léase Chile, Perú, Brasil, Argentina, México, Nicaragua, República Dominicana. Estado Benefactor. No, no.

    Lo que quiere decir es que ningún modelo de desarrollo está libre de la mano imbécil del mono encumbrado al poder.

    El desmembramiento de Yugoslavia no tuvo nada que ver con la cuestión de los capitales financieros internacionales: Fue una cuestión histórico-militar-étnica-religiosa. Los balcanes ya eran una zona de conflicto desde antes de la Primera Guerra Mundial.

    La actitud bélica de Rusia contra Ucrania tiene sus propios referentes de conducta colonialista a través de los ejemplos de Georgia y Bielorrusia. Hay una aspiración ahí de pangermanismo ruso a partir de la megalomanía de un líder empoderado en un juego geopolítico hábil al mismo tiempo que suicida. Vladimir Putin no dudará, no duda, a exponer a su pueblo a la muerte y a la conflagración lo mismo que hizo Hitler. Tampoco es ningún santo.
    Si hay países de Escandinavia o de Europa Oriental que quieren entrarle al juego de la OTAN y quieren una integración a fondo en el modelo de las democracias representativas y el libre mercado ¿Quién es Rusia para querérselos negar? ¿Qué derecho tiene?

    Hay rasgos de la economía mexicana del siglo XXI que hacen olvidarnos de la economía del siglo XX pero los que hemos ganado años recordamos las crisis del 76, del 82, 87 y la de 1995 por causa del error de diciembre del 94. Los que se espantan con la inflación actual no tienen una idea de los descarrilamientos financieros y productivos del México de la anterior generación. Se volverían locos de pensar en los reveses que sufrieron el poder adquisitivo de los salarios mexicanos de la época. El empobrecimiento ipso facto que llegaba con las devaluaciones, la hiperinflación y el aumento en las tasas de interés que hacía los créditos totalmente impagables.

    Entonces: El neoliberalismo de los tecnócratas y la lección de las reglas del juego de las finanzas internacionales han permitido a México una posición óptima en su política monetaria. La política fiscal también va mejorando y eso habla de disciplina y transparencia en el manejo de los recursos que deberían ser una especia de escuela mundial. Si no, díganle a los italianos, griegos y argentinos qué hacer con sus políticos y sus gobiernos ladrones.

    Estado benefactor el de López Obrador. El de Lula Da Silva, el de Mujica en Uruguay, estados humanistas… esa clase de regímenes de vocación social y progresista. Pero cuidado con la amenaza populista.
    Ups! Demasiado tarde.

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