En los círculos políticos de México, tanto de derecha como de izquierda, existe una creencia poco fundamentada pero arraigada, que afirma que el presidente Joe Biden forma parte de una mafia “globalista”que conspira -o pretende- para desaparecer las soberanías nacionales con el fin de establecer un gobierno mundial que dirija los destinos de la tierra en materia económica, financiera, energética, de salud y hasta militar, que comanda el poderoso financiero George Soros.
Y que en ese plan intervencionista se incluirían acciones contra México.
Esa idea afirma también que el ex presidente Barack Obama ocupa un lugar preponderante en ese grupo, al igual que la ex candidata presidencial y ex secretaria de Estado Hillary Clinton y su esposo.
Esos círculos sostienen que Donald Trump se oponía a ese plan “globalista” con su llamado a reafirmar a la soberanía de nación americana, con el lema: “Hacer a Estados Unidos Grande otra vez” (Make America Great Again), que fue su principal slogan político.
Sin embargo, esta idea que prevalece en algunos círculos políticos e intelectuales mexicanos, no ofrece pruebas serias que demuestren sus afirmaciones, lo que puede llevar a un error de cálculo que de una visión falsa del gobierno de Biden.
La visión coloca a Barack Obama en el mismo saco que Hillary Clinton, y ese es un error, como lo demostró el hecho de que Hillary votó, siendo senadora, en favor de la invasión a Irak , mientras que Obama se manifestó en contra, aunque no era integrante del senado norteamericano, sino legislador estatal de Illinois.
Una nota informativa de la agencia de noticias Reuters, reportó que “el contendiente presidencial demócrata, Barack Obama, contrastó su posición con su rival Hillary Rodham Clinton sobre la guerra en Irak…”, que votó a favor, y no se retractó a pesar de las críticas que recibió de parte de otros políticos demócratas. (1)
No fue la única ocasión en que las diferencias políticas entre Obama y Clinton se hicieron evidentes, pues en el año 2013 volvieron a diferir fuertemente en torno a la posición que debía tomar e gobierno norteamericano frente al presidente Assad de Siria.
Clinton estuvo en favor de una acción militar contra Assad por haber utilizado armas químicas contra civiles sirios que ocasionaron la muerte de más de millar de civiles, entre ellos, niños, a lo que Obama se opuso de último momento, porque consideró que significaría involucrarse en otro frente militar, como el de Afganistán e Irak, sin siquiera haberlos resuelto todavía. (2)
Cuando todo estaba listo para lanzar un ataque contra Assad, el presidente Obama cambió de opinión y canceló el ataque, hecho que le causó una ola de críticas.
Un amplio reportaje de la revista The Atlantic, que abordó el asunto, señaló:
“Exactamente después de la reversa de Obama, Hillary Clinton, dijo en privado: “si dijiste que vas a atacar, tienes que atacar. No hay opción”. (3)
El presidente Obama le dijo a la revista que él se negaba a seguir el guión que ha seguido la política exterior de los Estados Unidos durante años.
Joe Biden es, ciertamente, un político cercano al ex presidente Obama. Y no podía ser de otra manera pues fue su vicepresidente durante ocho años. Pudo haber alcanzado la nominación del Partido Demócrata en 2015, pero se cruzó Hillary Clinton en su camino.
Biden se plegó y apoyó a Clinton, que se enfrentó al senador Bernie Sanders, a quien se derrotó en la contienda por la candidatura mediante de una guerra sucia, como quedó demostrado a través de los correos electrónicos que dio a conocer Wikileaks que revelaron que la entonces presidenta del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman, realizó acciones internas para apoyar a Hillary Cinton y perjudicar a Sanders; al revelarse esa información, se vio obligada a renunciar.
“Ella fue obligada a renunciar después de que se filtrara correos internos del Comité Nacional Demócrata, que mostraron que funcionarios actuaron a favor de Hillary Clinton durante la primaria presidencial y conspiraron contra el rival de Clinton, Bernie Sanders”. (4)
A pesar de ese escándalo, Clinton ganó la mayoría de la votación popular, gracias a que Sanders no dividió a partido demócrata, pero dado el sistema de elección que existe en Estados Unidos, Trump obtuvo la mayoría del Colegio Electoral, que es la entidad que finalmente decide la elección, y fue nombrado presidente.
Sin embargo, no es difícil concluir que el escándalo que estalló al saberse lo que ocurrió, perjudicó electoralmente a Hillary Clinton
No es posible saber si Biden habría ganado esa elección con mayor facilidad, aunque es probable, ya que, además, Hillary Clinton tenía un alto nivel de rechazo entre la población norteamericana durante toda la campaña electoral del 2016.
Un reportaje de la BBC del 6 de junio de 2016, citó un reportaje de del periódico New York Times, firmado por Amy Chozick y Patrick Healy, que dijo al respecto:
“La señora Clinton debe trabajar también para mejorar su posición tanto entre las hordas de jóvenes de simpatizantes del señor Sanders y con la mayoría de los votantes registrados que afirman que no les gusta o confían en ella”. (5)
Finalmente, cabe preguntarse: ¿Autorizaría el presidente Biden una intervención abierta o clandestina contra el gobierno del presidente López Obrador y crearse un problema al sur de su frontera, como lo desean algunos en México?,
No parece probable si se conoce la experiencia de Biden en política exterior durante el gobierno de Obama.
Notas
Nota 1: https://www.reuters.com/article/us-usa-politics-obama-idUSN0923153320070212
Nota 2 y 3: http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2016/04/theobamadoctrine/471525/
Nota 5: https://www.bbc.com/news/world-us-canada-36466228