Hace una semana terminé de escribir una novelita, la primera, y después de la euforia, que duró si acaso algunas horas, comenzaron las dudas: el qué hacer con ella, la resistencia a soltarla… asuntos que me condujeron inevitablemente al estado habitual de preguntas sin respuesta. Para contrarrestarlo – ya que la euforia me había inyectado …
