Cuando aquel cada vez más lejano viernes de marzo de 2020, día de Consejo Técnico Escolar, comentaban los trabajadores de la educación -durante la pausa de actividades- sobre la guerra comercial y al parecer la naciente guerra sanitaria entre los gobiernos de Donald Trump y el chino Xi Jin Ping, nadie atinó a pronosticar que la pausa de clases presenciales se extendería hasta el ciclo escolar 2021-2022 y que estaría por definirse y redefinirse en más de una ocasión: «Al día de hoy se proyecta la fecha del regreso al 30 de agosto del presente año».
El momento presente difícilmente otorga tiempo para elucubraciones intelectualoides generadoras de neurosis. Es mucho mejor valorar y definir en forma de inventario optimista los aprendizajes que se han tenido en estos dos ciclos escolares recientes con la particularidad que otorga la ausencia de los estudiantes en sus aulas. Pensar en colectivo sobre este episodio de vida nos permitirá levantar una cosecha enriquecedora como sociedad para los tiempos por venir. Para ello es importante hacer ver que a pesar de las adversidades hay elementos que rescatar a favor.
El aprendizaje en la escuela permea en todos sus actores y no solo en los que a ojos de todos son los principales protagonistas del proceso de enseñanza aprendizaje de una institución educativa como lo son los alumnos, además de ellos aquí aprende el directivo, el personal administrativo, los docentes, sus padres, los vecinos del edificio y hasta los vendedores que están afuera ofreciendo sus productos a la hora de salida, «estímulos que vienen a ser el premio al deber cumplido y escala obligatoria cuando se ha escapado de ser gastada alguna moneda en el recreo, es cuestión de recordarlo con anécdotas propias».
En esta experiencia el proceso educativo formal tuvo como elemento integrador un programa gubernamental que se titula Aprende en Casa I, II y III teniendo como aspectos que lo conforman una barra de programas televisivos por dos horas y media de lunes a viernes y con repeticiones toda la semana determinando 30 minutos por materia así como un portal en internet donde se pueden descargar distinto material de apoyo y reforzamiento para las distintas asignaturas y orientaciones para padres de familia, calendario de clases, capacitación docente y museos virtuales entre otros apartados.
Más allá de contenidos vienen un par de preguntas al caso y suenan a una duda razonable y también obligatoria: 1. ¿Qué han aprendido los niños y jóvenes del nivel básico en esta experiencia? 2. ¿Qué nuevas habilidades han adquirido los adultos que guían el camino de los estudiantes al aprendizaje? Se pueden obtener tantas respuestas como estudiantes inscritos en las escuelas del país, no hay una sola que se pueda considerar errónea u otra como la verdad absoluta pero dentro de las siguientes se pueden encontrar más de un punto de acuerdo:
La mejora en la calidad en la comunicación así como el trato y relación entre maestros y padres de familia pasó en muchos casos de saludos ocasionales y reuniones trimestrales para entrega de calificaciones a una interacción prácticamente diaria, más allá de estructuras institucionales presenciales con el envío de actividades académicas a partir de medios electrónicos y redes sociales, diálogos constantes para aclarar dudas y explicar de forma más detallada las actividades. Lo anterior derivó en un trato más personal dejando el mensaje en los alumnos de que hay una armonía en búsqueda de un objetivo común que es su aprendizaje, el avance en sus objetivos académicos y su tranquilidad. «empatía, resiliencia y emociones han sido las tres palabras más leídas en las ocho sesiones de Consejo Técnico Escolar este año ».
Cuando el color del semáforo sanitario hubo de permitirlo se organizaron agendas de entrega y recepción de libros, cuadernos y demás evidencias para revisarlos y de esta forma hacer las observaciones necesarias, esas mañanas fuera de la escuela donde maestro y madres de familia «acompañados en ocasiones de sus hijos» se saludaban y salían los primeros diálogos:
–Buenos días.-saludando con el puño- ¿Cómo han estado?
-Pues le diré maestro, bien cansada porque estoy trabajando de noche y tengo que despertarme a las ocho para conectar a la niña a las clases virtuales pero acostumbrándonos ni modo, se tiene que hacer, por algo le compramos la Tablet y pagamos el internet.
-Que le diré maestro, yo igual, anoche andaban unos arriba de la casa, es que se andan robando el cableado y mi marido salió rápido a ver. Pero bien dentro de lo que cabe, batallando con matemáticas pero entendiéndole a eso de la suma de fracciones, ya ni cuando estudiaba yo –añade mientras estalla la risa de todos los presentes- todo por el bien de los chamacos.
Estos detalles emanados de una charla informal sutilmente permiten que el niño sienta lo importante que es, que interioricen en sus esquemas mentales y emocionales que es parte importante de la dinámica escolar y de su hogar, parte de un engranaje que no habrá de desempeñarse armoniosamente sin su presencia. Es menester transmitir en estas etapas de desarrollo que hay quien en todo momento se preocupe por ellos, su bienestar y aprendizaje.
Un valioso aprendizaje para todos ha sido el percibir que hay tiempo para horarios rígidos por disciplina y horarios amigables con generoso margen de adaptabilidad a ritmos personales, también en algunos hogares la llegada de la conexión a internet y un dispositivo electrónico para uso educativo ha sido un estímulo bastante positivo en los niños y despertado grados de admiración hacia sus padres por el sacrificio económico que representa en alguna familias ya que eran recursos que en condiciones normales estaban fuera del alcance de las mismas por economía y por ser consideradas como un lujo y no necesidad.
La importancia del buen uso de la tecnología ha tomado importancia, dejando atrás el paradigma que versa en sus argumentos que la utilización de este tipo de recursos solo genera entes débiles de capacidades, provoca atención dispersas y deficiencia en cuanto al desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes. Realizar de forma gradual cada vez mejor labores sencillas como descargar en formato electrónico libros de texto gratuito, cuadernillos de actividades y literatura de esparcimiento, tutoriales para resolver ejercicios matemáticos, manejo de plataformas para clases a distancia así como manipulación atingente de las funciones que en ellas se pueden implementar, son por mencionar solo una parte de muchos ejemplos de elementos que se han aprendido en este aspecto formativo tanto padres como alumnos «el abrir la imagen y poder activar el audio en sesiones de zoom al principio era una labor titánica para algunos y lograrlo era algo muy celebrado».
Dejar de ver los contenidos de vida saludable como un mero accesorio pues la ponderación de la salud física, mental y emocional en su formación formal y vida cotidiana ha sido actividad recurrente prácticamente todos los días dentro y fuera de la esfera educativa, la calidad de vida más allá de aspectos materiales y/o de estética física, ha arribado a los aspectos mentales, emocionales y en no pocos casos a aspectos espirituales.
Una recompensa personal ha sido que hay un par de herramientas redescubiertas y al alcance de cualquiera que las busque para llegar a cumplir metas: La buena disposición y la imaginación constructiva, con estas cualidades el trabajo se deja de hacer pesado y la ruta que habrá de seguir el barco del aprendizaje tendrá siempre el viento a favor. Como todo proyecto colectivo el mantener el optimismo, mantener las aspiraciones y la satisfacción del deber cumplido en bloques altos es una muy buena sugerencia. Concebir un nuevo significado en el contexto educativo «y en la vida misma» a situaciones emocionales como cansancio, frustración, confusión, e impotencia por no llegar al resultado deseado con lo vivido; redefinirlas al día de hoy como solo un momento previo a la reflexión y el descanso, entender a este tipo de sensaciones y experiencias como el momento de permitirse cerrar los materiales, respirar profundo, dedicarse a relajarse y “afilar la sierra” pues al día de hoy no hay prisas ni calendarios inflexibles, en esta etapa del mundo que no ha resultado ser un alto en el camino sino una nueva forma de aprender y moldear el carácter de las nuevas generaciones en la escuela y es esa la moraleja que esta experiencia nos deja.
Texto y fotografía por Alex Jiménez Bazúa