Muy honrados de publicar a Luciano Cabeiro, autoridad internacional como entrenador y analista de tenis 🙂
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Tal vez nunca supo lo que provocaba, tal vez sólo era una chica jugando tenis. Tal vez el mundo, por un momento, habló el mismo idioma, se emocionó de la misma forma y admiró a la misma mujer.
Gabriela es nuestra hermana, nuestra novia, nuestra amiga. Metida en nuestro corazón, vaya a saber por qué conjuro. Su belleza, la ductilidad de su juego, quedan en un segundo plano cuando las personas que estuvieron cerca de ella hablan.
Vienen a mi mente las palabras de “Palito” Fidalgo, de Alberto Osete, de Inés Gorrochategui: Gaby es unánime, ni el mismísimo Federer tiene ese poder. A Gaby la quiere el mundo. A veces pienso como reaccionaria si la viera en persona, porque Gaby fue siempre mi talón de Aquiles.
Festejamos, nos enojamos, nos emocionamos con ella. Como un artista, ella puede transmitir lo que siente sin decir una palabra. Ella puede paralizar un estadio, ella puede conectarnos en la época en la que no exitía wi-fi, directamente con su alma.
Hace dos meses, en el hall de un torneo, estaba Gabriel Urpi (ex – entrenador de Conchita Martinez); dos palabras bastaron para describirla en su totalidad:
-¿Cómo era Gabriela?
Y él me respondió:
-Gabriela era una reina.
Por Luciano Cabeiro / BATennis
Con permiso del autor para Crónica Sonora