En México las fuerzas políticas se resumen en dos partidos: el del despojo y el de la “4T”, y muchos de Morena están en el primero. Por ello, si en la entrega anterior afirmamos que Morena perdía en Sonora ante Célida López, hoy decimos que Morena ganó al perder Hermosillo. Pareciera que la ciudadanía entró al rescate de la Regeneración. Da gusto que las diputadas de Morena electas en Hermosillo son las que verdaderamente militan en la izquierda: Wendy Briceño y Celeste Taddei, como diputadas federal y local. Armando Moreno devenido en cómplice de Célida, la ex administradora Alma Limón tan impopular entre sus bases, y aquél que intentara trocar votos por permisos para pelear gallos, fracasaron. La gente votó por la 4T ahí donde esta se representó, y por la derecha ahí donde no se encubrió de transformación.
¿Qué lecciones podemos abstraer de esto? La que aquí resalto es la necesidad de elevar la conciencia de la victoria entre la ciudadanía, el pueblo, la raza de pensamiento crítico. “Conciencia de la victoria”, aquello que el Che nombrara la condición subjetiva más importante para una revolución, y la 4T se propone como revolución pacífica. Hasta hoy, el argumento con que este partido postuló a la célebre Lili Téllez, Cow Head en Guerrero, a Clara Luz Flores en Fosfo León, es el que sus caras son necesarias para ganar. “¿Ganar qué?” Opone Taibo II quien ya en mayo advertía que los impresentables restarían votos a su partido allá en la capital. Y no sólo tuvo razón: los impresentables restaron votos en todas las capitales, quedándose ahí sólo con dos (Tijuana y Acapulco) ¡Tal cual como la oposición se quedó tan sólo con dos estados en el país! Mas, esta vez, el pragmatismo no ha servido ni tal cual se presumió ¿Dejarán, pues, Morena, para ir a buscar fortuna en otra parte? Individualmente tomarán sus decisiones, el hecho es que seguirán llegando pues el partido seguirá representando una oportunidad negocio ¿Perderá el despojo fuerza en Morena? La que los militantes de la 4T les arrebate.
Un factor en contra es el propio triunfalismo del propio PG para quien los impresentables sin invisibles, “la manipulación” y sólo ella es culpable de su derrota en CDMX. Lo cual no sería un problema sin esa costumbre de confundir lealtad con el desprendimiento del pensamiento crítico. El PG no sólo evade el papel de la corrupción en Morena, presenta a la ciudadanía como vístima de los algoritmos. Y claro que hay manipulación pero negar la degeneración propia sólo facilitará la corrupción al interior del partido popular tal como ocurrió en Brasil, Venezuela, Bolivia, etcétera. Lo preocupante es que antiguos militantes antepongan públicamente sospechas sobre las posibles tenebras que derrotaron a Célida: “negociación, fraude”. Mas no pierden su tiempo en salir a la calle donde podrían constatar el franco asco que la edil provoca. Astiazarán no ganó nada que Célida no perdiera por si sola: he ahí la mala y la buena noticia.
Achacarle a “la manipulación” la pérdida del DF no es sólo falta de autocrítica, es atentar al sentido común. Sentido común que, así de jodido como está, tanto ha costado construir. Sentido común que ha impulsado el progresismo en la CDMX y en todo el país. Desoyen al viejo lobo Pablo Gómez que ante su propia derrota declaró: “pecamos de soberbia”.
Está por verse cómo procesa la conciencia de las bases los resultados del 6 de Junio. Claro, puede que su proceso se aletarga porque al mismo tiempo se han lanzado muchos huesos al aire con Durazos de este mundo; aquí en Hermosillo ya coló a las redes la disputa por el ISC, la confiable caja chica.
Pero lo más interesante no es si la conciencia de la victoria cunde en “la cuarta transformación”, lo más interesante es la posibilidad de que esta conciencia prenda en quienes están dispuestos a transformar a México con o sin Morena ¿por qué va a luchar ciudadanía, el pueblo, la raza?
Nota: en Cucurpe la gente ganó aún sin Morena, quien se negara a registrar a Edgar Aarón Palomino, y en Tangancícuaro Michoacán las bases obligaron a sus liderezos a registrar a David Melgoza, con lo cual desplazaron a la derecha del Ayuntamiento, así como el PAN desplazara a Morena de tantos ayuntamientos. Todo es posible. El hecho es que la democracia se ha vuelto más competitiva, y que ya no sólo los partidos compiten entre sí, sino que la voluntad popular compite cada vez más contra la usurpación de los partidos.
Intervención en boleta y fotografía de la misma por Edgar Gil