Hermosillo, Sonora.-

La palabra “nostalgia” fue inventada por el médico suizo Johannes Hofer en 1688. El término fue utilizado para nombrar una nueva “enfermedad” definida por el sentimiento de soledad motivado por el deseo de regresar al lugar de origen. Este padecimiento lo presentaban aquellos (en este momento principalmente soldados mercenarios suizos y rusos) que estaban lejos de su tierra. Los síntomas se presentaban cuando los enfermos escuchaban una canción, probaban una comida o incluso charlaban sobre su terruño natal. Los pacientes sufrían síntomas como falta de apetito, dolores intensos de cabeza, pérdida de energía, falta de interés en toda actividad y llanto. 

Como sucede con cualquier enfermedad, los médicos diseñaron métodos para curarlo. Algunos de ellos nos parecerían algo extremos en la actualidad: en el ejército ruso, los oficiales ordenaron que aquellos que decían padecer nostalgia fueran fusilados para evitar que “contagiaran” a sus compañeros. Por su parte los médicos eran menos radicales y aconsejaban un simple viaje de regreso a casa. Con el tiempo la nostalgia pasó de ser una condición médica a un sentimiento, vinculado con aquellas comunidades que tuvieron que salir de sus países por razones políticas, económicas o guerras. La nostalgia era un padecimiento relacionado con el crecimiento de los estados nacionales y las identidades que los formaban; la patria era un nuevo sentimiento de pertenencia y también de pérdida cuando se estaba fuera de sus fronteras. 

Para Svetlana Boym, la nostalgia es uno de los componentes centrales de nuestra época

Para Svetlana Boym (The future of nostalgia) la nostalgia es uno de los componentes centrales de nuestra época, donde buscamos un tiempo, una forma de vida, una aspiración de un pasado idealizado al que no podemos regresar. En algunos casos este pasado hace relación a lugares lejos de las ciudades moderna como la vida rural. Esta aspiración ha sido aprovechada por el mercado en forma de productos (comidas, películas, novelas, formas de vestir, pero también bebidas alcohólicas, entre otros), que nos prometen que su consumo aliviase, aunque sea temporalmente, la nostalgia. La lógica es la siguiente: el consumo con algo que “sale” de nuestra tierra nos permite mantenernos conectados con aquello que consideramos como nuestro “origen”. En este sentido, uno de los grandes personajes nostálgicos de la literatura es Drácula, quien necesitaba reposar todas las noches sobre tierra de su natal Transilvania, de lo contrario moriría. 

Esto nos lleva al bacanora. Esta bebida fue elaborada por los ópatas y era utilizada para tratar algunas enfermedades, pero no sería hasta la llegada de los españoles y la técnica de destilación, que comenzó a producirse el mezcal que conocemos actualmente como bacanora. Esta bebida se elabora, principalmente, en las zonas serranas del estado; ahora 35 municipios forman parte de la zona con denominación de origen.

Acrílico realizado por la profesora María Elena Encinas, expuesto en Plaza Hidalgo el 24 de octubre de 2023, en el marco del 63 aniversario de la Sección 54 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Fotografía de Benjamín Alonso Rascón.

En el mes de febrero del año 2023 pedimos por medio de redes sociales a un grupo de personas que respondieran un breve cuestionario sobre el bacanora. Al final obtuvimos respuesta de un total de 172 personas. Aunque no es una cifra representativa, podemos obtener algunas pistas sobre la relación que una sociedad como la de Hermosillo establece con algunos objetos, en este caso relacionados con la nostalgia.

Una de las preguntas que realizamos fue la siguiente: Cuando escuchas bacanora, ¿Cuál es la primera palabra que viene a tu mente? De las personas entrevistadas, las respuestas más repetidas fueron: Sonora (42), alcohol (10), pueblo (8) y borrachera (8). Aunque por supuesto sería necesario hacer un estudio mucho más amplio y representativo, con los datos que aquí estamos analizando podemos ver que el bacanora es una bebida fuertemente relacionada con la pertenencia e identidad a un lugar, en este caso Sonora. El que la tercera palabra mas mencionada sea “pueblo” da una posible definición de lugar al que la gente asocia esta bebida: las pequeñas localidades o pueblos. 

el bacanora es la cura que los médicos buscaban

Podemos proponer como hipótesis que el bacanora es una bebida de nostalgia, en este caso, por las personas de Sonora en su búsqueda por permanecer conectados a una imagen que tienen de su identidad. La conexión entre el bacanora y la nostalgia por la autenticidad de la vida en los pequeños pueblos parece confirmarse con la respuesta a la pregunta: En tu opinión, ¿El mejor bacanora es el que se consigue en los pueblos en envases de plástico o el que se vende en una tienda dentro de botellas de vidrio con una marca? Entre los entrevistados el 79.7% respondió que el mejor bacanora es el que se consigue en los pueblos, empacados en envases informales como botellas de plástico. Para este grupo, la presentación del producto no resulta tan significativa como su origen, porque este denota originalidad. 

El consumo de productos conectados con la imagen de una forma de vida puede estar conectado con el deseo por experimentar algo más “auténtico” que contrasta con la percepción de que la vida en las ciudades es superficial, fugaz y artificial. El bacanora permite a las personas mantener una conexión con el mundo rural; de alguna forma esta bebida es uno de los medios de curación que los médicos buscaban para la enfermedad de la nostalgia. 

Por Mario Velázquez

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Sobre el autor

Profesor- investigador en El Colegio de Sonora desde 2005. Doctor en Sociología por el Colegio de México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores SIN-I y de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

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