Hermosillo, Sonora.-

Este mediodía, 1 de agosto de 2022, se entregó en el Congreso del Estado de Sonora una «enérgica y respetuosa petición ciudadana», para que los legisladores hagan su trabajo y el Museo de Arte de Sonora (MUSAS) vuelva a ser lo que fue: una institución cultural dinámica, con independencia curatorial y administrativa. El documento, que reproducimos íntegramente líneas abajo, fue presentado en Oficialía de Partes por Hermes D. Ceniceros y Rubén Matiella, conocidos impulsores de la iniciativa; el primero en su carácter de artista visual y gestor cultural, y el segundo en su calidad de donante. A los dos les arrancamos una breve declaración después de entregar el documento:

Rubén Matiella

Hermes D. Ceniceros

 

Entre los firmantes de la solicitud figuran personalidades de talla nacional en internacional, como la fotógrafa Graciela Iturbide, quizá la artista viva más importante de nuestro país; la artista plástica mexicana de moda en el circuito internacional, Betsabeé Romero, el poeta David Huerta, el periodista Nicolás Alvarado o la ensayista Natalia Mendoza.

 

Asunto: Petición ciudadana para que MUSAS vuelva a ser un organismo descentralizado y con independencia administrativa

Hermosillo, Sonora a 1 de agosto de 2022

Pleno del H. Congreso del Estado de Sonora:

Los abajo firmantes, artistas, gestores, promotores culturales, museógrafos, curadores, profesionales de la cultura y miembros activos de la comunidad cultural de Sonora y México, nos dirigimos con el debido respeto al H. Congreso del Estado de Sonora para solicitar de manera enérgica y respetuosa que el Museo de Arte de Sonora (MUSAS) regrese a ser un organismo descentralizado de la administración pública, tal y como fue concebido en el decreto de su creación fechado el lunes 31 de agosto del 2009. 

Las razones de nuestra petición se deben a que el museo, en su momento un motivo de orgullo para Sonora, ahora se encuentra cerrado y pasando por la peor crisis de su historia. Una de las causas del detrimento de este importante recinto es que, a la fecha, la administración del Instituto Sonorense de Cultura no ha podido concretar ni presupuesto ni gestiones para que funcione bajo las mínimas condiciones de operatividad; tampoco ha tenido la capacidad administrativa que la instancia requiere para atender las exigencias de la comunidad a la que atiende y los proyectos en donde la sociedad civil y la comunidad empresarial pudieran intervenir y apoyar. Debemos decirlo: hasta antes de enero de 2018, el MUSAS tenía independencia administrativa, jurídica y presupuestal dado que surgió como un organismo descentralizado que desafortunadamente fue fusionado al Instituto Sonorense de Cultura (ISC) por diversas razones pero que, a casi cinco años de distancia, se ha comprobado que dicha acción no resultó en los beneficios esperados y el avance para este grandioso espacio hoy es nulo, por el contrario, en sus últimos meses se sumió en una etapa que quizá es determinante para su viabilidad en el corto, medio o largo plazo. No lo queremos perder.

Un dato relevante es que, el decreto con el que se fusionaron MUSAS, Museo Sonora en la Revolución (MUSOR) y la Biblioteca Pública Jesús Corral Ruiz al ISC, se realizó considerando la integración de sus estructuras orgánicas y programas, sin embargo nunca consideró aumento al presupuesto base de esta institución, requerido para atender las necesidades de estos espacios que fueron fusionados, generando una nueva presión presupuestaria sin recursos adicionales que le permitiera atender las necesidades básicas de los inmuebles, su costosa y compleja operación. Al paso de los años, particularmente en los últimos meses, esta situación fue insostenible al grado tal que MUSAS permanecerá cerrado hasta el mes de octubre o noviembre de 2022, por falta de mantenimiento a su sistema de aire acondicionado. La agraviante mayor es para la Colección de Arte que alberga dicho museo y necesita ciertas condiciones mínimas de temperatura y humedad que solo se pueden garantizar manteniendo al corriente los servicios de rutina. Sumado a lo anterior, está la inactividad por pandemia desde marzo de 2020, la falta de recursos para dar continuidad al programa general de exposiciones, reactivar los programas de formación de artistas y de público en general así como la falta de interés o entendimiento para seguir creciendo la colección de arte del propio museo, misma que es única en su tipo a nivel nacional. Los argumentos aquí expuestos nos hacen solicitar al Pleno del H. Congreso del Estado su intervención de acuerdo a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Sonora Capitulo II, Artículo 45, 45 Bis para regresar al esquema anterior y dotarle de independencia a esta importante instancia pública sonorense. Eso nos permitirá a artistas, gestores, curadores, comunidad empresarial y público en general poder colaborar de una manera directa, transparente y pronta para que este espacio no siga decayendo aún más y recupere su operatividad, su dinamismo y la agenda que años anteriores lo dotaban de liderazgo indiscutible en el Noroeste de México.

Estamos conscientes de que, en tiempos de austeridad y complicaciones presupuestarias, el Instituto Sonorense de Cultura no tiene recursos suficientes para poder atender los más de 20 inmuebles que tiene bajo su responsabilidad y difícilmente podrá obtener más recursos cuando la Secretaría de Educación y Cultura tiene como prioridad, entendible y lógica, adecuar la totalidad de escuelas en el Estado para el regreso a clases presenciales después del confinamiento por las medidas sanitarias a raíz de la pandemia del COVID-19. 

Por último, un conseso general de quienes firmamos esta misiva es que MUSAS como espacio museográfico de reflexión e innovación requiere la independencia que se le dio en su origen cuando se le concibió como un organismo descentralizado, porque solo de esta manera se garantiza la libertad curatorial que necesita un espacio artístico y cultura de este nivel, libre de ideologías y a favor de la diversidad como punto de encuentro, diálogo y creatividad desde el arte, aún en las diferencias que humanamente nos caracterizan. Difícilmente esta situación será posible si el museo sigue siendo un espacio adscrito a otra instancia gubernamental cuya línea de trabajo por ahora, resulta tan estrecha como inviable.

Por lo anteriormente expuesto es que pedimos que esta propuesta sea llevada a comisiones unidas, reuniendo a la Comisión de Innovación Ciencia y Tecnología con la de Educación y Cultura. Es momento que MUSAS, como espacio cultural y museográfico, recupere la vocación de innovación pedagógica a través de la cultura y las artes, acercando a ésta con la ciencia y la generación de conocimientos. 

Sin más, quedamos a su disposición por si es de interés profundizar en los argumentos que sustentan los beneficios administrativos, culturales y de desarrollo que trae consigo regresarle a MUSAS su independencia regresándolo a su esquema de origen como organismo descentralizado de la administración pública. 

Atentamente: 

Sobre el autor

Premio Nacional de Periodismo 2007. Director de Crónica Sonora. Escríbele a cronicasonora@gmail.com

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