Hermosillo, Sonora- 

Para cerrar cualquier atenuante a los violadores y acabar con un vacío en el Código Penal para el Estado de Sonora, la LXII Legislatura aprobó que se castigue a quienes cometan el delito de violación sin importar que exista una relación matrimonial, de concubinato o de pareja, conducta por la que se podrá presentar querella y cuya sanción será de cinco a 15 años de prisión.

De acuerdo al dictamen presentado por la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, con esta medida se busca dejar claro que en el Estado de Sonora no se tolerarán este tipo de conductas de alto grado de nocividad, además de significar una expresión congruente con el principio de equidad de género que la legislación punitiva reconoce para un delito cuyas víctimas y victimarios pueden ser tanto hombres como mujeres.

Esta dictaminadora estudió la iniciativa presentada por la titular del Poder Ejecutivo estatal, quien planteó ante esta Soberanía la importancia de destacar que actualmente las mujeres que han vivido esta experiencia por parte de su esposo, concubino o pareja, no pueden interponer querella ante las agencias especializadas en delitos sexuales por el delito de violación.

Agrega en su iniciativa, la cual presentó con base a una propuesta que hizo la Coordinadora Ejecutiva del Instituto Sonorense de las Mujeres, que al no poder interponer querella, las afectadas no pueden obtener una medida de protección ni ser atendidas por la autoridad especializada, re victimizando a la mujer al quedar desprotegida, lo cual obedece a un vacío en el Código Penal para el Estado de Sonora.

El Decreto, al que dio lectura la diputada Nitzia Corina Gradías Ahumada, adiciona un tercer párrafo al Artículo 218 del Código, en el que en uno de sus considerandos destaca que, si bien es cierto, es importante combatir todas las manifestaciones de la violencia contra la mujer, también es verdad que debe ponerse especial atención a la relacionada con los delitos sexuales.

Sobre todo, agrega, en lo que se refiere a la violación sexual, ya que esta conducta es la más aberrante de todas y la que mayores consecuencias físicas y psicológicas deja en las víctimas, pues lesiona su derecho a vivir libre de todo tipo de violencia, así como su libertad sexual y el libre desarrollo de su personalidad, especialmente cuando el agresor es una persona con la que el sujeto pasivo convive en su vida diaria, por formar parte de su familia y la que le debería tener mayor confianza.

Por Dirección de Comunicación del H. Congreso del Estado de Sonora

Fotografía de Benjamín Alonso

Sobre el autor

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