Muy complacidos en anunciar el ingreso de Horacio Vidal al glorioso roster de Crónica Sonora

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En una interpretación en positivo del célebre ensayo de Samuel Huntington, ¿Choque de civilizaciones?, Mr. Alan Clay (Tom Hanks ) debe cerrar el negocio de su vida: vender un sistema de conferencias holográficas para Su Majestad, el Rey de Arabia Saudita.

 

Así, en medio de un paisaje hostil y desconocido, arrastrando un vacío que nació en otro lugar, Mr. Clay enfrentará la indiferencia de sus clientes y se conectará a la cultura árabe a través de dos seres humanos acostumbrados al riesgo, aclimatados a vivir en peligro. Son Yousef, el taxista ( Alexander Black) y Zahra ( Sarita Choundhury ), una mujer que ejerce la medicina y su poder, el canto y encanto de sirena.

 

Un holograma para el rey depende, en su totalidad, de Tom Hanks; a sus 60 años es el perfecto protagonista para representar, en la justa medida, la crisis existencial que provoca un mundo cada vez más joven, cada vez más viejo. Su presencia en el desierto, que es tanto como decir su ubicación en las antípodas de su habitual optimismo, resulta tan extraña y absurda como su pretensión de hacer una broma sobre Lawrence de Arabia porque nadie en esta nueva aldea global comprenderá su sentido.

 

Por supuesto, hay más batallas en el desierto.

 

Al estar a la espera del Rey, siempre se encontrará muy cerca de la humillación; si busca hacer el amor con una ejecutiva danesa, el deseo se esfuma “perdido en la traducción” y un inocente comentario sobre la CIA provocará una cómica revolución. Incluso las diferencias entre los gustos musicales entre él y su taxista lo dejan perplejo.

 

Sin embargo la evolución de Mr. Clay demuestra que es a través de las fisuras entre las civilizaciones, es entre las grietas de ambas culturas, que la gente encuentra los mejores surcos para comunicarse y para comprenderse.

 

Un holograma para el rey es una joya extraña cuyo esplendor será mejor comprendido desde la madurez. Con una cinematografía a un tiempo imponente e intimista, logra exhibir los dramáticos contrastes entre espacios y arquitectura con vista al futuro y una cultura de arena milenaria muy bella y hechicera, pero cruel.

 

Por otra parte es necesario señalar que la música original de esta película – escrita al alimón por Johnny Klimek y el propio Tom Tywker  -, resulta ser la mejor partitura escrita para el cine en lo que va de este año. Se recomienda ampliamente escucharla en Spotify.

 

Por último, es imposible no recordar los relatos de exploradores y viajeros, como “Los siete pilares de la sabiduría”, de Sir Thomas Lawrence ó “Primeros pasos en el este de África”, de Richard Burton y sonreir.

 

Es que los exploradores del XIX padecieron y fueron crucificados, mientras que Mr. Clay en Un holograma para el rey sólo debe preocuparse por su eventual resurrección, lejos, muy lejos de su zona de confort, seguro de que después de todo, en nuestro siglo XXI nadie va pasar una pena que una playa paradisíaca o una cerveza bien helada, traída del mercado negro, no puedan atenuar.

 

Un holograma para el rey

Director y guionista: Tom Twyker ( basado en la novela de Dave Eggers)

Cinematografía: Frank Giebbe

Edición: Alexander Berner

Música: Johnny Klimek y Tom Twyker

 

Por Horacio Vidal

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Sobre el autor

Horacio Vidal (Hermosillo, 1964 ) es publicista y crítico de cine. Actualmente participa en Z93 FM, en la emisión Café 93 con una reseña cinematográfica semanal, así como en Stereo100.3 FM, con crítica de cine y recomendación de lectura. En esa misma estación, todos los sábados de 11:00 A.M. a 1:00 P.M., produce y conduce Cinema 100, el único -dicen- programa en la radio comercial en México especializado en la música de cine. Aparece también en ¡Qué gusto!, de Televisa Sonora.

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