Leía hace unos cuantos días una larga entrevista con Antonio Escohotado Espinoza, filosofo, jurista y ensayista español y quien, además, ha sido maestro en diversas universidades, españolas fundamentalmente. Bien, pues me llamó poderosamente la atención el cabeceo que el editor le dio a la entrevista que le realizó Esther Peñas para la revista Ethics: “Los políticos son el peaje que pagamos por la democracia”.
Y yo digo, pues qué caro nos está saliendo el dichoso peaje. Acostumbrados/as primero a ofrecer que todo mejorará cuando lleguen a ocupar el cargo para el cual hacen campaña con nuestro dinero, resulta ser que en cuanto asumen el poder ya nada vuelve a ser igual, su conducta otrora solícita se vuelve hostil, como si el mundo no los mereciera.
Todas y todos somos para ellas y ellos sus súbditos, a partir del momento en que juran guardar y hacer guardar la constitución, acto seguido y sin reparo alguno, se la llevan lamentándose de que no entendemos todo el sacrificio que tienen que hacer por nosotros.
En estos tiempos de crisis estructural puesta de manifiesto por la emergencia sanitaria a nivel mundial, es más notoria esa narrativa pobre. Quisieran seguir siendo el centro de atención de las y los ciudadanos, les preocupa sobre manera que nos demos cuenta que ya no queremos pagar ese peaje al que se refiere Escohotado.
De hecho, tan no hay confianza en los apoyos que solicitan los gobiernos, apelando a nuestra solidaridad, que ahora tenemos otras opciones como lo es la solidaridad no institucionalizada; es el momento de empoderar a las y los ciudadanos ha reiterado Yuval Noah Harari, en todos los análisis que ha publicado a propósito de COVID-19, a falta de liderazgos globales y locales.
Las respuestas políticas, si pudiesen llamarse de esa manera, no se han dejado esperar; incluso hay un llamado para que se impulsen políticas desde lo local para hacer frente a la crisis económica o frente a ciudadanos que no pueden quedarse en casa debido a que tienen que llevar alimento a sus hogares. ¿Y cuál es la respuesta desde lo local? Multar a las familias como si fueran ellas las responsables de que el virus se expanda. Es riesgosa esa actitud irresponsable, sí, pero más lo ha sido la corrupción de los gobiernos.
Ya se ha dicho mucho, no es el virus en sí lo que pone en riesgo la vida sino una población que no ha sido suficientemente atendida por el sector salud de manera preventiva: comer sano, hacer ejercicio, promover hábitos de higiene… pero nada: los presupuestos en salud que cada año son más exiguos y se gastan mal.
Desde cuando no vemos una campaña masiva de “lávate las manos”, pero eso sí, se multa a las personas que andan en la calle. Y otra bravuconada más de esas que le gustan a la alcaldesa Célida López: el pasado jueves 23 tuiteó a propósito de un expendio de cerveza que de manera unilateral decidió abrir su local, y expresó lo siguiente: “La fila no es para comprar pan, es para comprar cerveza. La próxima vez sea cual sea el giro que estén vendiendo y se cause desorden se los vamos a clausurar #GenteIrresponsable”. ¡¿Gente irresponsable?! ¿Quiénes? ¿Las y los ciudadanos o ustedes los políticos que no atinan a tener políticas claras respecto de nada? ¡Sus respuestas están encaminadas a criminalizar al ciudadano!
¡El mundo ya cambió! ¡EN-TIEN-DAN-LOOO! Estamos en la mayor encrucijada de la historia moderna y ustedes nos salen con cada cosa.
Mientras el vocero del gobierno estatal, Gerardo Álvarez Hernández, clamaba por encerrarse en casa el pasado seis de abril durante la mañanera local, ciudadanos de a pie casi posaban para la cámara sin guardar sanas distancias ni portar cubre boca alguno, como exige el nuevo manual de Carreño.