Anabela Carlón y Carlos Valencia, dos talentos yoemes que se integran al roster de CS
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Buenas tardes a todos y todas, agradezco la invitación a este importante Simposio[1]. También disculparme por no haber podido asistir a esta oportunidad que me ofrecen para darme la voz.
Sólo quiero enviar un pequeño mensaje de nosotras, las mujeres invisibles, las brujas, las criminales, las marimachas y un sinfín de connotaciones por el hecho de no dejar morir nuestra lengua, medicina, vestimenta y creencias.
Sí, culpables somos de mantener viva junto con nuestras familias la identidad.
Sí, somos brujas por fortalecer junto con la gente mayor nuestra medicina ancestral.
Sí, nos han de llamar satánicas por practicar la espiritualidad con nuestra comunidad.
Como mujeres indígenas somos criminalizadas en el momento en que te paras a defender los derechos de tierra y agua.
Desconocen nuestras capacidades, cuando exigimos nuestros derechos y nos han llamado ignorantes.
No reconocen nuestra adscripción étnica, para lastimar a las mujeres indígenas, y por así convenir a sus intereses.
A pesar de todo seguiremos resguardando las recetas de nuestras tatarabuelas, guardaremos celosamente la medicina y conocimiento ancestral.
Podrán lastimarnos y llamarnos de mil maneras, podrán menospreciar nuestro trabajo, capacidades y conocimiento.
Tal vez lo hagan para hacernos desistir por la defensa de nuestros derechos, pero no claudicaremos, porque somos el corazón del mundo.
Por Anabela Carlón
[1] Mensaje leído el 24 de febrero de 2017 como parte de la mesa “El corazón del mundo: las mujeres indígenas en el espejo de la historia”, dentro del XLII Simposio de Historia y Antropología, Mujeres, género y familia, organizado por la Universidad de Sonora y otras instituciones académicas y culturales de Sonora.
Anabela Carlón Flores es originaria del Pueblo de Loma de Bácum,
uno de los Ocho Pueblos Tradicionales del río Yaqui y cuyas autoridades
tradicionales se opusieron en el año 2016 a dar su autorización para
el establecimiento del gasoducto que atraviesa su territorio tradicional,
proyecto que ha propiciado la división y el enfrentamiento entre miembros
de la propia tribu a favor o en contra de este proyecto. Con motivo de las
discusiones en torno al gasoducto, el año pasado hubo un enfrentamiento
violento en esta comunidad, lo que desembocó en la muerte violenta de
un miembro de la tribu.
El 13 de diciembre del año pasado la compañera Anabela Carlón, junto con
su marido, fueron secuestrados por gente simpatizante del gasoducto,
quienes los amenazaron de muerte si seguían defendiendo sus derechos
tradicionales.En el marco del XLII Simposio de Historia y Antropología se leyó el presente mensaje
que hoy reproducimos en Crónica Sonora.
Fotografía de Carlos Valencia / Yaqui Pride Project
Fuerte y hermoso el mensaje, lo guardo en mi corazón y gracias Alejandro por compartirlo. Un abrazo!