Adrián MercadoSe puso las pilas nuestro reseñista cinematográfico oficial 🙂
Los asesinos de la luna (2023) es la más reciente película del legendario director neoyorquino, Martin Scorsese, a quien podemos recordar por películas como Taxi driver (1976), Toro salvaje (1980), Buenos muchachos (1990), Los infiltrados (2006) y El lobo de Wall Street (2013), sólo por mencionar un título destacado o clásico en cada década desde que empezó su carrera a finales de los 60. La película a reseñar es una historia real, basada en el libro Los asesinos de la luna de las flores: Los crímenes en la nación Osage y el nacimiento del FBI (2017) del autor y periodista, David Grann. La adaptación corrió a cargo del propio director y el guionista Eric Roth. Mientras que de la cinematografía se encargó el mexicano Rodrigo Prieto, quien ya había estado a las órdenes de Scorsese, de manera más reciente, en Silencio (2016) y El irlandés (2019).
Una buena parte del cine de Scorsese, quizás de las películas que mejor lo identifican, son aquellas que giran alrededor del mundo del crimen, donde podemos ver desde mafiosos italianos e irlandeses, hasta criminales de cuello blanco. Los asesinos de la luna se enmarca dentro de esta corriente narrativa, pero en el sur de Estados Unidos a principios de siglo, en el territorio de la reservación osage, nación indígena que había sufrido un largo peregrinar, dictado por los intereses del «progreso» norteamericano, hasta que fueron asentados en un poco atractivo y lejano territorio de Oklahoma… En el que tiempo después se descubrieron grandes yacimientos de petróleo.
En resumen, y antes de entrar a los detalles de un filme de 3 horas y media de duración…
La bonanza petrolera en el territorio de los osage hizo de esta población la más próspera en su época, llegando a ser considerada como la nación con mayor riqueza per cápita del mundo. Esto trajo consigo el interés y ambición de la población blanca que inmediatamente intentó sacar provecho de la situación, apelando a métodos nada éticos y poco convencionales. En resumen, y antes de entrar a los detalles de un filme de 3 horas y media de duración, la película trata sobre la investigación, por parte del entonces incipiente FBI, de una serie de asesinatos que se perpetraron en contra de miembros de la tribu osage a manos de la población blanca, en su intento por apoderarse de la riqueza que yacía en el subsuelo del territorio de la reservación.
La historia sigue a Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio) un hombre de pocas luces, ambicioso, manipulable y veterano de la gran guerra, que llega a Oklahoma para ponerse a las órdenes de su tío, William King Hale (Robert De Niro). El personaje interpretado por De Niro es un poderoso terrateniente ganadero que, a la llegada del sobrino, se encuentra en el epicentro de la bonanza petrolera de la zona, además de ser cercano a las autoridades y familias de la comunidad Osage. Plenamente consiente de la riqueza de estos, inmediatamente anima a su sobrino para que se relacione con una de las miembros de la tribu para acceder a una parte de la riqueza petrolera.
que huele a Óscar
Por otro lado, y como parte de un extenso prólogo, elemento muchas veces utilizado en las películas del director neoyorquino, se nos presenta a la nación Osage. Scorsese se toma el tiempo necesario para sumergirnos en la historia, tradiciones, organización social y lazos familiares que conforman la cultura de este pueblo nativo americano asentado en Oklahoma. Es aquí también donde surge la tercera pieza de la historia con el personaje de Mollie (Lily Gladstone) que nos sirve para tener el enfoque desde la perspectiva de los osage. Por cierto, y como dato curioso: Gladstone, es reclutada por Scorsese para hacer este papel que huele a nominación al Óscar, mientras la actriz se cuestionaba si era momento para dejar su carrera actoral.
La película, como se dijo anteriormente, es extensa, nos presenta una historia muy bien ambientada, cabe mencionar que se va desenvolviendo lentamente, pero sin perder el ritmo. Los personajes de Ernest y el tío William desarrollan un arco narrativo en el que se va exponiendo poco a poco el lado más oscuro de la ambición desmedida. En la vorágine de la preminencia del blanco sobre las minorías, los abusos se justifican bajo los ecos del autocomplaciente Destino Manifiesto. Desde luego, tanto por la temporalidad, el escenario (Oklahoma) y la temática, en la película hace presencia el tema de la masacre de Tulsa, otro episodio negro en la historia de Estados Unidos.
A diferencia de otras películas de Scorsese
A diferencia de otras películas de Scorsese que tratan sobre el mundo del crimen, donde las historias se observan desde el escenario y la perspectiva de los mafiosos, Los asesinos de la luna se destaca por el claro contraste que se hace entre víctimas y victimarios. Este contraste nos muestra con mayor nitidez la conspiración entre la sociedad blanca y autoridades locales para acceder a la riqueza de los osage mediante el sigiloso exterminio de su población. En contraparte, y ante tal desequilibrio de fuerzas, el caso fue llevado a las autoridades federales. Es entonces que aparece en escena el agente Tom White (Jesse Plemons) para esclarecer estos asesinatos, siendo uno de los primeros casos investigados por el recién creado FBI a cargo del tristemente célebre J. Edgar Hoover.
Los asesinos de la luna es la primera película donde Scorsese junta a sus dos actores fetiche: el veterano Robert De Niro, con quien ha trabajado en 9 películas, y Leonardo Di Caprio, en 6. Es una apuesta ambiciosa de las que ya poco se producen ante la falta de apoyo de los grandes estudios que se inclinan por proyectos de orden comercial, supuestamente, menos riesgosos. Este proyecto lo llevó a puerto Apple Original Films por medio de Apple TV+ en una clara intentona de la plataforma por colocar el primer Óscar en su vitrina de galardones.
Se dice que esta no es la mejor película del veterano director…
Se dice que esta no es la mejor película del veterano director… eso podría ser debatible. Lo cierto es que a sus 80 años y con varios clásicos en su portafolio, Scorsese está más allá del bien y del mal. Es admirable y se agradece que a estas alturas siga fiel a sus principios y se incline por proyectos de calidad que solo ponen en evidencia a una comodina industria cinematográfica que hizo de lado al cine de autor para privilegiar proyectos ya muy vistos y poco trascendentes. La película sigue en cartelera. ¡píquele antes de que la quiten!
Por Adrián Mercado Islas
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