La ciber-teología del Covid-19:

Cinco sucesos en una misma lógica de flujo (4).

Escenario

• Surgimiento de la sospecha: “El coronavirus (Covid-19) fue creado por mano humana en laboratorios”.

• Escasez de papel de baño

Hegemonía del meme Covid-19.

“La romantización del privilegio de clase”.

• Búsqueda de un afuera autoral capaz de sanar y proteger (a propósito del meme sobre el escudo protector de López Obrador).

3. El Covid-19 como imagen memética:  metameme

Conclusiones.

Debido a la dominación del meme y la imagen, en una sociedad sin conciencia histórica, se encubre el entendimiento de lo probable y lo disuelto mediante —precisamente— el uso mismo de la probabilidad y la estadística. 

Esta situación paradójica deja entrever que la cotidianidad de flujos estadísticos y probabilísticos no es reconocida como tal, es decir, a pesar de su cualidad algorítmica, gran parte de su efectividad se apoya en que los usuarios-aristas vivencian cada “imagen técnica” desde una experiencia única, bajo la posibilidad de replicar y volver a codificar; y muy a pesar también de que sus flujos se mantengan circulando en una “modalidad a modo”.

Visto desde otro ángulo, la preeminencia de la imagen del meme señala una prolongación de un excedente creativo y acumulado ante la escasez, pero sin conciencia discursiva e histórica; y esto a propósito de la reutilización y reincorporación de códigos que tienen como cualidad el ser fácilmente móviles y maleables. 

Conforme a ello, algo de la reserva filogenética de la especie-usuario comienza a ser dúctil, formada, con-formada y de-formada por la presión de lo ontogénico-digital.

Según este planteamiento, la acumulación “onto-dúctil” encaja bien en la tesis del mundo líquido baumaniano. Ante el régimen de lo líquido, la historia es con-formada y de-formada en la presión misma de los flujos de información; y debido a la velocidad, su acumulación excede a su reutilización futura, como conciencia y sentido, de modo tal que su excedente tiende a mayor pérdida en el sentido histórico, a mayor búsqueda de lo probable y a una introyección de ideas-algoritmos como parte de la comprensión y predicción de la conducta, previéndose entonces, a su vez, el régimen de las modalidades fluidas: flujos, a-flujos y re-flujos, para ubicar incidencias de vértices en el multígrafo.

  • Lo anterior es el hito de lo que también Vilém Flusser nombró como “sociedad telematizada” mediante el nacimiento del universo de las imágenes técnicas.
  • Asimismo, lo anterior es la contradicción inherente de la sociedad telematizada que se comporta mediante un flujo de datos por la hegemonía del dataismo —situación distinguida especialmente por el filósofo Byung-Chul Han—. Lo patente de esto es la reducción del ruido en la comunicación para una velocidad mayor de los datos que re-tendrán —en cuanto memes— una dinámica sobre un juego retroactivo dentro de un sistema-red. 

El precio de la virtualidad y la replicación memética es la pérdida de conciencia histórica, de modo tal que se hace patente cómo la “mimesis de lo memético” produce entropía. Así, la emergencia del Covid-19 permite evidenciar algunos fenómenos: 

  • Déficit de conciencia histórica y científica, y en consecuencia, un desfase general de lo acumulado como saber consciente respecto a la probabilidad y la estadística, a pesar del superávit de aplicación estadística y probabilística en la orientación de los flujos y el comportamiento en el sistema-red.  

Así como en los años ochenta Flusser previó la tendencia futura de la sociedad telematizada, a finales de esa década John Allen Paulos, en “El hombre anumérico”, dejó registro del problema social en lo probabilístico. Recordatorio de tener que partir sobre el re-conocimiento de lo numérico en la salud pública: la toma de decisiones que reduzcan la probabilidad de contagio sin caer en la indiferencia o en la paranoia. Necesidad de hacer probable lo aleatorio, de localizar el azar, y de volver discretos los elementos continuos (relacionales), gracias a un “modelizar” que desperdiga las variables para contener la curva de crecimiento. 

Se evidencia la falta de correspondencia entre las políticas (y la administración pública) y los modelos sociales (estructurales o sistémicos). Y de igual modo, una falta de concordancia epistemológica entre la dinámica económica y social. El régimen de la imagen es un régimen donde se prolonga lo simulado, de tal modo que bajo el cuerpo de lo digital se mantiene la susceptibilidad de la carne humana. 

  • La coraza corpórea de lo digital es como un exoesqueleto: mantiene su evolución filogenética pero al mismo tiempo su debilidad ontogénica.

Son urgentes las formas más inclusivas de sociabilidad, asimismo, deben permitir la movilidad de los elementos discretos en otro tipo de redes. La posible colonización futura de Marte, por ejemplo, bajo esta perspectiva, termina siendo sólo la consecuencia natural de aprovechar el vacío entre los elementos discretos: elementos de un mundo donde lo discreto fallece días tras días en aras de la homogénea continuidad global que llena los vacíos con imágenes técnicas e información. Tal colonización tiene como fantasía la llegada libre de ciertos seres humanos, mas no de quienes configuran la pluralidad de los distintos tipos de grafos. La intuición más básica es una prolongación de la “lucha de clases”, pero lo nombrado como clase pierde fuerza en el régimen del flujo.

No obstante lo anterior, el problema no se encuentra en la naturaleza de la relación per se, sino en la hegemonía de cierta cualidad relacional —consecuencia de la globalización— que fortalece algún tipo de flujo sin permitir rupturas libres y conscientes, las cuales producirían, entre otras cosas, “ruidos” en la red comunicativa que, de manera paradójica, ayudarían a ocasionar re-equilibrios necesarios para la homeostasis. Por ende el flujo hegemónico se retroalimenta y codifica mimética y meméticamente, a tal punto de generar mayor entropía en el sistema-red. Las conciencias históricas podrían generar códigos reincorporados de similitud y diferencia, y en consecuencia un juego más libre de entropía y negentropía. 

Debido a la dinámica de la sociedad global telemática, resulta urgente reflexionar sobre la presión existente de que el multiculturalismo —consecuencia vigente del modelo económico, en cuanto a su codificación ideológica, según Slavoj Žižek— sea redefinido, pues en un sistema relacional global no es posible algún agente externo al sistema mismo. Lo externo solamente es modelado y recortado como un subsistema o un subgrupo cuyos elementos interactúan con códigos similares que reinciden (y se constituyen) en una activación constante: así, en una activación de algunos vértices que llegan a nódulos específicos en un grafo. 

  • En un sistema-red todo estaría simulado pero al mismo tiempo trastocado: heridas superficiales en un exoesqueleto. Como tal, los nódulos pueden pervivir o morir por el flujo informativo. 

Desde el ángulo anterior, una globalidad en la cual lo vírico se conduce sin fronteras, la cooperación y la sobrevivencia no puede ser reducida a un abrir-cerrar total, sino que han de buscarse nuevos tipos de apertura y cerradura. La apertura total de un elemento discreto corre un riesgo, así como la clausura total del mismo

 1 «(…) como se ha dicho a menudo, las 45.000 personas que mueren anualmente en las carreteras norteamericanas son una cifra próxima a la de los norteamericanos muertos en la guerra de Vietnam (…). Compárese esta cifra con las siguientes tasas anuales correspondientes a los Estados Unidos: una posibilidad entre 68.000 de morir asfixiado; una entre 75.000 de morir en accidente de bicicleta; una entre 20.000 de morir ahogado, y una entre sólo 5.300 de morir en accidente de automóvil. Enfrentada a estos grandes números y a las correspondientes pequeñas probabilidades, la persona anumérica responderá con el inevitable non sequitur: «Sí, pero ¿y si te toca a ti?», y a continuación asentirá con la cabeza astutamente, como si hubiera hecho polvo nuestros argumentos con su profunda perspicacia. Esta tendencia a la personalización es, como veremos, una característica de muchas personas que padecen anumerismo (.)”».

Sobre el autor

Cajemense ganador del Concurso del Libro Sonorense, edición 2015, en la categoría de ensayo.

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